Hubo perros de todas las razas y de todos los tamaño, además de gatos, conejos, canarios... y, por supuesto, la perrita Oliva, que llegó con tres meses a la Parroquia de La Oliva de nuestra ciudad y que se ha convertido en la mascota de esta comunidad. Pero, además, sorprendió la presencia de un poni, cuyos propietarios tampoco quisieron perderse el acto masivo de bendición de animales.
El vicario parroquial, don Rafael Fiol García de la Borbolla, acababa de bendecir, repartiendo de forma generosa agua bendita en el lomo y la cabeza del poni, el animal que se llevó casi todas las atenciones, cuando preguntó: "¿Y Oliva, dónde está?, porque por aquí no ha pasado todavía". Y Oliva llegó instantes después en brazos de uno de sus cuidadores, Manuel, el jardinero de toda la zona interior del recinto parroquial.
Oliva es la perrita de esta comunidad, a quien el párroco, don Gregorio Sillero, recibió con los brazos abiertos cuando uno de los colaboradores de Cáritas de esta Parroquia le preguntó en una ocasión si quería a uno de los cachorros de su perra recién parida. Y así fue. Se trató de una perrita, a la que enseguida le pusieron el nombre de Oliva, y que rápidamente se hizo con el cariño de todos. Y allí vive desde entonces. De día, se encuentra resguardada en una de las dependencias de la Parroquia, pero de noche, una vez que se cierra al público el recinto exterior, se pasea a sus anchas por su interior.
Y Oliva se desenvolvió muy contenta entre tanto animal como el que se concentró sobre las seis y media de la tarde en las puertas de esta Parroquia nazarena, que fueron llevados por sus dueños para recibir la bendición que, con motivo de la festividad de San Antón, patrón de los animales, les mantendrá a salvo de las enfermedades durante todo el año.
Por su puesto, ganaron los perros por goleada, pero ante el agua bendita que repartía el vicario parroquial pasaron gatos, hámster, conejos, cobayas, canarios, jilgueros y hasta el citado poni. Todo, en un encuentro que se celebraba por primera vez en esta Parroquia y al que respondieron numerosos vecinos de nuestra localidad.
El vicario parroquial, don Rafael Fiol García de la Borbolla, acababa de bendecir, repartiendo de forma generosa agua bendita en el lomo y la cabeza del poni, el animal que se llevó casi todas las atenciones, cuando preguntó: "¿Y Oliva, dónde está?, porque por aquí no ha pasado todavía". Y Oliva llegó instantes después en brazos de uno de sus cuidadores, Manuel, el jardinero de toda la zona interior del recinto parroquial.
Oliva es la perrita de esta comunidad, a quien el párroco, don Gregorio Sillero, recibió con los brazos abiertos cuando uno de los colaboradores de Cáritas de esta Parroquia le preguntó en una ocasión si quería a uno de los cachorros de su perra recién parida. Y así fue. Se trató de una perrita, a la que enseguida le pusieron el nombre de Oliva, y que rápidamente se hizo con el cariño de todos. Y allí vive desde entonces. De día, se encuentra resguardada en una de las dependencias de la Parroquia, pero de noche, una vez que se cierra al público el recinto exterior, se pasea a sus anchas por su interior.
Y Oliva se desenvolvió muy contenta entre tanto animal como el que se concentró sobre las seis y media de la tarde en las puertas de esta Parroquia nazarena, que fueron llevados por sus dueños para recibir la bendición que, con motivo de la festividad de San Antón, patrón de los animales, les mantendrá a salvo de las enfermedades durante todo el año.
Por su puesto, ganaron los perros por goleada, pero ante el agua bendita que repartía el vicario parroquial pasaron gatos, hámster, conejos, cobayas, canarios, jilgueros y hasta el citado poni. Todo, en un encuentro que se celebraba por primera vez en esta Parroquia y al que respondieron numerosos vecinos de nuestra localidad.
F. G. CH. / REDACCIÓN