El interior de la Parroquia de Santa María Magdalena se llenó por completo de familias nazarenas que acudieron con sus hijos a hijas para cumplir con la tradición de presentarlos ante la Virgen de Valme y pasarlos por su manto. Se vivía así, un año más, con un momento mágico y lleno de colorido, que sirvió como acto previo a la Misa de despedida de la Protectora de Dos Hermanas antes de su inminente restauración.
"El mundo no se acaba, desde luego", comentaban algunos de los nazarenos que acudieron en la tarde de este domingo a la Parroquia de Santa María Magdalena para asistir al tradicional acto de presentación de niños y niñas ante la Virgen de Valme. Y esta expresión era el fiel reflejo de cómo se encontraba el interior del templo, completamente abarrotado de familias, con sus hijos recién nacidos, que no quisieron faltar a este simbólico acto.
Ante la Virgen, situada a los pies del Altar Mayor, fueron pasando todos los niños y niñas que se habían inscrito previamente en la Hermandad, y que iban siendo llamados uno a uno, mientras que la camarera de la Virgen, María Luisa Díaz, tomaba una parte del manto para pasarlo por cada uno de ellos. Una fotografía de recuerdo, y a quedarse con un momento autenticamente festivo en el que hubo que sortear más de un carrito para poder entrar o salir del templo.
La Festividad de la Candelaria, que se celebra el día 2 de febrero, conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del Niño Jesús en el Templo. Por este motivo, se mantiene año a año la tradición de pasar a los niños nacidos durante el año anterior por el manto de la Virgen para que los proteja y purifique.
Este acto se celebró con anterioridad a la Santa Misa que se ofreció en el mismo Templo nazareno y que servía como despedida de la Virgen de Valme antes de su retirada al culto, mañana mismo, y su traslado al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), donde será sometida a una completa restauración durante unos tres meses.
"El mundo no se acaba, desde luego", comentaban algunos de los nazarenos que acudieron en la tarde de este domingo a la Parroquia de Santa María Magdalena para asistir al tradicional acto de presentación de niños y niñas ante la Virgen de Valme. Y esta expresión era el fiel reflejo de cómo se encontraba el interior del templo, completamente abarrotado de familias, con sus hijos recién nacidos, que no quisieron faltar a este simbólico acto.
Ante la Virgen, situada a los pies del Altar Mayor, fueron pasando todos los niños y niñas que se habían inscrito previamente en la Hermandad, y que iban siendo llamados uno a uno, mientras que la camarera de la Virgen, María Luisa Díaz, tomaba una parte del manto para pasarlo por cada uno de ellos. Una fotografía de recuerdo, y a quedarse con un momento autenticamente festivo en el que hubo que sortear más de un carrito para poder entrar o salir del templo.
La Festividad de la Candelaria, que se celebra el día 2 de febrero, conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del Niño Jesús en el Templo. Por este motivo, se mantiene año a año la tradición de pasar a los niños nacidos durante el año anterior por el manto de la Virgen para que los proteja y purifique.
Este acto se celebró con anterioridad a la Santa Misa que se ofreció en el mismo Templo nazareno y que servía como despedida de la Virgen de Valme antes de su retirada al culto, mañana mismo, y su traslado al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), donde será sometida a una completa restauración durante unos tres meses.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN
