Juan Miguel Martín Mena exaltará este domingo, día 13 de diciembre, la celebración de la Navidad en el acto que se desarrollará a partir de las 12:30 horas en la Parroquia de Santa María Magdalena. Y en ella asegura que su principal mensaje "será muy sencillo y muy directo: que en Navidad nace Dios. Sin adornos y sin más historias".
A sus 36 años ha sido protagonista de la vida de las Hermandades y Corporaciones nazarenas en multitud de ocasiones gracias a su arte y a su especial concepción del compromiso cristiano, pero nunca había pronunciado un pregón o exaltación, de ahí que el encargo realizado por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas para que anunciara a todos la llegada de la Navidad le cogiera totalmente desprevenido.
"Cuando el Consejo me transmitió su deseo de que fuera el exaltador de la Navidad, mi negativa fue rotunda", aseguró, pero durante la semana que ofreció de margen a éste para "al menos pensármelo" comenzaron a venirle a la memoria una serie de secuencias, de vivencias, de encuentros, de recuerdos, especialmente familiares, que le llevaron finalmente a aceptarlo.
- ¿Suele escribir?
- Yo suelo escribir para mí, pero nunca he leído nada mío ni en público ni en privado porque se trata de una escritura muy personal y en la que ni siquiera cuido las formas. Pero lo que me hace aceptar esta exaltación es el motivo, la Navidad, porque estoy completamente enamorado de ella. En mi casa la he vivido muy intensamente desde pequeño, mi familia es completamente belenista, y, además, todo lo que me rodeaba, desde la Hermandad de la Borriquita, a la Cabalgata de los Reyes Magos o al Grupo de Danzas, me hacían vivir una Navidad de forma muy especial. Digamos que a partir de noviembre ya para mí todo era Navidad. Y todo esto es lo que me lleva a pensar que si de algo puedo yo hablar, es de esta celebración.
- ¿Cómo ha sido el proceso de escritura?
- Un verdadero caos, porque no tenía muy claro lo que quería decir, y porque en el cuento de la Navidad que he escrito cada día me imaginaba algo diferente. Al final, lo que he hecho es contar una historia, que es la que me ha acompañado durante todas mis Navidades.
- O sea, que el domingo va a contar un cuento.
-Sí. Será como un cuento en el que se recogen todas las Navidades que he vivido. Será algo muy sentido y muy familiar. Yo pensaba que la familia iba a ser parte de la exaltación, pero al final aparece constantemente. Uno de las cosas que me comentaron al principio es que me iba a agradar mucho escribirlo, algo que yo no entendía porque estaba muerto de miedo y dudaba que disfrutara de ello, pero, efectivamente, ahora puedo asegurar que he disfrutado mucho. Yo no sé lo que será exaltarlo, pero sin duda alguna escribirlo ha sido un proceso maravilloso.
- ¿Será una exaltación al uso o se guarda alguna sorpresa?
- Será una exaltación al uso. Por eso quiero recalcar que por mi forma de ser y mi personalidad sé que habrá gente que espere algo especial, pero sólo se va a tratar de una exaltación a la Navidad; eso sí, más personal de lo que a me gustaría, pero es que la Navidad cuenta siempre con un gran aspecto íntimo.
- ¿Ha hablado alguna vez en público?
- No, y lo poco que he hablado lo he hecho muy mal. He tenido que hacerlo en la presentación de algún cartel, pero lo paso fatal, porque tengo problemas de dicción y no sé dirigirme al público.
- ¿Es lo que más respeto le impone?
- Digamos que es lo que más temo. Creo que me tengo que preparar muy bien el texto. Lo he corregido muchísimo, lo he revisado, pero sobre todo se tratará de la forma de decirlo. Me encuentro con algo que es bastante..., la palabra no es poético, porque no llevo ni un solo verso, pero como es una especie de cuento, en el que yo mismo me introduzco en la escena, entonces ahí entra esa parte mía de actor que llevo escondida y que será la que creo que me ayudará a llevarlo para adelante.
- ¿Guarda su exaltación algún mensaje especial?
- Digamos que, junto con el momento, el compromiso de denuncia que debemos tener los cristianos va muy marcado, y es algo muy sencillo: en Navidad el único mensaje es que nace Dios. Sin más adornos, sin más historias.
- Una vez terminado el proceso de escritura, ¿su estado es ya de tranquilidad?
- El hecho de tenerlo ya escrito sí hace que me haya relajado algo, pero tampoco del todo. Creo que hasta que no lo pronuncie no podré recuperar mi estado natural.
- ¿Por qué eligió como presentador a su primo, Federico Juan Martínez Martín?
- Es algo que siempre tuve claro desde el primer momento; es más, la decisión no la tenía tomada, pero al presentador sí lo tenía elegido. Federico es mi primo, pero prácticamente es mi hermano mayor, y, además, la persona con la que he vivido de forma más intensa la Navidad, aparte de con mi padre, por supuesto. Yo, gracias a Dios, tengo a mi hermana, que está ahí siempre, pero en él se unían esas dos cosas, porque es el que me conoce, es mi mentor, el que ha pregonado y exaltado hasta la saciedad, y quien me podía aconsejar. En definitiva, porque casi todos mis recuerdos de la Navidad me unen siempre a él.
A sus 36 años ha sido protagonista de la vida de las Hermandades y Corporaciones nazarenas en multitud de ocasiones gracias a su arte y a su especial concepción del compromiso cristiano, pero nunca había pronunciado un pregón o exaltación, de ahí que el encargo realizado por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas para que anunciara a todos la llegada de la Navidad le cogiera totalmente desprevenido.
"Cuando el Consejo me transmitió su deseo de que fuera el exaltador de la Navidad, mi negativa fue rotunda", aseguró, pero durante la semana que ofreció de margen a éste para "al menos pensármelo" comenzaron a venirle a la memoria una serie de secuencias, de vivencias, de encuentros, de recuerdos, especialmente familiares, que le llevaron finalmente a aceptarlo.
- ¿Suele escribir?
- Yo suelo escribir para mí, pero nunca he leído nada mío ni en público ni en privado porque se trata de una escritura muy personal y en la que ni siquiera cuido las formas. Pero lo que me hace aceptar esta exaltación es el motivo, la Navidad, porque estoy completamente enamorado de ella. En mi casa la he vivido muy intensamente desde pequeño, mi familia es completamente belenista, y, además, todo lo que me rodeaba, desde la Hermandad de la Borriquita, a la Cabalgata de los Reyes Magos o al Grupo de Danzas, me hacían vivir una Navidad de forma muy especial. Digamos que a partir de noviembre ya para mí todo era Navidad. Y todo esto es lo que me lleva a pensar que si de algo puedo yo hablar, es de esta celebración.
- ¿Cómo ha sido el proceso de escritura?
- Un verdadero caos, porque no tenía muy claro lo que quería decir, y porque en el cuento de la Navidad que he escrito cada día me imaginaba algo diferente. Al final, lo que he hecho es contar una historia, que es la que me ha acompañado durante todas mis Navidades.
- O sea, que el domingo va a contar un cuento.
-Sí. Será como un cuento en el que se recogen todas las Navidades que he vivido. Será algo muy sentido y muy familiar. Yo pensaba que la familia iba a ser parte de la exaltación, pero al final aparece constantemente. Uno de las cosas que me comentaron al principio es que me iba a agradar mucho escribirlo, algo que yo no entendía porque estaba muerto de miedo y dudaba que disfrutara de ello, pero, efectivamente, ahora puedo asegurar que he disfrutado mucho. Yo no sé lo que será exaltarlo, pero sin duda alguna escribirlo ha sido un proceso maravilloso.
- ¿Será una exaltación al uso o se guarda alguna sorpresa?
- Será una exaltación al uso. Por eso quiero recalcar que por mi forma de ser y mi personalidad sé que habrá gente que espere algo especial, pero sólo se va a tratar de una exaltación a la Navidad; eso sí, más personal de lo que a me gustaría, pero es que la Navidad cuenta siempre con un gran aspecto íntimo.
- ¿Ha hablado alguna vez en público?
- No, y lo poco que he hablado lo he hecho muy mal. He tenido que hacerlo en la presentación de algún cartel, pero lo paso fatal, porque tengo problemas de dicción y no sé dirigirme al público.
- ¿Es lo que más respeto le impone?
- Digamos que es lo que más temo. Creo que me tengo que preparar muy bien el texto. Lo he corregido muchísimo, lo he revisado, pero sobre todo se tratará de la forma de decirlo. Me encuentro con algo que es bastante..., la palabra no es poético, porque no llevo ni un solo verso, pero como es una especie de cuento, en el que yo mismo me introduzco en la escena, entonces ahí entra esa parte mía de actor que llevo escondida y que será la que creo que me ayudará a llevarlo para adelante.
- ¿Guarda su exaltación algún mensaje especial?
- Digamos que, junto con el momento, el compromiso de denuncia que debemos tener los cristianos va muy marcado, y es algo muy sencillo: en Navidad el único mensaje es que nace Dios. Sin más adornos, sin más historias.
- Una vez terminado el proceso de escritura, ¿su estado es ya de tranquilidad?
- El hecho de tenerlo ya escrito sí hace que me haya relajado algo, pero tampoco del todo. Creo que hasta que no lo pronuncie no podré recuperar mi estado natural.
- ¿Por qué eligió como presentador a su primo, Federico Juan Martínez Martín?
- Es algo que siempre tuve claro desde el primer momento; es más, la decisión no la tenía tomada, pero al presentador sí lo tenía elegido. Federico es mi primo, pero prácticamente es mi hermano mayor, y, además, la persona con la que he vivido de forma más intensa la Navidad, aparte de con mi padre, por supuesto. Yo, gracias a Dios, tengo a mi hermana, que está ahí siempre, pero en él se unían esas dos cosas, porque es el que me conoce, es mi mentor, el que ha pregonado y exaltado hasta la saciedad, y quien me podía aconsejar. En definitiva, porque casi todos mis recuerdos de la Navidad me unen siempre a él.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN