Los fuegos artificiales pusieron este domingo el broche de oro a una Feria de Dos Hermanas que, lejos de concluir a partir de ahí, se prolongó mucho más allá, por cuanto el hecho de que el lunes era fiesta hizo que nadie, absolutamente nadie, tuviera especiales prisas por marcharse a su casa. Las luces del Real siguieron encendidas hasta la madrugada del lunes y, con ellos, el espíritu de cientos de nazarenos y nazarenas.
Se ha tratado, sin duda, de una Feria histórica en varios aspectos: primero, porque es muy difícil que casi la totalidad de la misma coincida con el mes de abril; segundo, porque al ser fiesta este lunes, la misma se ha prolongado de forma extraordinaria, abriendo incluso ya el debate de si la fiesta local de la ciudad debería situarse en el llamado 'lunes de resaca'; y, tercero, porque, pendiente de los datos oficiales, todo hace indicar que la Feria de 2016 ha roto la dinámica pesimista y decadente de otros años de la crisis.
Porque si algo ha destacado en esta Feria es el gran ambiente que ha predominado en la práctica totalidad de los días, en los que no ha habido por medio ningún festivo y que, quién sabe, ha podido ser lo que influyera más a la hora de que los nazarenos y nazarenas prefirieran quedarse a coger el 'puente' para, como muchos hacían, marcharse a la playa o a la sierra.
El debate siempre quedará ahí entre aquellos que quieren una fiesta por medio, entre los que no lo desean -especialmente los caseteros- y, a partir de ahora, entre los que han visto este año las ventajas del lunes de fiesta. Pero, fuera de una forma y otra, los fuegos artificiales siempre seguirán y servirán para iluminar los ojos y el espíritu de pequeños y mayores. Y en la noche de este domingo fueron muchísimos, los mismos que prolongaron la fiesta más allá de las doce.
Se ha tratado, sin duda, de una Feria histórica en varios aspectos: primero, porque es muy difícil que casi la totalidad de la misma coincida con el mes de abril; segundo, porque al ser fiesta este lunes, la misma se ha prolongado de forma extraordinaria, abriendo incluso ya el debate de si la fiesta local de la ciudad debería situarse en el llamado 'lunes de resaca'; y, tercero, porque, pendiente de los datos oficiales, todo hace indicar que la Feria de 2016 ha roto la dinámica pesimista y decadente de otros años de la crisis.
Porque si algo ha destacado en esta Feria es el gran ambiente que ha predominado en la práctica totalidad de los días, en los que no ha habido por medio ningún festivo y que, quién sabe, ha podido ser lo que influyera más a la hora de que los nazarenos y nazarenas prefirieran quedarse a coger el 'puente' para, como muchos hacían, marcharse a la playa o a la sierra.
El debate siempre quedará ahí entre aquellos que quieren una fiesta por medio, entre los que no lo desean -especialmente los caseteros- y, a partir de ahora, entre los que han visto este año las ventajas del lunes de fiesta. Pero, fuera de una forma y otra, los fuegos artificiales siempre seguirán y servirán para iluminar los ojos y el espíritu de pequeños y mayores. Y en la noche de este domingo fueron muchísimos, los mismos que prolongaron la fiesta más allá de las doce.
F. G. / REDACCIÓN