Fue un Pregón a corazón abierto. Sincero, emotivo, cariñoso, poético y cantado. Fue un Pregón emocionado en el que estuvieron presentes la Hermandad nazarena, el camino, su medalla, sus dos madres -"la Virgen del Rocío y la que me llevó en su seno"-, su Coro rociero, las Colonias de Verano del Prendimiento, su carreta 'Verdes Jarales', su presentador José Manuel González y hasta su Virgen de la Esperanza del Cautivo.
De nuevo, la Parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas se vistió de gala para acoger uno de los momentos más destacados de los cultos que a lo largo de la pasada semana le dedicó la Hermandad del Rocío nazarena a la Reina de las Marismas.
Tras el Solemne Triduo que se celebró durante los días 15, 16 y 17, el domingo llegaba el turno de la Solemne Función Principal de Instituto, que presidió el párroco del Templo Mayor, don Manuel Sánchez de Heredia, y que contó con una masiva presencia de romeros, y ya a su conclusión con la celebración del Pregón del Rocío, que este año iba a estar a cargo de uno de sus hermanos ilustres, José Chacón Marín.
En la presidencia que se situó a los pies del altar en el que destacaba el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas, se encontraba don Manuel Sánchez de Heredia, y, junto a él, la delegada de Juventud y Cultura del Ayuntamiento, Rosario Sánchez; el secretario del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Alba; el hermano mayor de la Corporación rociera, Juan Sánchez Cumplido, y, por supuesto, el pregonero y su presentador, José Manuel González García.
José Chacón, Pepe Chacón para muchos, 'Pepe el de los Verdes Jarales' para tantos, ya llegó emocionado al atril del orador después de escuchar las palabras pronunciadas por su presentador, "mi amigo y hermano", y porque sabía que no se encontraba sólo, que una parte importante de quienes le quieren y de quienes han llenado parte de su vida se encontraban allí, como era el caso de la sorpresa que le dieron sus antiguos compañeros del Coro Verdes Jarales y "mis niños" de las Colonias de Verano, que, en ambos casos, le sorprendieron con unos cantes por sevillanas rocieras.
Y en ese ambiente, y ante un auditorio expectante, Pepe Chacón sacó su sonrisa eterna, alzó sus brazos al viento y sorprendió a todos con una voz clara, una palabra sentida y una rima emotiva en el primer Pregón que pronunciaba en su vida y que le encumbra ya entre los ilustres pregoneros de su Romería nazarena.
Porque el Pregón lo inició con un verso -"Atrás quedó una noche, entre sueños y desvelos, donde el alma se escapaba hacia momentos y recuerdos", fueron sus primeras palabras-, a los que siguieron tantos cuantos momentos de sus vivencias y experiencias quiso recoger durante la hora en la que estuvo pregonando. Y en todo momento con confesiones como ésta: "Aquí me viene rociero, contigo delante de ella, para gritar a los cuatro vientos lo que llevo por bandera: el pueblo de Dos Hermanas, mi Hermandad nazarena, mi carreta Verdes Jarales, mi Esperanza guapa morena, mi verde oro Simpecado, mi Pastora bendita almonteña y desde hoy ser pregonero de mi Rocío".
Sus primeras palabras se las dedicó a su amigo y presentador: "Sabía que tus palabras harían más hermoso este momento, pero en el fondo no hacían falta, porque te conozco muy bien por dentro. Sé bien de tu corazón, de cómo siente rociero... Tu camino es mi camino, tu carreta, mi carreta... Gracias de corazón, gracias amigo sincero, gracias buen rociero".
Pepe Chacón confesó que han sido y son muchos los sentimientos que se entremezclaban en ese momento, entablando una conversación con la virgen del Rocío al tiempo que se preguntaba "¿Cómo pregonar, piropearte, hablar de ti Blanca Paloma, de esto que se llama Rocío que tanto nos enamora?... Cómo pregonarte, cómo ser tu pregonero. Nunca se podrá explicar lo que tú eres para un rociero. Sólo soy una alegoría que se pierda en este templo, una eterna sinfonía que resuena desde el cielo".
Durante su Pregón, 'Pepe el de los Verdes Jarales' describió instantes como la salida de las carretas y del Simpecado desde Dos Hermanas, y los momentos que durante las mañanas, tardes y noches se suceden en torno a su Hermandad y a su carreta, adornada con lazos y cortinas alpujarreñas, teniendo en esos momentos un emotivo recuerdo hacia su madre: "Yo no tuve la suerte, como muchos de ustedes, de hacer su primer Rocío en el vientre de su madre, que su padre le enseñase el camino, que su abuelo le dejase de herencia una vieja medalla...".
Y dibujó lo que es su verdadero camino: "Esa sensación de sentirse en la gloria... con algo de comida, una fiambrera, un barreño para asearnos, un perol y una cafetera, un colchón para cuatro, pero con toda la ilusión del mundo por bandera". Una forma de hacerlo que le ha convertido en una de las esencias del camino nazareno, que gira en torno a él y a sus amigos, y en torno a su carreta: "Qué palabra más bonita, y que significa tanto para mí. Y si le añado 'Verdes Jarales', pues ya está todo dicho. Qué nombre tan sencillo y grande a la vez. Detrás de él hay nombres y apellidos. Es el resultado de mucho amor y cariño", añadió en referencia también al coro que entre él y un grupo de amigos fundaron años atrás.
El pregonero tuvo palabras de amor hacia su Hermandad, "la que nos enseñó, nos ha querido y que siempre hemos formado parte de ella"; hacia su medalla: "Medalla, medalla mi, perdiste el brillo de tu plata viviendo Rocíos al lado mía, compañera de mis penas y alegría"; hacia los niños y monitores de las Colonias de Verano de la Asociación Parroquial del Prendimiento, que le cantaron una sevillana rociera y a los que se refirió con estas palabras: "Una de las cosas más bonitas que me han pasado han sido mis niños de las Colonias, y tuvo que ser en el Rocío. En nuestra casa Hermandad. Entre niños y monitores me senté hace tres años, y ha sido una cosa tan grande que allí me quedé".
Y llegó el momento de entrar a la Aldea y de situarse ante la Virgen: "No hay amor como el de una madre... Y tengo la gran suerte de decir, con mucho orgullo, que no hay amor más incondicional, más grande y sincero que el tuyo, Madre del Rocío, y de la que me llevó en su seno. Como dice la sevillana, todo el mundo tiene una madre; yo, sin embargo, tengo dos", la Reina de las Marismas "y la que me parió: ¡Qué gran señora!"
"Me guardo en mi corazón este momento, me llevo siempre conmigo lo vivido y espero que te quedes a mi lado compartiendo conmigo este momento", continuó el pregonero en unas palabras con las que ya fue concluyendo: "Y este soy yo, el de Verdes Jarales. Me quedo con tu cariño, con tu mirada emocionada, con tu abrazo sincero y esa lágrima que he visto en tu cara... Gracias a mi querida Hermandad..., a mis padres, mi familia, mis cuatro hermanos, mis cinco sobrinos, mis monitores y niños de las Colonias, mi hermano pregonero, mis amigos del Costal, mis hermanos del Cautivo... Se quedan tantas cosas en mi corazón, imposible decir todo lo que siento... Ya sólo quiero cantar, expresarte Rocío lo que siento, con este canto, este pregón será un sueño..., tú quieres soñar conmigo, pues vente a mi vera, que aquí te espero", dijo, mientras tomó su guitarra y cantó para todos una canción de amor a su fe religiosa, que despidió con un ¡He dicho! y que fueron recibidas con un cerrado aplauso y con todos puestos en pie dándoles así su aprobación.
Presentación
Con anterioridad a este Pregón, había tomado la palabra José Manuel González García, quien comenzó dirigiéndose directamente al pregonero: "Querido hermano y amigo Pepe", dijo, mientras recordó los momentos vividos una vez que le comunicaron que iba a ser el pregonero y que éste le propuso que fuera su presentador, y de cómo esta circunstancia la cambió la vida a Pepe Chacón, al tiempo que recordó "los tantísimos caminos y peregrinaciones que hemos realizado juntos", para definir a su amigo como una persona "sencilla, alejada de lo materialista, perseverante, constante y apasionado con las cosas que ama".
"Pero aparte de todo esto", añadió, "lo que más destaca de él es su fe. Nunca le he visto flaquear ante la adversidad y siempre que surgía un problema lo contrarrestaba con palabras de fe", para agradecerle "que un día de hace muchos años me acercaras a la Blanca Paloma y en aquella reja almonteña se fraguara y sellara ese vínculo de verdadero hermano rociero, que después a lo largo de los años pudimos compartir, con tantas y tantas vivencias rocieras".
Los dos 'Pepes', pregonero y presentador, son amigos desde hace ya más de 30 años y desde hace 22 realizan el camino juntos con su carreta 'Verde Jarales'. "Muchos son los recuerdos... Desde entonces, año tras año, nos has enseñado a todos el significado de la palabra peregrino..., acompañando al Simpecado siempre a su vera y con su carreta de bueyes".
Tras estas palabras en las que resaltó la amistad que une a ambos, el presentador realizó un breve repaso por la vida y personalidad de Pepe Chacón, desde su nacimiento en la Casa de Socorro de Dos Hermanas, su vida como pintor, su pasión por las manualidades y los belenes, el amor por su "Esperanza morena', sus estudios de Teología, su dedicación como catequista, su vinculación desde chico con la Hermandad del Cautivo y la Parroquia del Rocío, la fundación del Coro Rociero Verdes Jarales, su llegada a la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas, sus Campamentos de Verano con los niños de la Asociación Parroquial del Prendimiento y, en definitiva, su compromiso con los más débiles.
De nuevo, la Parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas se vistió de gala para acoger uno de los momentos más destacados de los cultos que a lo largo de la pasada semana le dedicó la Hermandad del Rocío nazarena a la Reina de las Marismas.
Tras el Solemne Triduo que se celebró durante los días 15, 16 y 17, el domingo llegaba el turno de la Solemne Función Principal de Instituto, que presidió el párroco del Templo Mayor, don Manuel Sánchez de Heredia, y que contó con una masiva presencia de romeros, y ya a su conclusión con la celebración del Pregón del Rocío, que este año iba a estar a cargo de uno de sus hermanos ilustres, José Chacón Marín.
En la presidencia que se situó a los pies del altar en el que destacaba el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas, se encontraba don Manuel Sánchez de Heredia, y, junto a él, la delegada de Juventud y Cultura del Ayuntamiento, Rosario Sánchez; el secretario del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Alba; el hermano mayor de la Corporación rociera, Juan Sánchez Cumplido, y, por supuesto, el pregonero y su presentador, José Manuel González García.
José Chacón, Pepe Chacón para muchos, 'Pepe el de los Verdes Jarales' para tantos, ya llegó emocionado al atril del orador después de escuchar las palabras pronunciadas por su presentador, "mi amigo y hermano", y porque sabía que no se encontraba sólo, que una parte importante de quienes le quieren y de quienes han llenado parte de su vida se encontraban allí, como era el caso de la sorpresa que le dieron sus antiguos compañeros del Coro Verdes Jarales y "mis niños" de las Colonias de Verano, que, en ambos casos, le sorprendieron con unos cantes por sevillanas rocieras.
Y en ese ambiente, y ante un auditorio expectante, Pepe Chacón sacó su sonrisa eterna, alzó sus brazos al viento y sorprendió a todos con una voz clara, una palabra sentida y una rima emotiva en el primer Pregón que pronunciaba en su vida y que le encumbra ya entre los ilustres pregoneros de su Romería nazarena.
Porque el Pregón lo inició con un verso -"Atrás quedó una noche, entre sueños y desvelos, donde el alma se escapaba hacia momentos y recuerdos", fueron sus primeras palabras-, a los que siguieron tantos cuantos momentos de sus vivencias y experiencias quiso recoger durante la hora en la que estuvo pregonando. Y en todo momento con confesiones como ésta: "Aquí me viene rociero, contigo delante de ella, para gritar a los cuatro vientos lo que llevo por bandera: el pueblo de Dos Hermanas, mi Hermandad nazarena, mi carreta Verdes Jarales, mi Esperanza guapa morena, mi verde oro Simpecado, mi Pastora bendita almonteña y desde hoy ser pregonero de mi Rocío".
Sus primeras palabras se las dedicó a su amigo y presentador: "Sabía que tus palabras harían más hermoso este momento, pero en el fondo no hacían falta, porque te conozco muy bien por dentro. Sé bien de tu corazón, de cómo siente rociero... Tu camino es mi camino, tu carreta, mi carreta... Gracias de corazón, gracias amigo sincero, gracias buen rociero".
Pepe Chacón confesó que han sido y son muchos los sentimientos que se entremezclaban en ese momento, entablando una conversación con la virgen del Rocío al tiempo que se preguntaba "¿Cómo pregonar, piropearte, hablar de ti Blanca Paloma, de esto que se llama Rocío que tanto nos enamora?... Cómo pregonarte, cómo ser tu pregonero. Nunca se podrá explicar lo que tú eres para un rociero. Sólo soy una alegoría que se pierda en este templo, una eterna sinfonía que resuena desde el cielo".
Durante su Pregón, 'Pepe el de los Verdes Jarales' describió instantes como la salida de las carretas y del Simpecado desde Dos Hermanas, y los momentos que durante las mañanas, tardes y noches se suceden en torno a su Hermandad y a su carreta, adornada con lazos y cortinas alpujarreñas, teniendo en esos momentos un emotivo recuerdo hacia su madre: "Yo no tuve la suerte, como muchos de ustedes, de hacer su primer Rocío en el vientre de su madre, que su padre le enseñase el camino, que su abuelo le dejase de herencia una vieja medalla...".
Y dibujó lo que es su verdadero camino: "Esa sensación de sentirse en la gloria... con algo de comida, una fiambrera, un barreño para asearnos, un perol y una cafetera, un colchón para cuatro, pero con toda la ilusión del mundo por bandera". Una forma de hacerlo que le ha convertido en una de las esencias del camino nazareno, que gira en torno a él y a sus amigos, y en torno a su carreta: "Qué palabra más bonita, y que significa tanto para mí. Y si le añado 'Verdes Jarales', pues ya está todo dicho. Qué nombre tan sencillo y grande a la vez. Detrás de él hay nombres y apellidos. Es el resultado de mucho amor y cariño", añadió en referencia también al coro que entre él y un grupo de amigos fundaron años atrás.
El pregonero tuvo palabras de amor hacia su Hermandad, "la que nos enseñó, nos ha querido y que siempre hemos formado parte de ella"; hacia su medalla: "Medalla, medalla mi, perdiste el brillo de tu plata viviendo Rocíos al lado mía, compañera de mis penas y alegría"; hacia los niños y monitores de las Colonias de Verano de la Asociación Parroquial del Prendimiento, que le cantaron una sevillana rociera y a los que se refirió con estas palabras: "Una de las cosas más bonitas que me han pasado han sido mis niños de las Colonias, y tuvo que ser en el Rocío. En nuestra casa Hermandad. Entre niños y monitores me senté hace tres años, y ha sido una cosa tan grande que allí me quedé".
Y llegó el momento de entrar a la Aldea y de situarse ante la Virgen: "No hay amor como el de una madre... Y tengo la gran suerte de decir, con mucho orgullo, que no hay amor más incondicional, más grande y sincero que el tuyo, Madre del Rocío, y de la que me llevó en su seno. Como dice la sevillana, todo el mundo tiene una madre; yo, sin embargo, tengo dos", la Reina de las Marismas "y la que me parió: ¡Qué gran señora!"
"Me guardo en mi corazón este momento, me llevo siempre conmigo lo vivido y espero que te quedes a mi lado compartiendo conmigo este momento", continuó el pregonero en unas palabras con las que ya fue concluyendo: "Y este soy yo, el de Verdes Jarales. Me quedo con tu cariño, con tu mirada emocionada, con tu abrazo sincero y esa lágrima que he visto en tu cara... Gracias a mi querida Hermandad..., a mis padres, mi familia, mis cuatro hermanos, mis cinco sobrinos, mis monitores y niños de las Colonias, mi hermano pregonero, mis amigos del Costal, mis hermanos del Cautivo... Se quedan tantas cosas en mi corazón, imposible decir todo lo que siento... Ya sólo quiero cantar, expresarte Rocío lo que siento, con este canto, este pregón será un sueño..., tú quieres soñar conmigo, pues vente a mi vera, que aquí te espero", dijo, mientras tomó su guitarra y cantó para todos una canción de amor a su fe religiosa, que despidió con un ¡He dicho! y que fueron recibidas con un cerrado aplauso y con todos puestos en pie dándoles así su aprobación.
Presentación
Con anterioridad a este Pregón, había tomado la palabra José Manuel González García, quien comenzó dirigiéndose directamente al pregonero: "Querido hermano y amigo Pepe", dijo, mientras recordó los momentos vividos una vez que le comunicaron que iba a ser el pregonero y que éste le propuso que fuera su presentador, y de cómo esta circunstancia la cambió la vida a Pepe Chacón, al tiempo que recordó "los tantísimos caminos y peregrinaciones que hemos realizado juntos", para definir a su amigo como una persona "sencilla, alejada de lo materialista, perseverante, constante y apasionado con las cosas que ama".
"Pero aparte de todo esto", añadió, "lo que más destaca de él es su fe. Nunca le he visto flaquear ante la adversidad y siempre que surgía un problema lo contrarrestaba con palabras de fe", para agradecerle "que un día de hace muchos años me acercaras a la Blanca Paloma y en aquella reja almonteña se fraguara y sellara ese vínculo de verdadero hermano rociero, que después a lo largo de los años pudimos compartir, con tantas y tantas vivencias rocieras".
Los dos 'Pepes', pregonero y presentador, son amigos desde hace ya más de 30 años y desde hace 22 realizan el camino juntos con su carreta 'Verde Jarales'. "Muchos son los recuerdos... Desde entonces, año tras año, nos has enseñado a todos el significado de la palabra peregrino..., acompañando al Simpecado siempre a su vera y con su carreta de bueyes".
Tras estas palabras en las que resaltó la amistad que une a ambos, el presentador realizó un breve repaso por la vida y personalidad de Pepe Chacón, desde su nacimiento en la Casa de Socorro de Dos Hermanas, su vida como pintor, su pasión por las manualidades y los belenes, el amor por su "Esperanza morena', sus estudios de Teología, su dedicación como catequista, su vinculación desde chico con la Hermandad del Cautivo y la Parroquia del Rocío, la fundación del Coro Rociero Verdes Jarales, su llegada a la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas, sus Campamentos de Verano con los niños de la Asociación Parroquial del Prendimiento y, en definitiva, su compromiso con los más débiles.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN