La Asociación Nazarena de Amigos del Pueblo Saharaui ha convocado para el próximo jueves, día 25 de julio, a las 20:30 horas, una concentración ante las puertas del Ayuntamiento de Dos Hermanas, en apoyo a Takbar Haddi, que se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 15 de mayo para reclamar que le entreguen el cuerpo sin vida de su hijo, fallecido tras la agresión sufrida por parte de colonos marroquíes.
En una carta dirigida al ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García Margallo, por la Red Madrileña de Apoyo a las Mujeres Saharauis (REDMAMSA) y la Red Andaluza de Apoyo a las Mujeres Saharauis (RADAMS), junto a otras organizaciones, se informa de las circunstancias que rodean a Takbar Haddi, quien comenzó el pasado 15 de mayo una huelga de hambre indefinida fuera del consulado marroquí en Las Palmas de Gran Canarias "por el asesinato de su hijo Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, por agresión de colonos marroquíes, con el respaldo de las autoridades de ocupación y la negligencia médica intencionada".
Después de la muerte de su hijo, que aconteció cuando Takbar Haddi se encontraba en España, se trasladó a El Aaiún para conocer los hechos de primera mano. "Al ser consciente de la magnitud de la injusticia que acabó con la vida de su hijo", según recoge textualmente dicha carta, decidió investigar y esclarecer los hechos hasta las últimas consecuencias: se dirigió al Ministro de Justicia y al Procurador General del Rey en El Aaiún sin obtener ninguna respuesta, y luego volvió a escribir al mismo Procurador solicitando información sobre el destino de las denuncias y reivindicaciones.
"Por respuesta no obtuvo más que el refuerzo del asedio policial y los asaltos a la casa de su familia y las calles que llevan a ella, con agresiones dentro de la vivienda, torturas y destrucción de bienes. Todo esto por no doblegarse ante el diluvio de presiones y ostentosos sobornos (90.000 euros) a cambio de firmar el entierro de su hijo en silencio y abstenerse de cualquier demanda de autopsia e investigación", continúa la carta.
Dadas las graves circunstancias que han rodeado la muerte de Mohamed Lamin Haidala y convencidas de que Takbar Haddi, su madre, está en su legítimo derecho de pedir el cuerpo de su hijo para que se haga justicia, "diferentes Redes de Mujeres y Asociaciones nos unimos para apoyar a esta mujer deseando que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y se hagan eco de la necesidad de hacer justicia".
Por este motivo, denuncian: "La incitación al odio promovida por la ocupación marroquí entre sus colonos con terribles consecuencias como la muerte del hijo de Takbar, la detención arbitraria y torturas recibidas por Mohamed Lamin Haidala por parte de la policía de ocupación marroquí, la connivencia entre la policía y la justicia marroquí que no han procedido ni a investigar los hechos ni a detener a los colonos implicados en esta agresión con resultado de muerte, la corrupción del sistema sanitario marroquí como un brazo más del aparato opresor que denegó el auxilio médico necesario, derecho básico fundamental, y el cerco policial y las agresiones que sufre la familia de Haidala diariamente en su casa de El Aaiún ocupado".
Asimismo, piden que el Gobierno de España, en su calidad de Potencia Administradora del Sahara Occidental de 'iure', como reconoce el Auto nº40/2014 del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, exija a las autoridades marroquíes que abran una investigación independiente sobre la muerte de Mohamed Lamin Haidala y procedan a la exhumación y autopsia del cadáver del joven por médicos forenses imparciales, "para aclarar las causas de su muerte y entregar posteriormente los restos mortales a su madre Takbar Haddi para que pueda darle a su hijo un entierro digno".
Carta de Takbar Haddi a su hijo
Takbar Haddi, madre del joven Mohamed Lamin Haidala, escribió el pasado 1 de junio en Las Palmas de Gran Canaria una carta dirigida a su hijo, que se reproduce a continuación:
Mis fuerzas apenas me permiten ya pronunciar tu nombre, cierro los ojos y te veo sonriente, alegre, como tus amigos, como tus hermanos. Siempre me decías que era tu heroína porque contestaba a todas tus preguntas; hoy soy incapaz de responder a las mías: ¿Por qué te asesinaron? ¿Por qué te destinaron este final?
El dolor, el inmenso dolor vuelve a mi frágil cuerpo y me azota, me lastima hasta en lo más profundo de mi ser. Abro los ojos y veo tu imagen ensangrentada, veo gente gritando ¡¡¡Justicia Para Haidala, Justicia Para Haidala!!!. Quiero gritar con ellos: ¡¡¡Justicia Para Haidala, Justicia Para Haidala¡¡¡
Tu imagen sufrida, ensangrentada, insufla fuerza en mí, vuelvo a respirar hondo para amortiguar el dolor en mi interior, quiero tener fuerzas para seguir luchando por ti. Mis preguntas siguen sin respuesta: ¿Por qué a ti? ¿Por qué te arrancaron la vida de esta forma tan cruel? ¿Son personas o monstruos?
Sólo me queda buscar las respuestas y exigir justicia. Quiero que forenses independientes hagan una nueva autopsia a tu cadáver, hijo, porque tus asesinos te enterraron sin que yo me despidiera de ti, no sé dónde estás, no me dejaron despedirme de ti, ni a ti de mi. Tus asesinos siguen en libertad. Si no hay justicia, para qué vivir, no quiero vivir.
Tan solo tenías 21 años y muchos proyectos de futuro en tu país, libre de la ocupación, libre de colonos hambrientos de sangre, como los que te asesinaron y te hicieron agonizar de comisaría en comisaría y peregrinar de hospital en hospital sin recibir ni la menor muestra de humanidad.
Mohamed Lamin fuiste agredido en El Aaiún, la ciudad que te vio nacer, jugar, correr… Te hirieron de muerte aquel fatídico día, el 31 de enero, eran cinco colonos marroquíes que trabajaban en una tienda cercana a tu casa. Desde que llegaron a nuestra tierra no han traído más que dolor y penuria a nuestras vidas.
Hijo, sé que sufriste porque recibiste golpes y pedradas en el pecho y los brazos, pero el ensañamiento de tus asesinos lo demuestran con la herida grave que te asestaron en el cuello con unas tijeras. ¿Cómo puede haber tanta crueldad contra niños indefensos como tú?
También las mujeres sufrimos la violencia cada día en nuestras casas, en nuestros barrios, pero nunca me imaginé que podían arrancarte de mi lado así. Hoy sufro por ti, por mí y por todos los que cada día son agredidos por el solo hecho de decir que son saharauis, que aman la libertad como tú la amabas.
Vuelvo a cerrar los ojos con extenuación apagada. Quiero recuperar tu imagen, tu imagen feliz, no la imagen ensangrentada. Te escucho reír, jugar con tu hermano Seifeddin (18 años), eras el ejemplo para él, su compañero inseparable. También veo al pequeño Darrag (8 años), te echa de menos y no entiende que ya no estás. No puede entender lo que sufriste en tu agonía. Ya no estás para cogerle de las manos y hacerle girar alrededor de tu cuerpo mientras él se tronchaba de la risa. Te siguen esperando cada día.
Me llaman madre coraje por mi huelga de hambre reclamando justicia, quisiera no serlo para que tú estés aquí, conmigo.
Cierro mis ojos otra vez porque sólo así:
Borraré de mi mente
las penas del exilio
Volveré a amar la vida
cuando tú vuelvas, hijo.
En una carta dirigida al ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García Margallo, por la Red Madrileña de Apoyo a las Mujeres Saharauis (REDMAMSA) y la Red Andaluza de Apoyo a las Mujeres Saharauis (RADAMS), junto a otras organizaciones, se informa de las circunstancias que rodean a Takbar Haddi, quien comenzó el pasado 15 de mayo una huelga de hambre indefinida fuera del consulado marroquí en Las Palmas de Gran Canarias "por el asesinato de su hijo Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, por agresión de colonos marroquíes, con el respaldo de las autoridades de ocupación y la negligencia médica intencionada".
Después de la muerte de su hijo, que aconteció cuando Takbar Haddi se encontraba en España, se trasladó a El Aaiún para conocer los hechos de primera mano. "Al ser consciente de la magnitud de la injusticia que acabó con la vida de su hijo", según recoge textualmente dicha carta, decidió investigar y esclarecer los hechos hasta las últimas consecuencias: se dirigió al Ministro de Justicia y al Procurador General del Rey en El Aaiún sin obtener ninguna respuesta, y luego volvió a escribir al mismo Procurador solicitando información sobre el destino de las denuncias y reivindicaciones.
"Por respuesta no obtuvo más que el refuerzo del asedio policial y los asaltos a la casa de su familia y las calles que llevan a ella, con agresiones dentro de la vivienda, torturas y destrucción de bienes. Todo esto por no doblegarse ante el diluvio de presiones y ostentosos sobornos (90.000 euros) a cambio de firmar el entierro de su hijo en silencio y abstenerse de cualquier demanda de autopsia e investigación", continúa la carta.
Dadas las graves circunstancias que han rodeado la muerte de Mohamed Lamin Haidala y convencidas de que Takbar Haddi, su madre, está en su legítimo derecho de pedir el cuerpo de su hijo para que se haga justicia, "diferentes Redes de Mujeres y Asociaciones nos unimos para apoyar a esta mujer deseando que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y se hagan eco de la necesidad de hacer justicia".
Por este motivo, denuncian: "La incitación al odio promovida por la ocupación marroquí entre sus colonos con terribles consecuencias como la muerte del hijo de Takbar, la detención arbitraria y torturas recibidas por Mohamed Lamin Haidala por parte de la policía de ocupación marroquí, la connivencia entre la policía y la justicia marroquí que no han procedido ni a investigar los hechos ni a detener a los colonos implicados en esta agresión con resultado de muerte, la corrupción del sistema sanitario marroquí como un brazo más del aparato opresor que denegó el auxilio médico necesario, derecho básico fundamental, y el cerco policial y las agresiones que sufre la familia de Haidala diariamente en su casa de El Aaiún ocupado".
Asimismo, piden que el Gobierno de España, en su calidad de Potencia Administradora del Sahara Occidental de 'iure', como reconoce el Auto nº40/2014 del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, exija a las autoridades marroquíes que abran una investigación independiente sobre la muerte de Mohamed Lamin Haidala y procedan a la exhumación y autopsia del cadáver del joven por médicos forenses imparciales, "para aclarar las causas de su muerte y entregar posteriormente los restos mortales a su madre Takbar Haddi para que pueda darle a su hijo un entierro digno".
Carta de Takbar Haddi a su hijo
Takbar Haddi, madre del joven Mohamed Lamin Haidala, escribió el pasado 1 de junio en Las Palmas de Gran Canaria una carta dirigida a su hijo, que se reproduce a continuación:
Mis fuerzas apenas me permiten ya pronunciar tu nombre, cierro los ojos y te veo sonriente, alegre, como tus amigos, como tus hermanos. Siempre me decías que era tu heroína porque contestaba a todas tus preguntas; hoy soy incapaz de responder a las mías: ¿Por qué te asesinaron? ¿Por qué te destinaron este final?
El dolor, el inmenso dolor vuelve a mi frágil cuerpo y me azota, me lastima hasta en lo más profundo de mi ser. Abro los ojos y veo tu imagen ensangrentada, veo gente gritando ¡¡¡Justicia Para Haidala, Justicia Para Haidala!!!. Quiero gritar con ellos: ¡¡¡Justicia Para Haidala, Justicia Para Haidala¡¡¡
Tu imagen sufrida, ensangrentada, insufla fuerza en mí, vuelvo a respirar hondo para amortiguar el dolor en mi interior, quiero tener fuerzas para seguir luchando por ti. Mis preguntas siguen sin respuesta: ¿Por qué a ti? ¿Por qué te arrancaron la vida de esta forma tan cruel? ¿Son personas o monstruos?
Sólo me queda buscar las respuestas y exigir justicia. Quiero que forenses independientes hagan una nueva autopsia a tu cadáver, hijo, porque tus asesinos te enterraron sin que yo me despidiera de ti, no sé dónde estás, no me dejaron despedirme de ti, ni a ti de mi. Tus asesinos siguen en libertad. Si no hay justicia, para qué vivir, no quiero vivir.
Tan solo tenías 21 años y muchos proyectos de futuro en tu país, libre de la ocupación, libre de colonos hambrientos de sangre, como los que te asesinaron y te hicieron agonizar de comisaría en comisaría y peregrinar de hospital en hospital sin recibir ni la menor muestra de humanidad.
Mohamed Lamin fuiste agredido en El Aaiún, la ciudad que te vio nacer, jugar, correr… Te hirieron de muerte aquel fatídico día, el 31 de enero, eran cinco colonos marroquíes que trabajaban en una tienda cercana a tu casa. Desde que llegaron a nuestra tierra no han traído más que dolor y penuria a nuestras vidas.
Hijo, sé que sufriste porque recibiste golpes y pedradas en el pecho y los brazos, pero el ensañamiento de tus asesinos lo demuestran con la herida grave que te asestaron en el cuello con unas tijeras. ¿Cómo puede haber tanta crueldad contra niños indefensos como tú?
También las mujeres sufrimos la violencia cada día en nuestras casas, en nuestros barrios, pero nunca me imaginé que podían arrancarte de mi lado así. Hoy sufro por ti, por mí y por todos los que cada día son agredidos por el solo hecho de decir que son saharauis, que aman la libertad como tú la amabas.
Vuelvo a cerrar los ojos con extenuación apagada. Quiero recuperar tu imagen, tu imagen feliz, no la imagen ensangrentada. Te escucho reír, jugar con tu hermano Seifeddin (18 años), eras el ejemplo para él, su compañero inseparable. También veo al pequeño Darrag (8 años), te echa de menos y no entiende que ya no estás. No puede entender lo que sufriste en tu agonía. Ya no estás para cogerle de las manos y hacerle girar alrededor de tu cuerpo mientras él se tronchaba de la risa. Te siguen esperando cada día.
Me llaman madre coraje por mi huelga de hambre reclamando justicia, quisiera no serlo para que tú estés aquí, conmigo.
Cierro mis ojos otra vez porque sólo así:
Borraré de mi mente
las penas del exilio
Volveré a amar la vida
cuando tú vuelvas, hijo.
DH DIARIO DIGITAL / REDACCIÓN