Con la portada de fondo, en el momento que pasa un coche de caballos, en la caseta de los amigos, en los cacharritos, a caballo, tomando una copa, bailando sevillanas... en cualquier momento, la verdad, viene bien hacerse un selfie, ese autorretrato que se hace solo o en compañía de otros y que ha sustituido ya de forma definitiva a la foto de postal que se hacía con la cámara de siempre.
Porque parece que no se ha ido a la Feria hasta que no se envía un selfie a la familia o amigos. Pero esto es lo que hay y pocos además son los que se acaban librando de él, por mucho que algunos y algunas traten de impedirlo. Pero ¿quién se resiste a un selfie? Pues hoy en día, hasta los que no tienen móvil.
Lo cierto es que la Feria ofrece muchísimas alternativas para selfiarse, sobre todo en un día como el de ayer, viernes, en el que el Real nazareno disfrutó de la mejor tarde y noche debido a la gran cantidad de visitantes que recibió, hasta el punto de que hubo momentos en los que las bolsas de aparcamientos estuvieron colapsadas y sin plazas libres.
Y todo se vio reflejado en el recinto ferial. Entre otras cosas, además, porque por fin muchos nazarenos y nazarenas pudieron disfrutar de la fiesta, porque los niños no tuvieron colegio y porque al día siguiente se podía descansar sin problema. Por eso se pudo vivir una tarde en la que el paseo de caballos lució de forma especial, en el que el ambiente en la gran mayoría de las casetas era extraordinario y en el que la noche se hizo más joven y larga que nunca. Y, para remate, todo condimentado con un tiempo espectacular.
Imágenes del viernes de Feria
Porque parece que no se ha ido a la Feria hasta que no se envía un selfie a la familia o amigos. Pero esto es lo que hay y pocos además son los que se acaban librando de él, por mucho que algunos y algunas traten de impedirlo. Pero ¿quién se resiste a un selfie? Pues hoy en día, hasta los que no tienen móvil.
Lo cierto es que la Feria ofrece muchísimas alternativas para selfiarse, sobre todo en un día como el de ayer, viernes, en el que el Real nazareno disfrutó de la mejor tarde y noche debido a la gran cantidad de visitantes que recibió, hasta el punto de que hubo momentos en los que las bolsas de aparcamientos estuvieron colapsadas y sin plazas libres.
Y todo se vio reflejado en el recinto ferial. Entre otras cosas, además, porque por fin muchos nazarenos y nazarenas pudieron disfrutar de la fiesta, porque los niños no tuvieron colegio y porque al día siguiente se podía descansar sin problema. Por eso se pudo vivir una tarde en la que el paseo de caballos lució de forma especial, en el que el ambiente en la gran mayoría de las casetas era extraordinario y en el que la noche se hizo más joven y larga que nunca. Y, para remate, todo condimentado con un tiempo espectacular.
Imágenes del viernes de Feria
F. G. / REDACCIÓN