Fue una procesión de unas tres horas en las que la Virgen de la Asunción llenó de alegría las calles del entorno de la capilla de San Sebastián por las que pasó. Porque pareció como si muchos nazarenos y nazarenas despertaran del letargo en los que les mantiene el calor dentro de sus casas para, aprovechando la ligera y fresca brisa de la noche, salir a la calle y arropar un 15 de agosto más a su Virgen.
Cuando las puertas de la capilla de San Sebastián se abrieron para que se formara el cortejo procesional, el entorno de la misma se encontraba ya repleto de fieles, jóvenes y mayores, que quisieron mostrar su devoción a una Virgen que muestra, con los brazos abiertos, su partida desde la tierra hacia los cielos. Y son esos momentos en los que se comprueba que Dos Hermanas no se encuentra entera de vacaciones, sino que vive la ciudad y le gusta sentir sus tradiciones.
Con anterioridad, la capilla había acogido la misa que presidió el párroco del Ave María y San Luis, Antonio Raúl Moreno Enríquez, en un recinto repleto de fieles y en el que el calor se apoderó del ambiente. Y tras la misma se formó el cortejo, que comenzó su salida pasadas las nueve y cuarto de la noche y en la que, como novedad de este año, salieron por primera vez mujeres vestidas de mantilla.
Y en torno a las nueve y media de la noche, cuando las luces cálidas del sol se tornaban ya en penumbra, hizo su aparición la Virgen de la Asunción, en un paso bellamente adornado de flores, que fue recibido por los sones de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, que tanto en ese instante como en el resto del recorrido dejó su personal sello e hizo que se vivieran momentos muy especiales.
Pocos metros por delante del paso de la Virgen, el hermano mayor de la Hermandad de la Vera-Cruz, Antonio Parejo, acompañado por algunos miembros de su Junta de Gobierno y por el párroco del Ave María. Y en la calle, mayores, muchos de los cuales llegaron con bastante antelación para poder presenciar el recorrido procesional desde un lugar privilegiado, y jóvenes, todos vestidos para celebrar un día que es también festivo en todo el país.
A partir de ahí, el cortejo siempre contó con la presencia de los nazarenos y nazarenas, que acudieron a su encuentro o que salieron a la calle y que, en algunos casos, quisieron celebrar esta festividad de María adornando sus balcones e incluso preparando pequeños altares, que dieron más lustre a la procesión.
En esta ocasión, el cortejo recorrió la calle Manuel de Falla, Romera, Plaza del Emigrante, San Sebastián y la Plaza Hidalgo Carret como los lugares principales, haciéndolo despacito, con gusto en el movimiento del pequeño paso que portaba a la Virgen, y, como ya se comentó, con una Agrupación Musical de Valme que lo dio todo y que supo crear momentos muy especiales.
Como así ocurrió en el instante de la llegada, de nuevo, al entorno de la capilla de San Sebastián, donde entregó su energía y donde supo revivir momentos muy emotivos que así supieron reconocer todos cuantos allí se concentraron. La Plaza Hidalgo Carret, especialmente adornada para acoger a la tradicional Velaíta, así lo vivió además. Eran cerca de las doce y media de la madrugada cuando el paso entró en la capilla y dejaba un regusto especial en cuantos se acercaron a contemplarla.
Imágenes de la procesión
Cuando las puertas de la capilla de San Sebastián se abrieron para que se formara el cortejo procesional, el entorno de la misma se encontraba ya repleto de fieles, jóvenes y mayores, que quisieron mostrar su devoción a una Virgen que muestra, con los brazos abiertos, su partida desde la tierra hacia los cielos. Y son esos momentos en los que se comprueba que Dos Hermanas no se encuentra entera de vacaciones, sino que vive la ciudad y le gusta sentir sus tradiciones.
Con anterioridad, la capilla había acogido la misa que presidió el párroco del Ave María y San Luis, Antonio Raúl Moreno Enríquez, en un recinto repleto de fieles y en el que el calor se apoderó del ambiente. Y tras la misma se formó el cortejo, que comenzó su salida pasadas las nueve y cuarto de la noche y en la que, como novedad de este año, salieron por primera vez mujeres vestidas de mantilla.
Y en torno a las nueve y media de la noche, cuando las luces cálidas del sol se tornaban ya en penumbra, hizo su aparición la Virgen de la Asunción, en un paso bellamente adornado de flores, que fue recibido por los sones de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, que tanto en ese instante como en el resto del recorrido dejó su personal sello e hizo que se vivieran momentos muy especiales.
Pocos metros por delante del paso de la Virgen, el hermano mayor de la Hermandad de la Vera-Cruz, Antonio Parejo, acompañado por algunos miembros de su Junta de Gobierno y por el párroco del Ave María. Y en la calle, mayores, muchos de los cuales llegaron con bastante antelación para poder presenciar el recorrido procesional desde un lugar privilegiado, y jóvenes, todos vestidos para celebrar un día que es también festivo en todo el país.
A partir de ahí, el cortejo siempre contó con la presencia de los nazarenos y nazarenas, que acudieron a su encuentro o que salieron a la calle y que, en algunos casos, quisieron celebrar esta festividad de María adornando sus balcones e incluso preparando pequeños altares, que dieron más lustre a la procesión.
En esta ocasión, el cortejo recorrió la calle Manuel de Falla, Romera, Plaza del Emigrante, San Sebastián y la Plaza Hidalgo Carret como los lugares principales, haciéndolo despacito, con gusto en el movimiento del pequeño paso que portaba a la Virgen, y, como ya se comentó, con una Agrupación Musical de Valme que lo dio todo y que supo crear momentos muy especiales.
Como así ocurrió en el instante de la llegada, de nuevo, al entorno de la capilla de San Sebastián, donde entregó su energía y donde supo revivir momentos muy emotivos que así supieron reconocer todos cuantos allí se concentraron. La Plaza Hidalgo Carret, especialmente adornada para acoger a la tradicional Velaíta, así lo vivió además. Eran cerca de las doce y media de la madrugada cuando el paso entró en la capilla y dejaba un regusto especial en cuantos se acercaron a contemplarla.
Imágenes de la procesión
F. G. CH. / REDACCIÓN