Un caballo hubo de ser sacrificado en la tarde de este jueves, día 20 de noviembre, en la rotonda en la que confluyen la avenida de Adolfo Suárez con la calle Luis Cernuda, después de varias horas de intentar reanimarlo tras sufrir un ictus cuando llevaba, junto a otro animal, un coche de caballos hasta la cuadra situada en las proximidades del cementerio de Dos Hermanas.
Sobre las 13:00 horas de este jueves, un caballo, que iba en pareja tirando de un carro y conducido por un cochero, cayó de forma repentina al suelo cuando marchaba por la avenida de Adolfo Suárez a la altura de la rotonda con la calle Luis Cernuda. Tras unos momentos de confusión, en los que hubo de intervenir un patrullero de la Policía Local para controlar el tráfico, el animal pudo ser colocado en un lado de la misma rotonda, en espera de la llegada de un veterinario para que determinara qué le pudo pasar.
Tras examinarlo, éste informó que al caballo, que contaba con unos 18 años de edad, le había dado un ictus que le había afectado a la parte derecha de su cuerpo, de forma que el mismo, pese a sus propios intentos por levantarse, era imposible que se pudiera mantener en pie.
Tras varios intentos por reanimarlo -incluyendo el suministro de sueros y calmantes por parte del veterinario- para poder trasladarlo hasta la cuadra de donde procedía, sobre las seis de la tarde se tomó la decisión de sacrificarlo ya que el animal, que además en sus intentos por levantarse se había causado varias heridas en el cuerpo, no respondía a ninguno de los tratamientos recibidos.
Sobre las 13:00 horas de este jueves, un caballo, que iba en pareja tirando de un carro y conducido por un cochero, cayó de forma repentina al suelo cuando marchaba por la avenida de Adolfo Suárez a la altura de la rotonda con la calle Luis Cernuda. Tras unos momentos de confusión, en los que hubo de intervenir un patrullero de la Policía Local para controlar el tráfico, el animal pudo ser colocado en un lado de la misma rotonda, en espera de la llegada de un veterinario para que determinara qué le pudo pasar.
Tras examinarlo, éste informó que al caballo, que contaba con unos 18 años de edad, le había dado un ictus que le había afectado a la parte derecha de su cuerpo, de forma que el mismo, pese a sus propios intentos por levantarse, era imposible que se pudiera mantener en pie.
Tras varios intentos por reanimarlo -incluyendo el suministro de sueros y calmantes por parte del veterinario- para poder trasladarlo hasta la cuadra de donde procedía, sobre las seis de la tarde se tomó la decisión de sacrificarlo ya que el animal, que además en sus intentos por levantarse se había causado varias heridas en el cuerpo, no respondía a ninguno de los tratamientos recibidos.
F. G. CH. / REDACCIÓN