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Apoteosis con las Tres Caídas por La Alquería

Fue algo histórico. Y apoteósico. Por primera vez, el paso del Señor de las Tres Caídas, que había incorporado al mismo a la Virgen de la Paz, cruzó un espacio poco habitual, vinculado al ocio y al disfrute de pequeños y mayores, pero que por una vez se transformó en devoción y respeto. El Parque de La Alquería y la futura Hermandad se fusionaron para crear un ambiente único en Dos Hermanas.

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La Agrupación Parroquial de las Tres Caídas va con pasito corto, pero seguro. A la paciencia de su súplica está sabiendo incorporar su pasión por ser grande, otra más de las de Dos Hermanas, lo que hace que su discurrir por las calles nazarenas no pase, ni mucho menos, desapercibida. Y la consecuencia es una fusión de los deseos de una Agrupación que se siente mayor y de unos ciudadanos que ya la consideran otra más. El resultado, por tanto, se puede imaginar.

La prueba de todo ello está en el camino que el Señor de las Tres Caídas realizó en su paso desde la Parroquia de La Oliva, a la que pertenece, hasta su Capilla de San José, en la barriada de Las Infantas. Por faltar, habrá quien diga que faltó la Carrera Oficial; pero por entrega, calidad, seguimiento y devoción, se comprobó un año más que el pueblo nazareno está deseando ver a las imágenes del Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y de María Santísima de la Paz cada una en su paso y completando su recorrido oficial.

La nueva salida de esta Agrupación estuvo rodeada en la salida de una gran expectación, porque se notaba que la gente, en Dos Hermanas, tiene ganas de Semana Santa. Por eso acudieron a presenciar su encuentro con la calle en el entorno de la Parroquia de La Oliva, y por eso, por cada calle, por cada barrio que atravesó, siempre estuvo arropada por los nazarenos.

Pero como el pasado año no pudo atravesar, como tenía ya previsto, el Parque de La Alquería, por culpa de una lluvia previa que lo dejó todo enfangado, en esta ocasión fueron muchos los que no quisieron perderse un momento histórico: la primera vez en la que un paso iba a cruzar, de una punta a otra, por el simbólico espacio de este espacio verde.

Y lo hizo rodeado en todo momento de una gran cantidad de personas, dibujando unas escenas únicas y extraordinarias. Porque el paso con el Señor de las Tres Caídas y la Virgen de la Paz hizo su entrada por el acceso principal al parque, y tomó dirección a la zona próxima al restaurante Salmedina, a la que accedió, tras una auténtica demostración de poderío, por parte de la cuadrilla y de sus capataces, Fernando Martos y José Antonio Sánchez, de un tramo empinado y estrecho que superó a golpe de tambor y sin mayores florituras. Pero, claro, una vez superado, el reconocimiento de todos los allí presentes, con su cerrado aplauso, fue unánime.

A partir de ahí, entre las sombras y las luces que dibujaba la arboleda, y unos pies de costaleros manchados de albero, se dirigieron hacia la antigua casa de la Cultura, para comenzar a encontrarse con el barrio de La Moneda, donde de nuevo se fusionaron con la multitud. Se trató de una especie de ensayo general para cuando Palacio considere llegado el momento y pueda entrar en la nómina oficial de la Semana Santa nazarena, sea el recorrido oficial de regreso a su parroquia.

Oración ante el solar de la futura parroquia

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Precisamente, otro de los momentos más emotivos se vivió cuando el paso con el Señor y la Virgen se detuvo ante la zona en la que se espera que en los próximos meses se comience a levantar la futura Parroquia de San José, donde reviró y el párroco de La Oliva, Gregorio Sillero, pronunció una oración por el buen desarrollo de la misma.

Y por fin se encontró el paso y su comitiva con su barrio de Las Infantas, donde fue acogido como siempre: por jóvenes y mayores que quisieron arropar con su presencia a algo que consideran suyo. Y el comentario, entre la gran mayoría, fue el gran acierto de situar a la Virgen de la Paz, sin palio aún, en el mismo paso junto al Señor, en algo que, por lo demás, levantó una tremenda curiosidad, y que era por el hecho de ver entrar a ambos en su pequeña capilla de la calle Antonio Machado, algo que hubo quien consideró muy arriesgado.

Pero de nuevo la cuadrilla y los capataces dejaron patente su trabajo previo, su planificación, y la multitud allí congregada pudo contemplar cómo con mucho mimo y paciencia el paso pudo entrar sin mayor problema en el interior de la capilla, completando así un recorrido tremendamente brillante.

Al final, todo fueron aplausos y enhorabuenas. Las mismas que la propia Agrupación quiso trasladar a todos los que los han apoyado y, de forma especial, al Ayuntamiento de Dos Hermanas y a los cuerpos de la Policía Local, Protección Civil y Cruz Roja por el despliegue realizado para que todo estuviera bajo control.

FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN
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