El escultor e imaginero nazareno Antonio Luis Troya ha concluido recientemente un conjunto de nube y ángeles que lucirán a los pies de la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, de la Hermandad de la Vera-Cruz de Dos Hermanas, que durante el presente año servirá de entronización para su altar en la Capilla de San Sebastián y que será estrenada en la procesión que tendrá lugar el 15 de agosto de 2017.
El nuevo conjunto de nube y ángeles ha sido un encargo realizado a dicho escultor e imaginero por parte del Grupo de Devotos de la Asunción Gloriosa de Dos Hermanas y se encuentra realizado en madera de cedro dorada, estofada y policromada, de 130 centímetros de ancho, 160 de largo y 120 de alto.
La obra, según ha contado su propio autor, es una nube, de bulto redondo y terminada en todas sus partes, de forma que pueda ser contemplada correctamente desde todos los ángulos, sobre la que destacan dos ángeles niños que vuelan a su alrededor y cinco querubines (cabezas aladas) formando un todo homogéneo.
El conjunto está diseñado para servir de entronización a la Virgen de la Asunción de Dos Hermanas en su paso de procesión cada 15 de agosto con motivo de la Festividad de la Asunción a los Cielos. La nube celestial, sobre la que se dispondrá la Virgen, destaca la homogeneidad de su redondeada forma, y, sobre ella, junto a la imagen, escoltándola, vuelan una pareja de ángeles-niño.
Dichos ángeles se muestran casi desnudos, tan sólo cubiertos por un pequeño paño, que sin embargo, deja apreciar toda su anatomía infantil, con un modelado que muestra el efecto de blandura. En la parte frontal, laterales y traseras asoman unas cabezas aladas de ángeles.
Respecto a los rasgos faciales de los ángeles niños y querubines, Antonio Luis Troya cuenta que optó por un tipo de rostro carnoso, recreándose en las tersuras que ofrece la blandura de la piel de un niño pequeño. Las tallas presentan diferentes tonalidades de tez, unos más cálidas y otros más frías, mientras que el cabello se encuentra tallado en mechones gruesos y ondulados de color pardo oscuro, los ojos pintados y levemente marcadas las pestañas, la nariz redondita y respingona, y los labios pequeños y carnosos.
El nuevo conjunto de nube y ángeles ha sido un encargo realizado a dicho escultor e imaginero por parte del Grupo de Devotos de la Asunción Gloriosa de Dos Hermanas y se encuentra realizado en madera de cedro dorada, estofada y policromada, de 130 centímetros de ancho, 160 de largo y 120 de alto.
La obra, según ha contado su propio autor, es una nube, de bulto redondo y terminada en todas sus partes, de forma que pueda ser contemplada correctamente desde todos los ángulos, sobre la que destacan dos ángeles niños que vuelan a su alrededor y cinco querubines (cabezas aladas) formando un todo homogéneo.
El conjunto está diseñado para servir de entronización a la Virgen de la Asunción de Dos Hermanas en su paso de procesión cada 15 de agosto con motivo de la Festividad de la Asunción a los Cielos. La nube celestial, sobre la que se dispondrá la Virgen, destaca la homogeneidad de su redondeada forma, y, sobre ella, junto a la imagen, escoltándola, vuelan una pareja de ángeles-niño.
Dichos ángeles se muestran casi desnudos, tan sólo cubiertos por un pequeño paño, que sin embargo, deja apreciar toda su anatomía infantil, con un modelado que muestra el efecto de blandura. En la parte frontal, laterales y traseras asoman unas cabezas aladas de ángeles.
Respecto a los rasgos faciales de los ángeles niños y querubines, Antonio Luis Troya cuenta que optó por un tipo de rostro carnoso, recreándose en las tersuras que ofrece la blandura de la piel de un niño pequeño. Las tallas presentan diferentes tonalidades de tez, unos más cálidas y otros más frías, mientras que el cabello se encuentra tallado en mechones gruesos y ondulados de color pardo oscuro, los ojos pintados y levemente marcadas las pestañas, la nariz redondita y respingona, y los labios pequeños y carnosos.
DH DIARIO DIGITAL / REDACCIÓN