El envolvente sonido de las campanas de la Parroquia de Santa María Magdalena presidió este domingo, día 7 de junio, en Dos Hermanas la celebración del Corpus Christi, en una mañana agradable y que se volvió al final calurosa y en la que el centro de la ciudad se volvió a engalanar para recibir a los pasos con las imágenes del Niño Jesús, la Divina Pastora y el Santísimo Sacramento.
La Plaza de la Constitución lució en la mañana de este domingo como gusta a aquellos que siguen con devoción el recorrido del Corpus Christi. Cielo con algunas nubes que no impidieron el brillo, temperaturas agradables al principio y calurosas conforme avanzaba el día, y, como siempre, numerosos nazarenos y nazarenas que quisieron sumarse con su presencia a esta celebración.
Sobre las nueve de la mañana, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena tuvo lugar la celebración de la Santa Misa, que ofició el titular de la misma, don Manuel Sánchez de Heredia, y a su finalización se organizó el cortejo, que comenzó a salir sobre las diez y cinco de la mañana.
Las calles por las que se iba a realizar el recorrido se encontraban ya cubiertas de la tradicional alfombra de lantisco, y algunos de los lugares más señalados del recorrido habían sido adornados con pequeños altares, mientras muchos balcones habían sido engalanados para recibir a la procesión.
Abriendo la misma, y guiados por la esquila, transcurrió un numeroso grupo de niños y niñas vestidos con sus trajes de primera comunión, al que siguieron las representaciones de las hermandades de Penitencia, de Gloria y Sacramentales de Dos Hermanas, además del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio Gavala.
Por delante del paso de la Custodia, la representación de la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas, y, justo detrás de la misma, la religiosa, presidida por don Manuel Sánchez de Heredia, en su primer Corpus nazareno. Y cerrando este último tramo procesional se encontraba la representación del Ayuntamiento nazareno, con los tenientes de alcalde en funciones Antonio Morán, Ana Conde y Lourdes López, y el miembro del Grupo Popular, también en funciones, Manuel Pino.
Uno de los momentos más emotivos del recorrido procesional fue el encuentro con los numerosos altares, muchos de ellos colocados por distintas hermandades nazarenas, y en el que destacó un año más el que presidía el Señor de la Cena, cuya Hermandad había situado a su titular en la Plaza de Villa Pepita, y que esa misma mañana fue trasladado por costaleros de dicha corporación. E, igualmente, el recorrido que realizó el cortejo procesional por la calle Nuestra Señora de Valme, cuyo aspecto cubierto con lonas ofrece un ambiente especial.
Durante este trayecto, los tres pasos se detuvieron ante los altares que se habían preparado para la ocasión, volviendo a distinguirse entre los demás el que se encontraba ante la casa en la que nació la Madre Trinidad, fundadora de la Obra de la Iglesia, donde la Custodia fue recibida con una petalada de rosas.
Uno de los aspectos más significativos de esta procesión son las notas musicales que ponen tres de las bandas más destacadas de Dos Hermanas, que acompañaron a los distintos pasos y que volvieron a destacar por la brillantez y la singularidad de sus sonidos. Se trata de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, que marchó tras el paso del Niño Jesús; de la Banda de Música de La Presentación al Pueblo, que acompañó al de la Divina Pastora, y de la Banda de Música Santa Ana, que lo hizo tras el paso del Santísimo Sacramento.
Y, de nuevo en la Plaza de la Constitución, las campanas de la Parroquia saludaron a la comitiva, que realizó su entrada en el templo, en el caso de la Custodia, poco antes de la una de la tarde, rodeado de numerosas personas que no quisieron faltar a la cita, pese al calor que ya apretaba bastante por entonces, con una de las más señaladas tradiciones religiosas de la ciudad.
Imágenes del Corpus
La Plaza de la Constitución lució en la mañana de este domingo como gusta a aquellos que siguen con devoción el recorrido del Corpus Christi. Cielo con algunas nubes que no impidieron el brillo, temperaturas agradables al principio y calurosas conforme avanzaba el día, y, como siempre, numerosos nazarenos y nazarenas que quisieron sumarse con su presencia a esta celebración.
Sobre las nueve de la mañana, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena tuvo lugar la celebración de la Santa Misa, que ofició el titular de la misma, don Manuel Sánchez de Heredia, y a su finalización se organizó el cortejo, que comenzó a salir sobre las diez y cinco de la mañana.
Las calles por las que se iba a realizar el recorrido se encontraban ya cubiertas de la tradicional alfombra de lantisco, y algunos de los lugares más señalados del recorrido habían sido adornados con pequeños altares, mientras muchos balcones habían sido engalanados para recibir a la procesión.
Abriendo la misma, y guiados por la esquila, transcurrió un numeroso grupo de niños y niñas vestidos con sus trajes de primera comunión, al que siguieron las representaciones de las hermandades de Penitencia, de Gloria y Sacramentales de Dos Hermanas, además del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio Gavala.
Por delante del paso de la Custodia, la representación de la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas, y, justo detrás de la misma, la religiosa, presidida por don Manuel Sánchez de Heredia, en su primer Corpus nazareno. Y cerrando este último tramo procesional se encontraba la representación del Ayuntamiento nazareno, con los tenientes de alcalde en funciones Antonio Morán, Ana Conde y Lourdes López, y el miembro del Grupo Popular, también en funciones, Manuel Pino.
Uno de los momentos más emotivos del recorrido procesional fue el encuentro con los numerosos altares, muchos de ellos colocados por distintas hermandades nazarenas, y en el que destacó un año más el que presidía el Señor de la Cena, cuya Hermandad había situado a su titular en la Plaza de Villa Pepita, y que esa misma mañana fue trasladado por costaleros de dicha corporación. E, igualmente, el recorrido que realizó el cortejo procesional por la calle Nuestra Señora de Valme, cuyo aspecto cubierto con lonas ofrece un ambiente especial.
Durante este trayecto, los tres pasos se detuvieron ante los altares que se habían preparado para la ocasión, volviendo a distinguirse entre los demás el que se encontraba ante la casa en la que nació la Madre Trinidad, fundadora de la Obra de la Iglesia, donde la Custodia fue recibida con una petalada de rosas.
Uno de los aspectos más significativos de esta procesión son las notas musicales que ponen tres de las bandas más destacadas de Dos Hermanas, que acompañaron a los distintos pasos y que volvieron a destacar por la brillantez y la singularidad de sus sonidos. Se trata de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, que marchó tras el paso del Niño Jesús; de la Banda de Música de La Presentación al Pueblo, que acompañó al de la Divina Pastora, y de la Banda de Música Santa Ana, que lo hizo tras el paso del Santísimo Sacramento.
Y, de nuevo en la Plaza de la Constitución, las campanas de la Parroquia saludaron a la comitiva, que realizó su entrada en el templo, en el caso de la Custodia, poco antes de la una de la tarde, rodeado de numerosas personas que no quisieron faltar a la cita, pese al calor que ya apretaba bastante por entonces, con una de las más señaladas tradiciones religiosas de la ciudad.
Imágenes del Corpus
F. G. CH. / REDACCIÓN