El escultor nazareno Antonio Luis Troya ha terminado recientemente su última obra, un busto de una Virgen Dolorosa de tamaño natural que ha realizado por encargo para una colección particular. Según el mismo artista ha descrito, la imagen, de rostro carnoso, recrea las tesuras que ofrece la blandura de la piel femenina, de tez morena y encarnadura cálida.
Se trata de una obra de gran calidad, que cuenta además con una cabellera ondulada, peinada al centro y recogida en un moño bajo, y presenta la frente despejada y las cejas fruncidas por el dolor. La mirada, según su autor, se halla fijada al frente, a través de unos ojos grandes y rasgados que presentan el iris policromado en tonos verdes. Asimismo, cuenta con unas pestañas, con abundante volumen, de pelo natural las superiores y pintadas las del párpado inferior, además de cinco lágrimas que recorren las angulosas mejillas, dos por el lado derecho y tres por el izquierdo.
Antonio Luis Troya continúa describiendo a esta imagen indicando que su nariz es alargada, de perfil clásico, los labios muy abiertos en pesarosa súplica, tienen los dientes perfectamente tallados y la lengua proyectada sobre la corona dentaria inferior, mientras que el mentón es redondeado y con un hoyuelo en el centro.
En la actualidad, Antonio Luis Troya se encuentra concluyendo dos imágenes secundarías que acompañaran al Cristo de la Caridad realizado por el escultor el pasado año para una Hermandad de Jaén capital y que procesionará en esta Semana Santa.
Se trata de una obra de gran calidad, que cuenta además con una cabellera ondulada, peinada al centro y recogida en un moño bajo, y presenta la frente despejada y las cejas fruncidas por el dolor. La mirada, según su autor, se halla fijada al frente, a través de unos ojos grandes y rasgados que presentan el iris policromado en tonos verdes. Asimismo, cuenta con unas pestañas, con abundante volumen, de pelo natural las superiores y pintadas las del párpado inferior, además de cinco lágrimas que recorren las angulosas mejillas, dos por el lado derecho y tres por el izquierdo.
Antonio Luis Troya continúa describiendo a esta imagen indicando que su nariz es alargada, de perfil clásico, los labios muy abiertos en pesarosa súplica, tienen los dientes perfectamente tallados y la lengua proyectada sobre la corona dentaria inferior, mientras que el mentón es redondeado y con un hoyuelo en el centro.
En la actualidad, Antonio Luis Troya se encuentra concluyendo dos imágenes secundarías que acompañaran al Cristo de la Caridad realizado por el escultor el pasado año para una Hermandad de Jaén capital y que procesionará en esta Semana Santa.
DH DIARIO DIGITAL / REDACCIÓN
