Había ganas de volver. Se veía en los rostros. Y, lógicamente, había también muchas ganas de los reencuentros, de esos que se producen de forma especial cada vez que los romeros pasan por las calles de la ciudad camino del lugar desde el que partieron hace poco más de una semana. La Hermandad del Rocío de Dos Hermanas ya llegó anoche y lo hizo acogida por los romeros y romeras que aquí aguardaban.
"Ha sido un camino especial este año, por los problemas causados por la lluvia, pero lo más importante es que ya estamos aquí y que todo ha ido bien". Juan Sánchez Cumplido, subido aún a lomos de su caballo, se encontraba prácticamente a las puertas de la Parroquia de Santa María Magdalena, a donde llegó, junto con los romeros que le acompañaban, en una noche muy agradable que, en cierto modo, hizo olvidar las importantes inclemencias vividas durante la ida a la aldea almonteña.
Porque las filiales que han hecho el camino han sufrido este año tormentas, fuertes por momentos, frío por las noches, mucha humedad, y, especialmente, cambios constantes en el recorrido, obligados por las circunstancias, que hizo que la improvisación estuviera a la orden del día y que momentos tan especiales como el paso del Quema o la presentación en Villamanrique no se pudieran hacer este año.
Pero una vez en la aldea, todo comenzó a cambiar y, pese a que seguían algunos problemas causados por la lluvia, se pudieron vivir unos importantes horas de devoción y de encuentros, que tuvo su culminación cuando en la mañana del lunes la Virgen del Rocío visitó la casa-hermandad de Dos Hermanas.
El martes, bien temprano, Dos Hermanas partió de regreso a su ciudad, y de nuevo tuvo que hacerlo por caminos que no eran los previstos, y casi siempre por carreteras y un asfalto que acabó haciendo mella en los caballos y bueyes que acompañaban a los romeros.
Ya en las proximidades de la ciudad nazarena, y con bastante retraso sobre lo previsto -en torno a una hora-, la Hermandad hizo su presentación ante el señor de Pasión, en Las Portadas, y, sin perder tiempo, ante el Cautivo, en El Rocío, para, desde allí, aligerar el paso en busca de la Plazoleta, donde aguardaba don Manuel Sánchez de Heredia, párroco y director espiritual de la Corporación nazarena, junto a los miembros de la Junta de Gobierno de Valme, el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio Gavala, y la delegada de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento, Rosario Sánchez.
Allí, saludos, rezos y, pasadas las once de la noche, marcar los últimos pasos en busca de Los Jardines y del interior de un templo donde aguardaban tantos devotos que este año, por unas cosas y otras, no pudieron hacer el camino. Se cerraba así, felizmente, una romería que, sin duda, quedará en el recuerdo de todos los romeros por su dureza.
"Ha sido un camino especial este año, por los problemas causados por la lluvia, pero lo más importante es que ya estamos aquí y que todo ha ido bien". Juan Sánchez Cumplido, subido aún a lomos de su caballo, se encontraba prácticamente a las puertas de la Parroquia de Santa María Magdalena, a donde llegó, junto con los romeros que le acompañaban, en una noche muy agradable que, en cierto modo, hizo olvidar las importantes inclemencias vividas durante la ida a la aldea almonteña.
Porque las filiales que han hecho el camino han sufrido este año tormentas, fuertes por momentos, frío por las noches, mucha humedad, y, especialmente, cambios constantes en el recorrido, obligados por las circunstancias, que hizo que la improvisación estuviera a la orden del día y que momentos tan especiales como el paso del Quema o la presentación en Villamanrique no se pudieran hacer este año.
Pero una vez en la aldea, todo comenzó a cambiar y, pese a que seguían algunos problemas causados por la lluvia, se pudieron vivir unos importantes horas de devoción y de encuentros, que tuvo su culminación cuando en la mañana del lunes la Virgen del Rocío visitó la casa-hermandad de Dos Hermanas.
El martes, bien temprano, Dos Hermanas partió de regreso a su ciudad, y de nuevo tuvo que hacerlo por caminos que no eran los previstos, y casi siempre por carreteras y un asfalto que acabó haciendo mella en los caballos y bueyes que acompañaban a los romeros.
Ya en las proximidades de la ciudad nazarena, y con bastante retraso sobre lo previsto -en torno a una hora-, la Hermandad hizo su presentación ante el señor de Pasión, en Las Portadas, y, sin perder tiempo, ante el Cautivo, en El Rocío, para, desde allí, aligerar el paso en busca de la Plazoleta, donde aguardaba don Manuel Sánchez de Heredia, párroco y director espiritual de la Corporación nazarena, junto a los miembros de la Junta de Gobierno de Valme, el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio Gavala, y la delegada de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento, Rosario Sánchez.
Allí, saludos, rezos y, pasadas las once de la noche, marcar los últimos pasos en busca de Los Jardines y del interior de un templo donde aguardaban tantos devotos que este año, por unas cosas y otras, no pudieron hacer el camino. Se cerraba así, felizmente, una romería que, sin duda, quedará en el recuerdo de todos los romeros por su dureza.
F. G. / REDACCIÓN