Fue una tarde noche de entrega y devoción popular hacia la cofradía de la Oración en el Huerto, que, a su paso, se encontró en todo momento con una gran cantidad de personas que, por fin, pudieron disfrutar de un día radiante, aunque frío conforme fue entrando la noche, de Semana Santa.
Desde que empezó la Semana Santa Nazarena, todos los días se vivieron algún tipo de incidencia provocados por la lluvia o por el temor a que hiciera aparición, hasta el punto de que Pasión hubo de recogerse solo instantes después de que saliera a la calle en su barriada de Las Portadas. Por eso el centro de Dos Hermanas se vistió de gala este Miércoles Santo para disfrutar del buen tiempo y para ver, con normalidad, como gusta a todos, sus pasos por las calles.
Con absoluta puntualidad, el sonido del reloj de la casa-hermandad de la Oración en el Huerto que marca las horas se confundió, a las siete en punto de la tarde, con el del gran pestillo que se descorrió para permitir que la Cruz de Guía de esta cofradía se pusiera ya en la calle. Una calle Aníbal González que se mostraba pletórica, con muchísima gente, y en la que se volvieron a vivir las repetidas escenas de niños y niñas de monaguillos cobijados en el garaje de una casa y nazarenos de cortas edades que aguardaban, en fila, en el exterior de la casa-hermandad.
Y es que se trata de una de las estampas más llamativas y recordadas de esta cofradía, en la que los más pequeños siguen teniendo una presencia muy destacada, y lo que le confiere, además, ese carácter de cierta informalidad que permite a los otros pequeños y pequeñas que las observan desde las aceras que puedan acercarse sin problema a ellos para que les echen cera en sus bolas o para que les den estampitas o caramelos.
Además, quienes se congregaron ante la puerta de la casa-hermandad, pudieron de nuevo disfrutar de esa salida tan especial, en un lugar estrecho, de su gran misterio y de su precioso palio, lo que ofrece las lógicas dificultades, y a las que volvió a hacer frente una vez más el capataz mayor de esta Hermandad, Fernando Gutiérrez Luna. Allí, cuando el misterio se preparaba en el interior de la casa-hermandad para su salida, la Banda que acompañaba al palio le tocó, con suavidad, la marcha 'Jesús en Getsamení', que se compuso en su honor.
Con la comitiva procesionaron, además, tres frailes del Colegio de San Hermenegildo, en un gesto con el que se quiso recuperar la relación que hace unos años se mantenía entre la Hermandad de la Oración en el Huerto y dicho centro. Lo curioso es que uno de los frailes era alemán, otro madrileño y el último de Tenerife. Y a los tres se les vio disfrutar, además de repartir muchas estampitas.
A partir de ahí, todo transcurrió de forma fantástica, con la cofradía siempre arropada por muchísimo público, como ocurrió en las calles Francesa, Antonia Díaz, Manuel de Falla, San Sebastián o Rivas, al que se le notaba ya que se encontraba dispuesta a vivir en plenitud una segunda parte de la Semana Santa nazarena que, por lo que respecta al tiempo, se presenta muy alentadora.
Imágenes del Miércoles Santo
Desde que empezó la Semana Santa Nazarena, todos los días se vivieron algún tipo de incidencia provocados por la lluvia o por el temor a que hiciera aparición, hasta el punto de que Pasión hubo de recogerse solo instantes después de que saliera a la calle en su barriada de Las Portadas. Por eso el centro de Dos Hermanas se vistió de gala este Miércoles Santo para disfrutar del buen tiempo y para ver, con normalidad, como gusta a todos, sus pasos por las calles.
Con absoluta puntualidad, el sonido del reloj de la casa-hermandad de la Oración en el Huerto que marca las horas se confundió, a las siete en punto de la tarde, con el del gran pestillo que se descorrió para permitir que la Cruz de Guía de esta cofradía se pusiera ya en la calle. Una calle Aníbal González que se mostraba pletórica, con muchísima gente, y en la que se volvieron a vivir las repetidas escenas de niños y niñas de monaguillos cobijados en el garaje de una casa y nazarenos de cortas edades que aguardaban, en fila, en el exterior de la casa-hermandad.
Y es que se trata de una de las estampas más llamativas y recordadas de esta cofradía, en la que los más pequeños siguen teniendo una presencia muy destacada, y lo que le confiere, además, ese carácter de cierta informalidad que permite a los otros pequeños y pequeñas que las observan desde las aceras que puedan acercarse sin problema a ellos para que les echen cera en sus bolas o para que les den estampitas o caramelos.
Además, quienes se congregaron ante la puerta de la casa-hermandad, pudieron de nuevo disfrutar de esa salida tan especial, en un lugar estrecho, de su gran misterio y de su precioso palio, lo que ofrece las lógicas dificultades, y a las que volvió a hacer frente una vez más el capataz mayor de esta Hermandad, Fernando Gutiérrez Luna. Allí, cuando el misterio se preparaba en el interior de la casa-hermandad para su salida, la Banda que acompañaba al palio le tocó, con suavidad, la marcha 'Jesús en Getsamení', que se compuso en su honor.
Con la comitiva procesionaron, además, tres frailes del Colegio de San Hermenegildo, en un gesto con el que se quiso recuperar la relación que hace unos años se mantenía entre la Hermandad de la Oración en el Huerto y dicho centro. Lo curioso es que uno de los frailes era alemán, otro madrileño y el último de Tenerife. Y a los tres se les vio disfrutar, además de repartir muchas estampitas.
A partir de ahí, todo transcurrió de forma fantástica, con la cofradía siempre arropada por muchísimo público, como ocurrió en las calles Francesa, Antonia Díaz, Manuel de Falla, San Sebastián o Rivas, al que se le notaba ya que se encontraba dispuesta a vivir en plenitud una segunda parte de la Semana Santa nazarena que, por lo que respecta al tiempo, se presenta muy alentadora.
Imágenes del Miércoles Santo
FRANCISCO GIL / REDACCIÓN