El Santo Entierro puso este sábado de forma brillante el epílogo a una Semana Santa de Dos Hermanas en la que el tiempo irregular de los primeros días jugó alguna mala pasada, obligando a las hermandades de la Borriquita y del Cautivo a refugiarse en sendas casas-hermandades ante el temor a que cayera una tormenta, a que otras como Presentación retrasaran su salida o a que Pasión tuviera que regresar a su templo.
Sin embargo, la segunda parte de la semana hizo que se vivieran días importantes, que culminaron de forma satisfactoria tanto la Oración en el Huerto, como la Sagrada Cena, Vera-Cruz, el Gran Poder y La Amargura, que, cada una a su manera, dibujaron de nuevo momentos inolvidables para los cofrades nazarenos.
En cuanto a la procesión del Santo Entierro, la organización del cortejo que acompañó al Cristo Yacente y a la Virgen de la Soledad fue igual en relación a los dos últimos años, con la campana del muñidor abriendo el Cortejo procesional tras la Cruz de Guía, con las representaciones de las Virtudes Teologales, Santa Mujer Verónica y Tres Marías, con los miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías, con su presidente Antonio Gavala a la cabeza, y las autoridades civiles, muy numerosa en esta ocasión, con hasta seis miembros del equipo de Gobierno municipal, los cuatro concejales del Grupo Popular y uno de Ciudadanos, y los principales responsables de la Policía Local y Nacional en Dos Hermanas.
Cuando se produjeron las salidas del paso con el Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad, la Plaza de la Constitución se mostraba más ambientado que en ediciones anteriores, con menos sillas vacías de la Carrera Oficial, así como durante el recorrido por las calles más céntricas de la ciudad, que encontraron el seguimiento cercano de muchos nazarenos y nazarenas.
En especial, quedaron los momentos en los que la Cofradía realizó su paso por las calles Nuestra Señora de Valme, San Luis, Romera, Manuel de Falla, donde el cantante nazareno Manuel Lombo volvió a cantar una saeta a la Virgen de la Soledad, La Plazoleta o Santa María Magdalena.
En total, cuatro horas de recorrido en los que el frío hizo su aparición cuando la luz del sol se escondió y con los que se ponía fin a una Semana Santa que rompió algunos sueños pero que se vio engrandecida durante una segunda parte muy brillante.
Imágenes del Sábado Santo
FRANCISCO GIL / REDACCIÓN
Sin embargo, la segunda parte de la semana hizo que se vivieran días importantes, que culminaron de forma satisfactoria tanto la Oración en el Huerto, como la Sagrada Cena, Vera-Cruz, el Gran Poder y La Amargura, que, cada una a su manera, dibujaron de nuevo momentos inolvidables para los cofrades nazarenos.
En cuanto a la procesión del Santo Entierro, la organización del cortejo que acompañó al Cristo Yacente y a la Virgen de la Soledad fue igual en relación a los dos últimos años, con la campana del muñidor abriendo el Cortejo procesional tras la Cruz de Guía, con las representaciones de las Virtudes Teologales, Santa Mujer Verónica y Tres Marías, con los miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías, con su presidente Antonio Gavala a la cabeza, y las autoridades civiles, muy numerosa en esta ocasión, con hasta seis miembros del equipo de Gobierno municipal, los cuatro concejales del Grupo Popular y uno de Ciudadanos, y los principales responsables de la Policía Local y Nacional en Dos Hermanas.
Cuando se produjeron las salidas del paso con el Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad, la Plaza de la Constitución se mostraba más ambientado que en ediciones anteriores, con menos sillas vacías de la Carrera Oficial, así como durante el recorrido por las calles más céntricas de la ciudad, que encontraron el seguimiento cercano de muchos nazarenos y nazarenas.
En especial, quedaron los momentos en los que la Cofradía realizó su paso por las calles Nuestra Señora de Valme, San Luis, Romera, Manuel de Falla, donde el cantante nazareno Manuel Lombo volvió a cantar una saeta a la Virgen de la Soledad, La Plazoleta o Santa María Magdalena.
En total, cuatro horas de recorrido en los que el frío hizo su aparición cuando la luz del sol se escondió y con los que se ponía fin a una Semana Santa que rompió algunos sueños pero que se vio engrandecida durante una segunda parte muy brillante.
Imágenes del Sábado Santo
FRANCISCO GIL / REDACCIÓN
