Eva Ramírez Ordóñez reconoce que está viviendo en estos momentos unos días hermosos mientras aguarda la hora del comienzo del Pregón sobre la Semana Santa de Dos Hermanas que pronunciará este domingo, día 22 de marzo, en el Teatro Municipal Juan Rodríguez Romero. Y, mientras llega, asegura que su deseo es que sus palabras se recordaran "como un canto de amor a la Pasión y Resurrección de Cristo".
Eva Ramírez nació en la calle Santa María Magdalena en el seno de una familia cristiana, "pero no cofrade". Hoy, a sus 46 años, casada y con dos hijos, Estrella y Jesús, siente el mundo de las Hermandades y su religiosidad con una pasión interna capaz de llenar toda su vida y la de su hogar. Y a ello fue llegando poco a poco a raíz de conocer, y posteriormente contraer matrimonio, en 1986, con su marido, Agustín García Gandullo, actual hermano mayor de Santa Ana y significado cofrade nazareno.
Licenciada en Historia, trabaja en la actualidad en la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Dos Hermanas, y el domingo pasará a engrosar la ya cada vez más amplia nómina de mujeres pregoneras de nuestra Semana Mayor, meta a la que llega después de haber pronunciado otros pregones igualmente significados.
Así, en 1992 se estrenó en esta faceta con el Pregón del Costalero, organizado por la Tertulia Cofrade 'El Costal' de Dos Hermanas; en 2003 continuó con el Pregón Rociero del Círculo Cultural 'Don Cecilio', de Triana; en 2009 con la Exaltación de la Navidad nazarena, y en 2010 con el Pregón de las Glorias de María.
- ¿A cuántas hermandades pertenece en la actualidad?
- Mi primera Hermandad fue la Estrella, hace ya treinta años. A ella llegué de la mano de mi marido, que fue quien me introdujo en el mundo cofrade. Muy poco tiempo después pasé a formar parte de la nómina de la Hermandad de Presentación al Pueblo, en el año 1986 en que por primera vez salió a las calles de Dos Hermanas, y que es, además, la hermandad de mi barrio. Ya en 1992 me hice hermana de los Estudiantes de Sevilla, porque el Cristo de la Buena Muerte es mi devoción sevillana desde siempre, especialmente desde mi época universitaria. En la hermandad de Santa Ana, Patrona de nuestra ciudad, comencé en el año 2005 como archivera y directora de su Aula Cultural, y desde el año 2010 formo parte de su Junta de Gobierno como secretaria. La última Hermandad de la que he pasado a formar parte ha sido la del Gran Poder de Dos Hermanas. Era una idea que rondaba mi cabeza después de los inolvidables momentos vividos con la estancia de sus imágenes titulares en nuestra Capilla en el año 2008 y el posterior hermanamiento de nuestras dos corporaciones. Y creí que mi nombramiento como pregonera era el momento perfecto para cumplir ese sueño.
- ¿Qué diferencia existe entre los pregones pronunciados con anterioridad y éste de la Semana Santa?
- El pregón de Semana Santa es el 'Pregón' con mayúsculas, el que aglutina todas las devociones y, aunque todos suponen un reto, es sin duda el pregón de pregones y el que, lógicamente, implica una mayor responsabilidad.
- ¿Qué recuerda de la Semana Santa de su infancia?
-Me he criado en una familia cristiana pero no cofrade, en el sentido de vivir el mundo de nuestras hermandades desde dentro. Como ya he dicho, mis vivencias en este ámbito comenzaron cuando conocí a mi marido, que sí pertenecía a este mundo desde su infancia. A pesar de todo, recuerdo que en mi casa la Semana Santa era una fecha especial. Nos gustaba disfrutar de las procesiones y del ambiente, y recuerdo con especial cariño los nervios del Domingo de Ramos, día de estreno de ilusiones, de Borriquita, día grande y especial…, seguramente era un anticipo de lo que habría de llegar en mi vida.
- ¿Qué significa para usted la Semana Santa?
- La Semana Santa llena toda mi vida y todo mi hogar durante un año entero. En mi casa se vive con una intensidad inusitada, ya que hay nazarenas, capataces y costalero. Pero, por encima de todo, la Semana Santa es ésa parte del calendario en el que revivo con especial intensidad el acontecimiento que da sentido a mi fe y la fe que da sentido a mi vida. No es una fiesta más. Es el núcleo de lo que somos como cristianos.
- ¿Ha salido alguna vez de nazarena?
- Salgo de nazarena en mi hermandad sevillana de los Estudiantes, con mi Cristo de la Buena Muerte, desde el año 2004 en que las mujeres pudimos empezar a hacer Estación de Penitencia. Es mi día de recogimiento, de oración, de intensidad espiritual, sin ruidos exteriores que distraigan los sentidos. El Domingo y el Lunes los vivo para mi marido y mis hijos. Y el Martes Santo lo vivo para mi propia espiritualidad.
- ¿Qué destacaría de la Semana Santa de Dos Hermanas?
- A mí me gusta todo, desde la Cruz de Guía de la Borriquita hasta el Domingo de Resurrección. Tenemos magníficos pasos, imágenes bellísimas, bandas excepcionales y hermandades puestas en la calle que en nada envidian a las de la capital. Pero la Semana Santa tiene también una cara interior, menos visible pero sin la cual nada tendría sentido: los cultos y, muy especialmente, el triduo sacro. Yo animaría a todos los cofrades a que participen de ello en plenitud y no nos quedemos únicamente en las vivencias externas.
- ¿Cómo ha sido el proceso de elaboración de su pregón?
- Muy hermoso e ilusionante. Ha sido como ir viendo el rostro de una imagen a la que se va sacando de punto. Ha tenido momentos de mayor fluidez y otros de mayor lentitud, pero en ningún instante ha supuesto una preocupación o una desesperación. Siempre estuvo puesto en las manos del Señor. Y Él nunca falla, aunque en algún momento pudiera fallar yo.
- ¿Tiene calculado ya cuánto durará?
- No, no lo he calculado. Hasta ahora nunca lo he leído de una sola vez. He escrito lo que creía que debía escribir. No he estimado en ningún momento que el tiempo debiera condicionar el mensaje, más bien al contrario.
- ¿Qué mensaje o mensajes principales pretende transmitir con el pregón?
- El pregón es un anuncio de la Semana Santa, de esa Semana que a los cofrades nos marca los tiempos. Es un homenaje a nuestras raíces y tradiciones y un ejercicio de sinceridad, al compartir con aquellos que acudan a escucharlo momentos intensos vividos a los largo de estos treinta años (algunos muy íntimos). Es un agradecimiento a Dios que tanto me ha dado y a su Madre que nunca me ha abandonado en el sendero que me llevó a Él.
- ¿Qué le gustaría que el público comentara sobre su pregón una vez finalizado?
- Me gustaría que el público saliera del teatro con unas ganas inmensas de vivir la Semana Santa con intensidad y autenticidad, que sintiera unos deseos irrefrenables de acercarse a Dios y al hermano y que recordara mi pregón simplemente como un canto de amor a la Pasión y Resurrección de Cristo que en esta tierra se vive de la más hermosa de las maneras.
- ¿Cómo ve en la actualidad el papel de la mujer en las hermandades nazarenas?
- Muy bien. Hemos avanzado mucho en muy poco tiempo. Aún queda camino por andar, pero las cosas se asimilan mejor si van llegando poco a poco. Tenemos el apoyo de nuestros pastores y eso es fundamental. Siempre he mantenido que las mujeres no hemos pretendido nunca más que trabajar codo a codo con los hombres en nuestras hermandades. Cada vez se acepta con más naturalidad la nueva situación. Y todo va cayendo por lógica y por justicia.
- ¿Considera que podrían adquirir un mayor protagonismo?
- No es protagonismo lo que debemos buscar en nuestras hermandades. De eso creo que a veces estamos sobrados. Creo que a una hermandad, al igual que en la vida, hay que entrar a servir. El Señor, que ve en lo escondido, recompensa siempre. Pero es ése el reconocimiento que hay que buscar y no el de los hombres. No podemos olvidar que la razón última de las hermandades es llevar a Cristo a todos los corazones.
- ¿Estará próxima o no la posibilidad de que una mujer pueda ser elegida hermana mayor de la hermandad?
- ¿Por qué no? Capacidad no es lo que falta. Sólo es preciso que se den las circunstancias adecuadas y que en una determinada hermandad una mujer decida dar el paso de tomar las riendas porque estime que eso es lo que más conviene a esa corporación. De todos modos vuelvo a insistir en que no se trata de un privilegio, sino de una responsabilidad enorme. Y mayor es la responsabilidad cuanto más importante es el cargo.
Eva Ramírez nació en la calle Santa María Magdalena en el seno de una familia cristiana, "pero no cofrade". Hoy, a sus 46 años, casada y con dos hijos, Estrella y Jesús, siente el mundo de las Hermandades y su religiosidad con una pasión interna capaz de llenar toda su vida y la de su hogar. Y a ello fue llegando poco a poco a raíz de conocer, y posteriormente contraer matrimonio, en 1986, con su marido, Agustín García Gandullo, actual hermano mayor de Santa Ana y significado cofrade nazareno.
Licenciada en Historia, trabaja en la actualidad en la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Dos Hermanas, y el domingo pasará a engrosar la ya cada vez más amplia nómina de mujeres pregoneras de nuestra Semana Mayor, meta a la que llega después de haber pronunciado otros pregones igualmente significados.
Así, en 1992 se estrenó en esta faceta con el Pregón del Costalero, organizado por la Tertulia Cofrade 'El Costal' de Dos Hermanas; en 2003 continuó con el Pregón Rociero del Círculo Cultural 'Don Cecilio', de Triana; en 2009 con la Exaltación de la Navidad nazarena, y en 2010 con el Pregón de las Glorias de María.
- ¿A cuántas hermandades pertenece en la actualidad?
- Mi primera Hermandad fue la Estrella, hace ya treinta años. A ella llegué de la mano de mi marido, que fue quien me introdujo en el mundo cofrade. Muy poco tiempo después pasé a formar parte de la nómina de la Hermandad de Presentación al Pueblo, en el año 1986 en que por primera vez salió a las calles de Dos Hermanas, y que es, además, la hermandad de mi barrio. Ya en 1992 me hice hermana de los Estudiantes de Sevilla, porque el Cristo de la Buena Muerte es mi devoción sevillana desde siempre, especialmente desde mi época universitaria. En la hermandad de Santa Ana, Patrona de nuestra ciudad, comencé en el año 2005 como archivera y directora de su Aula Cultural, y desde el año 2010 formo parte de su Junta de Gobierno como secretaria. La última Hermandad de la que he pasado a formar parte ha sido la del Gran Poder de Dos Hermanas. Era una idea que rondaba mi cabeza después de los inolvidables momentos vividos con la estancia de sus imágenes titulares en nuestra Capilla en el año 2008 y el posterior hermanamiento de nuestras dos corporaciones. Y creí que mi nombramiento como pregonera era el momento perfecto para cumplir ese sueño.
- ¿Qué diferencia existe entre los pregones pronunciados con anterioridad y éste de la Semana Santa?
- El pregón de Semana Santa es el 'Pregón' con mayúsculas, el que aglutina todas las devociones y, aunque todos suponen un reto, es sin duda el pregón de pregones y el que, lógicamente, implica una mayor responsabilidad.
- ¿Qué recuerda de la Semana Santa de su infancia?
-Me he criado en una familia cristiana pero no cofrade, en el sentido de vivir el mundo de nuestras hermandades desde dentro. Como ya he dicho, mis vivencias en este ámbito comenzaron cuando conocí a mi marido, que sí pertenecía a este mundo desde su infancia. A pesar de todo, recuerdo que en mi casa la Semana Santa era una fecha especial. Nos gustaba disfrutar de las procesiones y del ambiente, y recuerdo con especial cariño los nervios del Domingo de Ramos, día de estreno de ilusiones, de Borriquita, día grande y especial…, seguramente era un anticipo de lo que habría de llegar en mi vida.
- ¿Qué significa para usted la Semana Santa?
- La Semana Santa llena toda mi vida y todo mi hogar durante un año entero. En mi casa se vive con una intensidad inusitada, ya que hay nazarenas, capataces y costalero. Pero, por encima de todo, la Semana Santa es ésa parte del calendario en el que revivo con especial intensidad el acontecimiento que da sentido a mi fe y la fe que da sentido a mi vida. No es una fiesta más. Es el núcleo de lo que somos como cristianos.
- ¿Ha salido alguna vez de nazarena?
- Salgo de nazarena en mi hermandad sevillana de los Estudiantes, con mi Cristo de la Buena Muerte, desde el año 2004 en que las mujeres pudimos empezar a hacer Estación de Penitencia. Es mi día de recogimiento, de oración, de intensidad espiritual, sin ruidos exteriores que distraigan los sentidos. El Domingo y el Lunes los vivo para mi marido y mis hijos. Y el Martes Santo lo vivo para mi propia espiritualidad.
- ¿Qué destacaría de la Semana Santa de Dos Hermanas?
- A mí me gusta todo, desde la Cruz de Guía de la Borriquita hasta el Domingo de Resurrección. Tenemos magníficos pasos, imágenes bellísimas, bandas excepcionales y hermandades puestas en la calle que en nada envidian a las de la capital. Pero la Semana Santa tiene también una cara interior, menos visible pero sin la cual nada tendría sentido: los cultos y, muy especialmente, el triduo sacro. Yo animaría a todos los cofrades a que participen de ello en plenitud y no nos quedemos únicamente en las vivencias externas.
- ¿Cómo ha sido el proceso de elaboración de su pregón?
- Muy hermoso e ilusionante. Ha sido como ir viendo el rostro de una imagen a la que se va sacando de punto. Ha tenido momentos de mayor fluidez y otros de mayor lentitud, pero en ningún instante ha supuesto una preocupación o una desesperación. Siempre estuvo puesto en las manos del Señor. Y Él nunca falla, aunque en algún momento pudiera fallar yo.
- ¿Tiene calculado ya cuánto durará?
- No, no lo he calculado. Hasta ahora nunca lo he leído de una sola vez. He escrito lo que creía que debía escribir. No he estimado en ningún momento que el tiempo debiera condicionar el mensaje, más bien al contrario.
- ¿Qué mensaje o mensajes principales pretende transmitir con el pregón?
- El pregón es un anuncio de la Semana Santa, de esa Semana que a los cofrades nos marca los tiempos. Es un homenaje a nuestras raíces y tradiciones y un ejercicio de sinceridad, al compartir con aquellos que acudan a escucharlo momentos intensos vividos a los largo de estos treinta años (algunos muy íntimos). Es un agradecimiento a Dios que tanto me ha dado y a su Madre que nunca me ha abandonado en el sendero que me llevó a Él.
- ¿Qué le gustaría que el público comentara sobre su pregón una vez finalizado?
- Me gustaría que el público saliera del teatro con unas ganas inmensas de vivir la Semana Santa con intensidad y autenticidad, que sintiera unos deseos irrefrenables de acercarse a Dios y al hermano y que recordara mi pregón simplemente como un canto de amor a la Pasión y Resurrección de Cristo que en esta tierra se vive de la más hermosa de las maneras.
- ¿Cómo ve en la actualidad el papel de la mujer en las hermandades nazarenas?
- Muy bien. Hemos avanzado mucho en muy poco tiempo. Aún queda camino por andar, pero las cosas se asimilan mejor si van llegando poco a poco. Tenemos el apoyo de nuestros pastores y eso es fundamental. Siempre he mantenido que las mujeres no hemos pretendido nunca más que trabajar codo a codo con los hombres en nuestras hermandades. Cada vez se acepta con más naturalidad la nueva situación. Y todo va cayendo por lógica y por justicia.
- ¿Considera que podrían adquirir un mayor protagonismo?
- No es protagonismo lo que debemos buscar en nuestras hermandades. De eso creo que a veces estamos sobrados. Creo que a una hermandad, al igual que en la vida, hay que entrar a servir. El Señor, que ve en lo escondido, recompensa siempre. Pero es ése el reconocimiento que hay que buscar y no el de los hombres. No podemos olvidar que la razón última de las hermandades es llevar a Cristo a todos los corazones.
- ¿Estará próxima o no la posibilidad de que una mujer pueda ser elegida hermana mayor de la hermandad?
- ¿Por qué no? Capacidad no es lo que falta. Sólo es preciso que se den las circunstancias adecuadas y que en una determinada hermandad una mujer decida dar el paso de tomar las riendas porque estime que eso es lo que más conviene a esa corporación. De todos modos vuelvo a insistir en que no se trata de un privilegio, sino de una responsabilidad enorme. Y mayor es la responsabilidad cuanto más importante es el cargo.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN