Fue una fusión perfecta de la devoción de un barrio con la entrega de una Agrupación que se siente cada vez más querida y respaldada. El recorrido del paso que portaba las imágenes del Cristo de las Tres Caídas y de la Virgen de la Paz se convirtió en una comunión perfecta con su gente, poniendo así un prólogo idóneo al comienzo de la Semana Grande nazarena.
La gente de Dos Hermanas dio este Sábado de Pasión verdaderas muestras de que tiene ganas de Semana Santa. Por eso cuando sobre las cinco de la tarde, y con un sol que apretaba de lo lindo desde arriba, los alrededores de la Parroquia de La Oliva se encontraban repletos de personas, de pequeños y mayores, de carritos con bebés y de rostros de alegría por ver salir a dos imágenes que poco a poco se están ganando el cariño de los nazarenos y nazarenas.
Como ya ocurriera en el Sábado de Pasión del pasado año, María Santísima de la Paz acompañó en el mismo paso al Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, y, al frente de los miembros de esta Agrupación Parroquial, don Gregorio Sillero, presidente de la misma y a la que acompañó en todo momento.
Pero si hubo muchas personas en la salida, el paso de ambas imágenes por el Parque de La Alquería, que se ha convertido ya en uno de los momentos del recorrido tal vez más especiales, congregó igualmente a una gran cantidad de personas, especialmente favorecido por el magnífico tiempo que hizo ayer y que invitaba a disfrutar de un día estupendo.
A partir de ahí, el paso con el Señor y la Virgen se adentró en la barriada de La Moneda, donde de nuevo le cantaron sendas saetas, y poco a poco, mientras la tarde iba ya cayendo, se fue acercando a su barriada de Las Infantas, donde le esperaba una gran cantidad de fieles.
Pero, antes, el paso y la comitiva se detuvo durante unos instantes junto al solar que en un futuro próximo acogerá la nueva Parroquia de San José -justo enfrente de Interoliva-, donde se rezaron algunas oraciones por el buen desarrollo de unas obras que, si todo va bien, podrían comenzar el próximo mes de abril.
Y con un paso firme pero pausado, poro a poco se fue adentrando en las calles de Las Infantas, donde sus vecinos salieron a su encuentro para acompañarlas y para contemplarlas. Aquí el paso y sus costaleros, comandados por los capataces Fernando Martos Varela y José Antonio Sánchez Reguera, dio ya todo de sí para ofrecer momentos de mucha brillantez y buen gusto porque se sabían arropados por sus feligreses.
El momento de la entrada, cuando las manecillas del reloj pasaban ya las once de la noche, fue otro de los instantes para el recuerdo y en el que el silencio respetuoso de todos los presentes dejó paso a la voz del capataz y a racheo de las zapatillas de los costaleros, conocedores de la dificultad que supone la entrada en una capilla tan pequeña. Y, al final, aplausos, música y muchas felicitaciones entre los miembros de la Agrupación, que saben que cada año que pasa aún están más cerca de cumplir su sueño de realizar la Carrera Oficial como una Hermandad más de Dos Hermanas.
La gente de Dos Hermanas dio este Sábado de Pasión verdaderas muestras de que tiene ganas de Semana Santa. Por eso cuando sobre las cinco de la tarde, y con un sol que apretaba de lo lindo desde arriba, los alrededores de la Parroquia de La Oliva se encontraban repletos de personas, de pequeños y mayores, de carritos con bebés y de rostros de alegría por ver salir a dos imágenes que poco a poco se están ganando el cariño de los nazarenos y nazarenas.
Como ya ocurriera en el Sábado de Pasión del pasado año, María Santísima de la Paz acompañó en el mismo paso al Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, y, al frente de los miembros de esta Agrupación Parroquial, don Gregorio Sillero, presidente de la misma y a la que acompañó en todo momento.
Pero si hubo muchas personas en la salida, el paso de ambas imágenes por el Parque de La Alquería, que se ha convertido ya en uno de los momentos del recorrido tal vez más especiales, congregó igualmente a una gran cantidad de personas, especialmente favorecido por el magnífico tiempo que hizo ayer y que invitaba a disfrutar de un día estupendo.
A partir de ahí, el paso con el Señor y la Virgen se adentró en la barriada de La Moneda, donde de nuevo le cantaron sendas saetas, y poco a poco, mientras la tarde iba ya cayendo, se fue acercando a su barriada de Las Infantas, donde le esperaba una gran cantidad de fieles.
Pero, antes, el paso y la comitiva se detuvo durante unos instantes junto al solar que en un futuro próximo acogerá la nueva Parroquia de San José -justo enfrente de Interoliva-, donde se rezaron algunas oraciones por el buen desarrollo de unas obras que, si todo va bien, podrían comenzar el próximo mes de abril.
Y con un paso firme pero pausado, poro a poco se fue adentrando en las calles de Las Infantas, donde sus vecinos salieron a su encuentro para acompañarlas y para contemplarlas. Aquí el paso y sus costaleros, comandados por los capataces Fernando Martos Varela y José Antonio Sánchez Reguera, dio ya todo de sí para ofrecer momentos de mucha brillantez y buen gusto porque se sabían arropados por sus feligreses.
El momento de la entrada, cuando las manecillas del reloj pasaban ya las once de la noche, fue otro de los instantes para el recuerdo y en el que el silencio respetuoso de todos los presentes dejó paso a la voz del capataz y a racheo de las zapatillas de los costaleros, conocedores de la dificultad que supone la entrada en una capilla tan pequeña. Y, al final, aplausos, música y muchas felicitaciones entre los miembros de la Agrupación, que saben que cada año que pasa aún están más cerca de cumplir su sueño de realizar la Carrera Oficial como una Hermandad más de Dos Hermanas.
F. G. CH. / REDACCIÓN
