Dos Hermanas Diario Digital se hace eco en su Buzón del Lector del artículo remitido por el artista Antonio Alcántara Carballido en relación con las obras que se iniciarán en breve y que suponen el derribo de las casas colindantes a la Torre del Olivar. Si lo desea, puede escribir a doshermanasdiariodigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia, e incluso acompañarla también de alguna fotografía.
"Dicen que no, lo mismo que dijeron de Villa Pepita, y, al final, la verdadera, la original, la que debería haber seguido existiendo, fue derribada, aniquilada. Eso sí, construyeron otra más nuevecita, sin sus preciosos jardines, sin su historia, sin sus recuerdos, sin su arte; prefabricada, plastificada; pero a muchos y muchas nazarenos y nazarenas pareció no importarles, con algunos, menos callejeros que yo, hasta consiguieron lo que buscaban: hacer creer que la mala copia, la falsa, sigue siendo la de siempre".
"¡Uy, uy, qué peligro tiene dar la orden de derribar las viviendas colindantes a la Torre del Olivar! ¡Uy, uy, y además en pleno agosto! Mal mes para estar atento, mal mes para oponerse, mal mes para la Torre del Olivar".
"En serio, espero equivocarme. Sería una verdadera pena que no fuera así, más cuando de lo que estamos hablando es de un edificio con tanta historia (1781), donde residió Fernán Caballero. Quedan ya pocos edificios históricos en nuestro pueblo. Es una verdadera lástima que nuestra ciudad no mantenga las directrices de otras y otros, aún más pequeños y supuestamente menos importantes y con más problemas económicos".
Parte alta de la casa colindante a la Torre del Olivar, que muestra su año de construcción en caracteres romanos, 1781. |
"Dicen que no, lo mismo que dijeron de Villa Pepita, y, al final, la verdadera, la original, la que debería haber seguido existiendo, fue derribada, aniquilada. Eso sí, construyeron otra más nuevecita, sin sus preciosos jardines, sin su historia, sin sus recuerdos, sin su arte; prefabricada, plastificada; pero a muchos y muchas nazarenos y nazarenas pareció no importarles, con algunos, menos callejeros que yo, hasta consiguieron lo que buscaban: hacer creer que la mala copia, la falsa, sigue siendo la de siempre".
"¡Uy, uy, qué peligro tiene dar la orden de derribar las viviendas colindantes a la Torre del Olivar! ¡Uy, uy, y además en pleno agosto! Mal mes para estar atento, mal mes para oponerse, mal mes para la Torre del Olivar".
"En serio, espero equivocarme. Sería una verdadera pena que no fuera así, más cuando de lo que estamos hablando es de un edificio con tanta historia (1781), donde residió Fernán Caballero. Quedan ya pocos edificios históricos en nuestro pueblo. Es una verdadera lástima que nuestra ciudad no mantenga las directrices de otras y otros, aún más pequeños y supuestamente menos importantes y con más problemas económicos".
ANTONIO ALCÁNTARA CARBALLIDO