Francisca Rodríguez Álvarez pregonó la Navidad. Y lo hizo desde su profunda creencia cristiana para exaltar el sentido de una celebración cargada en la actualidad de boato y compras compulsivas y que olvida su verdadero sentido: "El amor, el compromiso con los demás, con los que lloran, con los que pasan hambre, con los desahuciados, con los enfermos, con los marginados..."
La Parroquia de Santa María Magdalena acogió a mediodía de este domingo, día 14 de diciembre, la exaltación que anuncia la llegada de la Navidad, y cuya labor fue encomendada por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas a una mujer, Francisca Rodríguez Álvarez, 'Paqui' para todos cuantos la conocen en Dos Hermanas, profesora de Religión en el Colegio Vicente Aleixandre y que en 2006 ya pregonara la Romería del Rocío nazarena, de cuya Hermandad es miembro desde muy pequeña.
Ante el Altar Mayor del templo, la presidencia de este tradicional acto, con el párroco de Santa María Magdalena al frente, don Manuel Sánchez de Heredia, quien se encontraba acompañado por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio Gavala; por el secretario de esta institución, Francisco Alba Claro; por la propia pregonera y por la hija menor de ésta, Ángela Clarés Rodríguez, quien realizó la presentación.
Entre el público asistente, numerosos hermanos mayores de las Hermandades nazarenas, anteriores exaltadores de la Navidad y el Coro de la Hermandad del Rocío, al que en su momento perteneciera la propia Francisca Rodríguez, y que fue el encargado de interpretar algunos villancicos durante la celebración de este acto.
Ángela Clarés Rodríguez, la menor de las dos hijas de la exaltadora, realizó una presentación muy centrada en toda su familia, y encargándose de transmitir a todos "la emoción que se vivió en casa cuando mamá nos habló de su nombramiento. No sólo por la admiración que mi hermana Miriam y yo sentimos hacia ella, sino porque la Navidad es nuestra celebración preferida".
"La Navidad es una tradición que celebramos en familia desde hace 40 años", dijo, una gran familia de la que destacó a su hermana y a sus tías Loli y María José, y uno de cuyos ejes fundamentales es su propia madre, a la que definió como "una luchadora y una mujer valiente que tuvo que sacarnos adelante ella sola por circunstancias de la vida".
"Mamá, no creo que haya palabras para expresar el cariño y amor que te tenemos", añadió, a la que dio las gracias "por guiarnos en este difícil camino que es la vida, a enseñarnos el sendero por el que caminar para ser mejores, por el cariño infinito con el que nos enseñaste a ser fuertes y por la educación que escogiste para nosotras... Eres el coraje, la paciencia, la sabiduría, el cariño, la lucha, el trabajo, la humildad, la generosidad, la disciplina y el ejemplo...", concluyó emocionada para darle paso en el uso de la palabra y fundirse luego con ella en un cariñoso abrazo.
La Navidad de la familia y el amor
Francisca Rodríguez Álvarez realizó una exaltación comprometida con su fe cristiana y centrada especialmente en su gran familia, en sus padres, en sus hijas, en los maestros de Religión, en sus amigas, en el mundo de las Hermandades nazarenas, y lo hizo primero encarnándose en el Ángel que anunció la llegada de Jesús y luego en la mirada del niño que observa la entrega de cuantas personas e instituciones dedican su vida a ayudar a los más necesitados.
La exaltadora destacó en un primer momento a la figura del Ángel que anunció "la gran noticia" y, con él, un mensaje de esperanza para un mundo cada vez más "descreído". Un cambio que Francisca Rodríguez quiso empezar por los niños, con recuerdos muy personales de la celebración de la Navidad en el seno de "mi gran familia". "Aquella familia, que venía de la Portuguesa, hoy se sigue reuniendo cuarenta años después para celebrar que seguimos unidos y para darles gracias a Dios por el nacimiento de su hijo Jesús..., que es el camino, la verdad y la vida".
Más adelante confesó que nunca llegó a imaginar que fuera la persona elegida para pregonar la Navidad y que aún hoy en día seguía poniéndose nerviosa cada que recordaba la llamada del presidente del Consejo anunciándole este encargo. "Y yo, tan valiente, le dije que sí. Creo que no fui consciente de mi nombramiento hasta que no se hizo oficial y comenzaron a llegar a casa las felicitaciones de las distintas hermandades. Y entonces dije: ¡Madre mía, en tus manos me encomiendo. Esto ya va a en serio".
En el agradecimiento a todo lo que le rodeó a lo largo de su vida, se centró de forma especial en las figuras de sus padres, "Pepe y Loli, que me enseñaron la fe que me ha servido y me sirve de apoyo en los momentos de flaqueza. Mis padres son un ejemplo para mí: sencillos, humildes y trabajadores. Han hecho de su vida un servicio a los demás. Siempre dispuestos a ayudar... Sin duda, unos buenos padres que han formado una familia dichosa".
Una familia "grande y muy unida", continuó, en cuyo seno se vive cada año una Navidad "que comparte lo mejor de sí misma con los demás... Una Navidad solidaria con los que tenían menos, de reparto de juguetes con la Hermandad del Rocío..., una Navidad con dos niñas que llenaban y siguen llenando mi vida".
"Pero si de algo nos distinguimos los cristianos es de no sucumbir ante la dificultad", dijo en otro momento la exaltadora, quien quiso destacar la esperanza que quedó tras épocas anteriores difíciles, para más adelante resaltar la labor que realizan sus compañeros de profesión, los maestros de Religión.
"Esta es mi navidad cristiana, basada en el amor, en el compromiso con los demás, con los que lloran, con los que pasan hambre, con los desahuciados, con los enfermos, con los marginados... No olvidemos que Jesús está en cada una de las personas que podemos ayudar", aseguró en otro momento, para destacar a continuación la "gran labor" que realizan cada año las Bolsas de Caridad de todas las Hermandades, "que ayudan a aliviar las estrecheces a muchas familias nazarenas".
La exaltadora criticó a las personas que en estos días compran de forma compulsiva, y pidió que se viviera la Navidad como le gustaría a Jesús: "Rodeada de familias y amigos, y recordando el verdadero sentido cristiano de la celebración del nacimiento de Jesús". "Jesús ha nacido, ésa es la gran noticia que debemos de anunciar", añadió", para pedir a los cristianos que no sean "tímidos", que "no nos avergoncemos y colguemos desde nuestros balcones la buena noticia".
"Los cristianos no nos podemos dormir, ni esperar que esto vaya cambiando. Anunciemos su llegada al mundo dando testimonio de nosotros, personas llenas de esperanza y amor para compartir con los demás". "Comencemos a cambiar la Navidad", continuó. "Jesús viene para quedarse. Vamos a darle vida. Salgamos a la calle para vivir el Evangelio".
En su particular viaje, Francisca Rodríguez regresó de nuevo a ese Belén en torno al cual se reúne cada año su familia, y a sus personajes y, una vez más, a "la mirada de los niños", dijo, para personificarlo en Guille, y en la grandeza humana de sus padres que hacen frente a una grave enfermedad; en las hijas de la Caridad de la Sagrada Familia, por la gran labor que han realizado en Dos Hermanas...; en otras mujeres que han dedicado toda su labor a los pobres..., en compañeros de colegios, en mis hermanos rocieros, en mis amigas, en las familias, en los amigos de mi familia, en mis hijas..., en definitiva, un niño que se hace hombre para redimir a todos en Navidad", dijo, para despedir su exaltación con una rima que concluía pidiendo a todos que no olvidaran que el 25 de diciembre es Navidad.
La Parroquia de Santa María Magdalena acogió a mediodía de este domingo, día 14 de diciembre, la exaltación que anuncia la llegada de la Navidad, y cuya labor fue encomendada por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas a una mujer, Francisca Rodríguez Álvarez, 'Paqui' para todos cuantos la conocen en Dos Hermanas, profesora de Religión en el Colegio Vicente Aleixandre y que en 2006 ya pregonara la Romería del Rocío nazarena, de cuya Hermandad es miembro desde muy pequeña.
Ante el Altar Mayor del templo, la presidencia de este tradicional acto, con el párroco de Santa María Magdalena al frente, don Manuel Sánchez de Heredia, quien se encontraba acompañado por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio Gavala; por el secretario de esta institución, Francisco Alba Claro; por la propia pregonera y por la hija menor de ésta, Ángela Clarés Rodríguez, quien realizó la presentación.
Entre el público asistente, numerosos hermanos mayores de las Hermandades nazarenas, anteriores exaltadores de la Navidad y el Coro de la Hermandad del Rocío, al que en su momento perteneciera la propia Francisca Rodríguez, y que fue el encargado de interpretar algunos villancicos durante la celebración de este acto.
Ángela Clarés Rodríguez, la menor de las dos hijas de la exaltadora, realizó una presentación muy centrada en toda su familia, y encargándose de transmitir a todos "la emoción que se vivió en casa cuando mamá nos habló de su nombramiento. No sólo por la admiración que mi hermana Miriam y yo sentimos hacia ella, sino porque la Navidad es nuestra celebración preferida".
"La Navidad es una tradición que celebramos en familia desde hace 40 años", dijo, una gran familia de la que destacó a su hermana y a sus tías Loli y María José, y uno de cuyos ejes fundamentales es su propia madre, a la que definió como "una luchadora y una mujer valiente que tuvo que sacarnos adelante ella sola por circunstancias de la vida".
"Mamá, no creo que haya palabras para expresar el cariño y amor que te tenemos", añadió, a la que dio las gracias "por guiarnos en este difícil camino que es la vida, a enseñarnos el sendero por el que caminar para ser mejores, por el cariño infinito con el que nos enseñaste a ser fuertes y por la educación que escogiste para nosotras... Eres el coraje, la paciencia, la sabiduría, el cariño, la lucha, el trabajo, la humildad, la generosidad, la disciplina y el ejemplo...", concluyó emocionada para darle paso en el uso de la palabra y fundirse luego con ella en un cariñoso abrazo.
La Navidad de la familia y el amor
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Francisca Rodríguez Álvarez realizó una exaltación comprometida con su fe cristiana y centrada especialmente en su gran familia, en sus padres, en sus hijas, en los maestros de Religión, en sus amigas, en el mundo de las Hermandades nazarenas, y lo hizo primero encarnándose en el Ángel que anunció la llegada de Jesús y luego en la mirada del niño que observa la entrega de cuantas personas e instituciones dedican su vida a ayudar a los más necesitados.
La exaltadora destacó en un primer momento a la figura del Ángel que anunció "la gran noticia" y, con él, un mensaje de esperanza para un mundo cada vez más "descreído". Un cambio que Francisca Rodríguez quiso empezar por los niños, con recuerdos muy personales de la celebración de la Navidad en el seno de "mi gran familia". "Aquella familia, que venía de la Portuguesa, hoy se sigue reuniendo cuarenta años después para celebrar que seguimos unidos y para darles gracias a Dios por el nacimiento de su hijo Jesús..., que es el camino, la verdad y la vida".
Más adelante confesó que nunca llegó a imaginar que fuera la persona elegida para pregonar la Navidad y que aún hoy en día seguía poniéndose nerviosa cada que recordaba la llamada del presidente del Consejo anunciándole este encargo. "Y yo, tan valiente, le dije que sí. Creo que no fui consciente de mi nombramiento hasta que no se hizo oficial y comenzaron a llegar a casa las felicitaciones de las distintas hermandades. Y entonces dije: ¡Madre mía, en tus manos me encomiendo. Esto ya va a en serio".
En el agradecimiento a todo lo que le rodeó a lo largo de su vida, se centró de forma especial en las figuras de sus padres, "Pepe y Loli, que me enseñaron la fe que me ha servido y me sirve de apoyo en los momentos de flaqueza. Mis padres son un ejemplo para mí: sencillos, humildes y trabajadores. Han hecho de su vida un servicio a los demás. Siempre dispuestos a ayudar... Sin duda, unos buenos padres que han formado una familia dichosa".
Una familia "grande y muy unida", continuó, en cuyo seno se vive cada año una Navidad "que comparte lo mejor de sí misma con los demás... Una Navidad solidaria con los que tenían menos, de reparto de juguetes con la Hermandad del Rocío..., una Navidad con dos niñas que llenaban y siguen llenando mi vida".
"Pero si de algo nos distinguimos los cristianos es de no sucumbir ante la dificultad", dijo en otro momento la exaltadora, quien quiso destacar la esperanza que quedó tras épocas anteriores difíciles, para más adelante resaltar la labor que realizan sus compañeros de profesión, los maestros de Religión.
"Esta es mi navidad cristiana, basada en el amor, en el compromiso con los demás, con los que lloran, con los que pasan hambre, con los desahuciados, con los enfermos, con los marginados... No olvidemos que Jesús está en cada una de las personas que podemos ayudar", aseguró en otro momento, para destacar a continuación la "gran labor" que realizan cada año las Bolsas de Caridad de todas las Hermandades, "que ayudan a aliviar las estrecheces a muchas familias nazarenas".
La exaltadora criticó a las personas que en estos días compran de forma compulsiva, y pidió que se viviera la Navidad como le gustaría a Jesús: "Rodeada de familias y amigos, y recordando el verdadero sentido cristiano de la celebración del nacimiento de Jesús". "Jesús ha nacido, ésa es la gran noticia que debemos de anunciar", añadió", para pedir a los cristianos que no sean "tímidos", que "no nos avergoncemos y colguemos desde nuestros balcones la buena noticia".
"Los cristianos no nos podemos dormir, ni esperar que esto vaya cambiando. Anunciemos su llegada al mundo dando testimonio de nosotros, personas llenas de esperanza y amor para compartir con los demás". "Comencemos a cambiar la Navidad", continuó. "Jesús viene para quedarse. Vamos a darle vida. Salgamos a la calle para vivir el Evangelio".
En su particular viaje, Francisca Rodríguez regresó de nuevo a ese Belén en torno al cual se reúne cada año su familia, y a sus personajes y, una vez más, a "la mirada de los niños", dijo, para personificarlo en Guille, y en la grandeza humana de sus padres que hacen frente a una grave enfermedad; en las hijas de la Caridad de la Sagrada Familia, por la gran labor que han realizado en Dos Hermanas...; en otras mujeres que han dedicado toda su labor a los pobres..., en compañeros de colegios, en mis hermanos rocieros, en mis amigas, en las familias, en los amigos de mi familia, en mis hijas..., en definitiva, un niño que se hace hombre para redimir a todos en Navidad", dijo, para despedir su exaltación con una rima que concluía pidiendo a todos que no olvidaran que el 25 de diciembre es Navidad.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN