A la Feria se puede ir a hacer política con distintos fines: para cumplir con su correspondiente partido político, para salir en la foto, para hacer campaña, para buscar el apoyo popular... Pero si algo distingue más a unas visitas que a otras es por un aspecto muy concreto: la actitud. Y la Feria de Dos Hermanas contó este sábado con dos actitudes, algo similares, pero con particularidades distintas.
Porque si es habitual, y más en plena campaña electoral, que los políticos se den un paseo por el Real de la Feria correspondiente, lo que cambia de unos a otros es, precisamente, la actitud con la que lo hagan. Y Dos Hermanas fue testigo este sábado de dos de las actitudes más positivas para la no muy prestigiada condición política actual.
Una de ellas fue la que protagonizó la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien se acercó por el Real nazareno para, por supuesto, ofrecer su apoyo al Partido Socialista de Dos Hermanas, pero también para encontrarse con quienes disfrutaban de la Feria.
Venía la presidenta de la Junta a Dos Hermanas, y todo el Ayuntamiento y el PSOE nazareno se volcaron con ella. Son momentos de unidad, de demostrar fortaleza y un mismo compromiso; y se notó. Todos a una. O, todos con una. Y una, con todos. Desde el alcalde nazareno, Francisco Toscano, y el secretario general del PSOE local, Francisco Rodríguez, a todos cuantos a partir de ahí se suceden en las escalas de poder o de representaciones, quisieron estar junto a su actual líder como forma de demostrar la fortaleza de un partido unido.
Y así se hizo, sólo que lo que se presumía como un paseo militar hasta la Caseta del PSOE en la Feria, donde se había preparado un aperitivo-almuerzo para la presidenta, se convirtió en un paseo popular fruto de la actitud cercana y cariñosa de la que hizo gala Susana Díaz nada más pisar el albero nazareno. Porque, escoltada por alcalde, concejales y cargos del partido local, no dudó en ir saludando a cuantas personas se fue cruzando en su camino, y hasta en entrar en casetas particulares donde las familias disfrutaban del almuerzo de Feria, y a hacerlo en la de la Peña Bética, a cuyos socios quiso animar después de una nefasta temporada, y en la Caseta Municipal, donde no paró de dar besos y de hacerse fotos, y, antes de irse, en la caseta de la Peña Sevillista, a los que volvió a felicitar por la consecución de su reciente título europeo.
Y en todo con una sonrisa y una cercanía que, por cómo está lo político últimamente, no parecen muy propias de estas condiciones. Fue Susana Díaz más una mujer, una madre y una amiga que una política o una presidenta de la Junta. No dio además ningún discurso, sino besos y abrazos. Y se marchó de Dos Hermanas, pasadas las cuatro de la tarde, dejando atrás unas caras de satisfacción poco reconocibles últimamente.
La paella de Zoido
A la misma hora en la que la presidenta de la Junta se paseaba por el Real nazareno, otro líder político, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, compartía en el interior de la Caseta del PP un almuerzo con sus militantes en Dos Hermanas y hasta le daba un repaso a la paella que se estaba haciendo en ese momento y de la que luego dieron buena cuenta.
Y lo hizo también con ese sentido de la cercanía que el alcalde de la capital hispalense sabe dar a sus participaciones políticas; en este caso, con el encuentro con sus compañeros. Como ocurriera ya el pasado año, cuando era presidente del PP en Andalucía, Zoido se acercó este sábado por la Feria de Dos Hermanas para estar cerca de su gente, más que para mostrar apoyos, porque tampoco esa era la actitud.
Entró en la Feria paseando, junto a algunos miembros de su equipo y en compañía de Manuel Alcocer, y por el camino también tuvo ocasión de saludar a muchos de los que se cruzaron con él, dejando muestras igualmente del don de gente que este político tiene y que le llevó a ser alcalde de Sevilla con una mayoría absoluta histórica. Y ya dentro de la caseta del PP, nada de discursos, sino abrazos, fotos con quien se lo pidió y un ojo de vez en cuando a la paella para que no se pasara el arroz. Otras formas, como se ve, de hacer política.
Porque si es habitual, y más en plena campaña electoral, que los políticos se den un paseo por el Real de la Feria correspondiente, lo que cambia de unos a otros es, precisamente, la actitud con la que lo hagan. Y Dos Hermanas fue testigo este sábado de dos de las actitudes más positivas para la no muy prestigiada condición política actual.
Una de ellas fue la que protagonizó la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien se acercó por el Real nazareno para, por supuesto, ofrecer su apoyo al Partido Socialista de Dos Hermanas, pero también para encontrarse con quienes disfrutaban de la Feria.
Venía la presidenta de la Junta a Dos Hermanas, y todo el Ayuntamiento y el PSOE nazareno se volcaron con ella. Son momentos de unidad, de demostrar fortaleza y un mismo compromiso; y se notó. Todos a una. O, todos con una. Y una, con todos. Desde el alcalde nazareno, Francisco Toscano, y el secretario general del PSOE local, Francisco Rodríguez, a todos cuantos a partir de ahí se suceden en las escalas de poder o de representaciones, quisieron estar junto a su actual líder como forma de demostrar la fortaleza de un partido unido.
Y así se hizo, sólo que lo que se presumía como un paseo militar hasta la Caseta del PSOE en la Feria, donde se había preparado un aperitivo-almuerzo para la presidenta, se convirtió en un paseo popular fruto de la actitud cercana y cariñosa de la que hizo gala Susana Díaz nada más pisar el albero nazareno. Porque, escoltada por alcalde, concejales y cargos del partido local, no dudó en ir saludando a cuantas personas se fue cruzando en su camino, y hasta en entrar en casetas particulares donde las familias disfrutaban del almuerzo de Feria, y a hacerlo en la de la Peña Bética, a cuyos socios quiso animar después de una nefasta temporada, y en la Caseta Municipal, donde no paró de dar besos y de hacerse fotos, y, antes de irse, en la caseta de la Peña Sevillista, a los que volvió a felicitar por la consecución de su reciente título europeo.
Y en todo con una sonrisa y una cercanía que, por cómo está lo político últimamente, no parecen muy propias de estas condiciones. Fue Susana Díaz más una mujer, una madre y una amiga que una política o una presidenta de la Junta. No dio además ningún discurso, sino besos y abrazos. Y se marchó de Dos Hermanas, pasadas las cuatro de la tarde, dejando atrás unas caras de satisfacción poco reconocibles últimamente.
La paella de Zoido
A la misma hora en la que la presidenta de la Junta se paseaba por el Real nazareno, otro líder político, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, compartía en el interior de la Caseta del PP un almuerzo con sus militantes en Dos Hermanas y hasta le daba un repaso a la paella que se estaba haciendo en ese momento y de la que luego dieron buena cuenta.
Y lo hizo también con ese sentido de la cercanía que el alcalde de la capital hispalense sabe dar a sus participaciones políticas; en este caso, con el encuentro con sus compañeros. Como ocurriera ya el pasado año, cuando era presidente del PP en Andalucía, Zoido se acercó este sábado por la Feria de Dos Hermanas para estar cerca de su gente, más que para mostrar apoyos, porque tampoco esa era la actitud.
Entró en la Feria paseando, junto a algunos miembros de su equipo y en compañía de Manuel Alcocer, y por el camino también tuvo ocasión de saludar a muchos de los que se cruzaron con él, dejando muestras igualmente del don de gente que este político tiene y que le llevó a ser alcalde de Sevilla con una mayoría absoluta histórica. Y ya dentro de la caseta del PP, nada de discursos, sino abrazos, fotos con quien se lo pidió y un ojo de vez en cuando a la paella para que no se pasara el arroz. Otras formas, como se ve, de hacer política.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN
