De nuevo, la P.D. Rociera vuelve a distanciarse en la clasificación al imponerse, en primer lugar, por 2-1 al A.D. San José, y, en segundo lugar, al ver cómo su inmediato seguidor, el Atlético Espeleño, 'pinchaba' en su partido en casa ante el Ciudad Jardín (0-1), dejando de nuevo la diferencia de los rocieros, líderes destacados, con respecto a los cordobeses en ocho puntos.
P.D. Rociera 2 -- 1 A.D. San José
P.D. Rociera: Rivas; Dani Vázquez, Adrián Mario, Guti, Iván Pérez (Sema, m. 79), Lara, David Antón (Guerra I, m. 72), Marcos, Chiqui Carmona (Villalón, m. 64), Sol Jeong (Canelo, m. 54) y Fran Ruiz.
U.D. San José: Jairo I; Alvi (Joaquín, m. 68), Jairo II, Isco, Serrano, Sosa, Plusco, Ruti, Lobo, Romero (Andrés, m. 46) y Mañas (Manu, m. 46).
Goles: 1-0, m. 26, Marcos de penalti; 2-0, m. 43, Marcos; 2-1, m. 70, Manu, de penalti.
Árbitro: Ordóñez Marín (Colegio Sevillano). Mostró tarjeta amarilla a los locales Marcos, Sema e Iván Pérez, y a los visitantes Serrano, Sosa y Joaquín.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la Jornada 24 del Grupo II de la Primera Andaluza disputado en el Manuel Adame ante unos 250 espectadores.
La diferencia en un partido con respecto a otros puede estar en muchas variantes, en los que la suerte, en ocasiones, juega un papel también importante; pero así como en el último partido que La Rociera disputó, y perdió, en su casa, ante el Villanueva, le faltó actitud, en el que consiguió sacar adelante este domingo este aspecto no faltó nunca, como tampoco la suerte.
El técnico Emilio López ha vuelto a saber gestionar un vestuario y un equipo que recibió un mazazo muy fuerte en puertas de otros dos partidos vitales, y ambos los consiguió sacar adelante con distinta filosofía: una de ellas, dejando en el banquillo a quien no le respondió en 'actitud', y, otra, sacando todo el rendimiento posible a un equipo que acumulaba hasta siete bajas, algunas de ellas muy importantes, como eran los casos de Barros y Yoni -sancionados- o de Gordi y Dani Muñoz -lesionados-. Pero en un equipo muy cambiado encontró esa 'actitud' que siempre busca cualquier técnico.
En ese equipo de circunstancias contó de nuevo con la titularidad el coreano Sol Jeong, el 'toque' oriental de un equipo de barrio de Dos Hermanas que está probando a un jugador que no conoce nuestro idioma, pero que tiene unas ganas tremendas de demostrar que puede ser futbolista y que conoce el lenguaje del fútbol. Al menos, se le ve correr -es rápido-, trata de desmarcarse y tapa los huecos que encuentra cuando se trata de defender. Y aunque bien es verdad que no tuvo muchas ocasiones de demostrar algo -jugó de delantero centro-, sí enseñó que es un peleón y que, además, no se arruga.
El partido, en sí, no le resultó nada fácil a La Rociera, aunque en esta ocasión, y pese al empuje del San José, sí se vio sobre el campo a un equipo que daba siempre la sensación de no tener problemas para sacar el partido adelante. Pero la brusquedad de algunos de los jugadores visitantes y el tanto que consiguió en el 70, de penalti, con el que acortaba distancias, hizo que los nazarenos hubieran de apretar bien los dientes y no desconcentrarse en ningún momento para que su portería no volviera a ser perforada.
Gol de penalti de Marcos: el balón va a la izquierda, y el portero, a la derecha. En la imagen inferior, el delantero coreano Sol Jeong. |
P.D. Rociera 2 -- 1 A.D. San José
P.D. Rociera: Rivas; Dani Vázquez, Adrián Mario, Guti, Iván Pérez (Sema, m. 79), Lara, David Antón (Guerra I, m. 72), Marcos, Chiqui Carmona (Villalón, m. 64), Sol Jeong (Canelo, m. 54) y Fran Ruiz.
U.D. San José: Jairo I; Alvi (Joaquín, m. 68), Jairo II, Isco, Serrano, Sosa, Plusco, Ruti, Lobo, Romero (Andrés, m. 46) y Mañas (Manu, m. 46).
Goles: 1-0, m. 26, Marcos de penalti; 2-0, m. 43, Marcos; 2-1, m. 70, Manu, de penalti.
Árbitro: Ordóñez Marín (Colegio Sevillano). Mostró tarjeta amarilla a los locales Marcos, Sema e Iván Pérez, y a los visitantes Serrano, Sosa y Joaquín.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la Jornada 24 del Grupo II de la Primera Andaluza disputado en el Manuel Adame ante unos 250 espectadores.
La diferencia en un partido con respecto a otros puede estar en muchas variantes, en los que la suerte, en ocasiones, juega un papel también importante; pero así como en el último partido que La Rociera disputó, y perdió, en su casa, ante el Villanueva, le faltó actitud, en el que consiguió sacar adelante este domingo este aspecto no faltó nunca, como tampoco la suerte.
El técnico Emilio López ha vuelto a saber gestionar un vestuario y un equipo que recibió un mazazo muy fuerte en puertas de otros dos partidos vitales, y ambos los consiguió sacar adelante con distinta filosofía: una de ellas, dejando en el banquillo a quien no le respondió en 'actitud', y, otra, sacando todo el rendimiento posible a un equipo que acumulaba hasta siete bajas, algunas de ellas muy importantes, como eran los casos de Barros y Yoni -sancionados- o de Gordi y Dani Muñoz -lesionados-. Pero en un equipo muy cambiado encontró esa 'actitud' que siempre busca cualquier técnico.
En ese equipo de circunstancias contó de nuevo con la titularidad el coreano Sol Jeong, el 'toque' oriental de un equipo de barrio de Dos Hermanas que está probando a un jugador que no conoce nuestro idioma, pero que tiene unas ganas tremendas de demostrar que puede ser futbolista y que conoce el lenguaje del fútbol. Al menos, se le ve correr -es rápido-, trata de desmarcarse y tapa los huecos que encuentra cuando se trata de defender. Y aunque bien es verdad que no tuvo muchas ocasiones de demostrar algo -jugó de delantero centro-, sí enseñó que es un peleón y que, además, no se arruga.
El partido, en sí, no le resultó nada fácil a La Rociera, aunque en esta ocasión, y pese al empuje del San José, sí se vio sobre el campo a un equipo que daba siempre la sensación de no tener problemas para sacar el partido adelante. Pero la brusquedad de algunos de los jugadores visitantes y el tanto que consiguió en el 70, de penalti, con el que acortaba distancias, hizo que los nazarenos hubieran de apretar bien los dientes y no desconcentrarse en ningún momento para que su portería no volviera a ser perforada.
DH DIARIO DIGITAL / REDACCIÓN