La mañana se levantó algo fresca, y desde bien temprano Diego Garrido comenzó a montar, como todas los días, su puesto de cupones de la ONCE en la calle Romera, justo al lado de la peluquería de Jesús Laguna, para tratar de llevar la suerte a sus clientes de siempre. Y así transcurría todo, dentro de la lógica rutina, hasta que una clienta le pidió un rasca, de esos del 'siete y medio', y pareció escucharse un grito.
Pero, claro, el grito era de alegría. "Dame un rasca de 1 euro, Diego", pudo decir. Y este singular vendedor de cupones de la ONCE cogió un 'siete y medio' y se lo dio: "Mucha suerte, pero, sobre todo, mucha salud. Y buen día, señora". La compradora cogió su rasca, lo 'rascó', se alegró cuando vio que la banca sacaba un número inferior al del jugador -"Mira, por lo menos me ha tocado algo", diría-, pero cuando descubrió el premio tuvo que mirarlo varias veces hasta que el silencio se convirtió en grito. Y a partir de ahí comenzó la alegría y, luego, la fiesta.
750 euros gracias a la suerte de un rasca de un solo euro. Y, además, en estas fechas tan especiales. Y, claro Diego Garrido, el cuponero de la calle Romera, ya no cabía dentro de sí de la alegría, porque, en pocos meses, había repartido la suerte a otro nazareno que en el mes de mayo se llevó 20.000 euros gracias a un cupón del sábado.
Felicitaciones de todos los clientes, la curiosidad por saber quién había sido la agraciada -"una clienta de siempre", explicó simplemente Diego a todos-. Y a partir de ahí a seguir con la alegría de siempre..., bueno, con más aún, claro.
Pero, claro, el grito era de alegría. "Dame un rasca de 1 euro, Diego", pudo decir. Y este singular vendedor de cupones de la ONCE cogió un 'siete y medio' y se lo dio: "Mucha suerte, pero, sobre todo, mucha salud. Y buen día, señora". La compradora cogió su rasca, lo 'rascó', se alegró cuando vio que la banca sacaba un número inferior al del jugador -"Mira, por lo menos me ha tocado algo", diría-, pero cuando descubrió el premio tuvo que mirarlo varias veces hasta que el silencio se convirtió en grito. Y a partir de ahí comenzó la alegría y, luego, la fiesta.
750 euros gracias a la suerte de un rasca de un solo euro. Y, además, en estas fechas tan especiales. Y, claro Diego Garrido, el cuponero de la calle Romera, ya no cabía dentro de sí de la alegría, porque, en pocos meses, había repartido la suerte a otro nazareno que en el mes de mayo se llevó 20.000 euros gracias a un cupón del sábado.
Felicitaciones de todos los clientes, la curiosidad por saber quién había sido la agraciada -"una clienta de siempre", explicó simplemente Diego a todos-. Y a partir de ahí a seguir con la alegría de siempre..., bueno, con más aún, claro.
F. G. CH. / REDACCIÓN
