La familia y los amigos del joven Manuel Rodríguez Colorado, de 28 años de edad y conocido por todos en su barrio de Montequinto como 'Lolo', se han movilizado para exigir que por parte de las autoridades correspondientes se les informe de las causas exactas de su muerte, ocurrida el pasado 11 de marzo en una celda de la prisión de Lisboa, ya que están convencidos de que pudo ser asesinado por otro preso.
Los padres de 'Lolo', Manuel Rodríguez y Reyes Colorado, vecinos de Montequinto, no sólo tienen que cargar estos días con la pena de haber perdido a su hijo, sino que se sienten impotentes ante las nulas explicaciones oficiales que por parte de la Embajada de España en Lisboa les han ofrecido sobre su muerte.
"Lolo era un chaval estupendo y muy cariñoso", relata uno de sus familiares, "una persona que lo daba todo por los demás. Él trabajaba con el taxi de su padre y el resto del tiempo lo dedicaba a estar con su hijo, de 10 años, y que ahora tiene que hacer la primera comunión, y ayudar a muchos de sus amigos o conocidos del barrio. Era una persona muy querida en el barrio".
Manuel Rodríguez vivía con sus padres y su hijo en la Plaza Parma, y hace unos meses fue detenido en Lisboa, cuando se encontraba con unos amigos, por un presunto delito de tráfico de drogas, por lo que se encontraba en prisión preventiva en espera de un juicio que debió celebrarse precisamente este lunes, día 16 de marzo, y por el que "seguro que iba a ser absuelto, porque no tenían ninguna prueba de cargo contra él", ha señalado un familiar.
Según ha relatado Reyes Colorado, su madre, en todo el tiempo que permaneció en prisión 'Lolo', con el que hablaba por teléfono con frecuencia, éste le contaba que se encontraba muy bien, hasta que una semana antes de su muerte fue cambiado de celda, compartiéndola a partir de entonces con otro preso, de 32 años y natural de Cabo Verde, que se encontraba en prisión, según indicó, por un asesinato.
En la mañana del día 11 de marzo, 'Lolo' fue encontrado muerto en esa celda que compartía con el ciudadano caboverdiano. "Ese día me llamaron al teléfono desde el Consulado de Lisboa y me dijeron, solamente, que mi hijo había muerto. Y no nos lo podíamos creer", añadió Reyes Colorado.
A partir de ahí las explicaciones por parte del Consulado español en Lisbao han sido nulas, según denuncian sus padres, ya que en ningún momento les han aclarado las circunstancias de la muerte, además de desconocer cuándo será repatriado el cuerpo de su hijo.
Su padre, Manuel Rodríguez, ha mostrado igualmente su malestar por cuanto desde Lisboa les indicaron que el cuerpo de su hijo iba a ser incinerado antes de ser trasladado a España, a lo que éste se ha opuesto con rotundidad. "Nosotros no hemos pedido que lo incineren. Queremos que traigan su cuerpo a Sevilla y que le hagan una segunda autopsia para conocer las causas exactas de su muerte. Pero queremos saber además por qué a un preso preventivo lo meten en la misma celda con otra persona que es un asesino confeso".
La familia espera que el cuerpo de 'Lolo' pueda ser repatriado en esta misma semana. Mientras tanto, su barrio de Montequinto se ha movilizado en apoyo a sus padres y para clamar, como ocurrió en la tarde de este martes, porque se haga justicia.
Los padres de 'Lolo', en el centro, rodeados de familiares y amigos en la tarde de este martes en Montequinto. |
Los padres de 'Lolo', Manuel Rodríguez y Reyes Colorado, vecinos de Montequinto, no sólo tienen que cargar estos días con la pena de haber perdido a su hijo, sino que se sienten impotentes ante las nulas explicaciones oficiales que por parte de la Embajada de España en Lisboa les han ofrecido sobre su muerte.
"Lolo era un chaval estupendo y muy cariñoso", relata uno de sus familiares, "una persona que lo daba todo por los demás. Él trabajaba con el taxi de su padre y el resto del tiempo lo dedicaba a estar con su hijo, de 10 años, y que ahora tiene que hacer la primera comunión, y ayudar a muchos de sus amigos o conocidos del barrio. Era una persona muy querida en el barrio".
Manuel Rodríguez vivía con sus padres y su hijo en la Plaza Parma, y hace unos meses fue detenido en Lisboa, cuando se encontraba con unos amigos, por un presunto delito de tráfico de drogas, por lo que se encontraba en prisión preventiva en espera de un juicio que debió celebrarse precisamente este lunes, día 16 de marzo, y por el que "seguro que iba a ser absuelto, porque no tenían ninguna prueba de cargo contra él", ha señalado un familiar.
Según ha relatado Reyes Colorado, su madre, en todo el tiempo que permaneció en prisión 'Lolo', con el que hablaba por teléfono con frecuencia, éste le contaba que se encontraba muy bien, hasta que una semana antes de su muerte fue cambiado de celda, compartiéndola a partir de entonces con otro preso, de 32 años y natural de Cabo Verde, que se encontraba en prisión, según indicó, por un asesinato.
En la mañana del día 11 de marzo, 'Lolo' fue encontrado muerto en esa celda que compartía con el ciudadano caboverdiano. "Ese día me llamaron al teléfono desde el Consulado de Lisboa y me dijeron, solamente, que mi hijo había muerto. Y no nos lo podíamos creer", añadió Reyes Colorado.
A partir de ahí las explicaciones por parte del Consulado español en Lisbao han sido nulas, según denuncian sus padres, ya que en ningún momento les han aclarado las circunstancias de la muerte, además de desconocer cuándo será repatriado el cuerpo de su hijo.
Su padre, Manuel Rodríguez, ha mostrado igualmente su malestar por cuanto desde Lisboa les indicaron que el cuerpo de su hijo iba a ser incinerado antes de ser trasladado a España, a lo que éste se ha opuesto con rotundidad. "Nosotros no hemos pedido que lo incineren. Queremos que traigan su cuerpo a Sevilla y que le hagan una segunda autopsia para conocer las causas exactas de su muerte. Pero queremos saber además por qué a un preso preventivo lo meten en la misma celda con otra persona que es un asesino confeso".
La familia espera que el cuerpo de 'Lolo' pueda ser repatriado en esta misma semana. Mientras tanto, su barrio de Montequinto se ha movilizado en apoyo a sus padres y para clamar, como ocurrió en la tarde de este martes, porque se haga justicia.
F. G. CH. / REDACCIÓN