Rafael Sánchez Pastor fue elegido el pasado domingo, día 10, nueva hermano mayor de la Hermandad del Santo Entierro de Dos Hermanas, y lo consiguió en la jornada en la que más hermanos, en la dilatada vida de esta Hermandad, fueron a votar. Le queda ahora el reto de continuar la labor realizada en los últimos años, y de la que él dice sentirse partícipe.
Rafael Sánchez Pastor, de 46 años, está casado, tiene dos hijos y es director en Dos Hermanas de una entidad financiera. Entró en la Hermandad siendo un chaval y desde que cumplió los 18 años de edad, salvo en un período de cuatro años, siempre ha ostentado distintos cargos en las Juntas de Gobierno que se sucedieron desde entonces. Es, además, hermano de Santa Ana y del Rocío de Dos Hermanas.
En estos días, cuando piensa en la responsabilidad que va a asumir una vez que tome oficialmente posesión del cargo, confiesa que seguro que se emocionará en el instante que oiga el Himno de España y el paso de palio de la Virgen de la Soledad se encuentre ya en la calle. Es la consecuencia lógica de media vida entregada a su Hermandad, y de la que llegar a ser hermano mayor le supone "un gran orgullo".
- ¿Cómo comienza su vinculación con la Hermandad?
- Con el Grupo Joven, cuyos integrantes entonces fueron el germen de la Hermandad en la actualidad y muchos de los cuales han dirigido la Hermandad a lo largo de estos años.
- O sea, que fue una generación que despuntó.
- Creo que sí. De aquel Grupo Joven es el actual teniente de hermano mayor, el que será ahora conmigo también teniente de hermano mayor, el anterior hermano mayor, el diputado mayor..., en fin, un grupo bastante numeroso. Yo entré por primera vez a formar parte de una Junta de Gobierno con Fernando Sutil al frente. Desde entonces, y hasta ahora, sólo he faltado durante un mandado de cuatro años, que fue el primero de mi amigo Manuel Campos como hermano mayor.
- ¿Por qué ese parón?
- Manuel Campos me dijo por entonces que quería que yo fuera mayordomo de cuentas en su Junta, pero yo ya había acabado de estudiar y le dije que me encontraba un poco agotado y que quería descansar de la tensión que, aunque no lo parezca, hay dentro de una Hermandad si en ésta te tomas con dedicación tus funciones. Ya posteriormente, cuando Manuel Campos asumió su segundo mandato, me llamó de nuevo, me dijo que necesitaba que me incorporara para llevar las cuentas de la Hermandad, y fue entonces cuando regresé para montar una contabilidad como si fuera la de una empresa. Fui mayordomo con él, en la siguiente Junta volví a ser mayordomo, y en la que ha sido esta última he estado de teniente de hermano mayor.
- ¿Y cómo surgió la posibilidad de que pudiera encabezar una candidatura?
- Cuando Guillermo López Rodríguez decidió en las pasadas elecciones presentarse como hermano mayor, tuvimos los dos una conversación. Ambos llegamos al mismo tiempo y hemos tenido una trayectoria muy paralela en la Hermandad. En aquellos años, cuando barajaba la posibilidad de presentarse, me preguntó si yo lo iba a hacer. Le contesté que no, y entonces me dijo que él se iba a presentar y que cuando él terminara, pues quería contar conmigo. Ha terminado, y como mucha gente de peso de la Hermandad me lo ha pedido, pues así lo asumí. Por supuesto, ser hermano mayor es un orgullo y un honor para mí, pero básicamente me presenté por cuestión de responsabilidad. La Hermandad debe mantener la trayectoria que lleva en los últimos años.
- ¿Cómo valora la participación en la pasada jornada electoral?
- De forma muy positiva. Se vivió un día la verdad muy grato, porque se dio la circunstancia de que ha sido la ocasión en la que más hermanos han venido a votar. No faltó la afluencia de hermanos durante toda la mañana, y después éstos se quedaron además de tertulia durante un rato. Para mí, la gran satisfacción, además de haber sido elegido hermano mayor, es ver que se trata de una Hermandad viva y que cada vez somos más los que participamos de ella.
- ¿Qué espera a partir de ahora de su mandato?
- Yo espero que la etapa que se inicia ahora sea de continuidad, entre otras cosas porque yo me siento partícipe de lo que en esta Hermandad se ha hecho en los últimos años; y no sólo partícipe, sino también orgulloso. Cuando yo hablo de la Hermandad y de nuestra Casa, los que lo hemos vivido desde que estábamos en el Grupo Joven y veo lo que tenemos ahora, la verdad es que me llena de orgullo saber lo que se ha hecho. Aparte de mi familia y mis hijos, todo lo realizado aquí es de lo que más orgulloso me siento en mi vida. En los últimos treinta años se han llevado a cabo muchas cosas, entre ellas la realización de un Cristo nuevo, algo que era un anhelo de la Hermandad de toda la vida. Entonces, lo que me gustaría es continuar con esa línea, mantener el patrimonio material y que el patrimonio humano sea aún mayor y que todos participen de la vida de la Hermandad.
- ¿Qué va a sentir el primer día que la cofradía salga a la calle?
- Es algo que ya he pensado varias veces, y seguro que me emocionaré tremendamente. Sólo de pensarlo ya me emociono. Yo soy una persona que me tomo las cosas muy a pecho, además de excesivamente responsable, y sé que los días previos los voy a pasar muy mal. Pero en el instante en el que yo sienta tocar el Himno de España en señal de que el palio está en la calle, seguro que me emocionaré.
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Rafael Sánchez Pastor, de 46 años, está casado, tiene dos hijos y es director en Dos Hermanas de una entidad financiera. Entró en la Hermandad siendo un chaval y desde que cumplió los 18 años de edad, salvo en un período de cuatro años, siempre ha ostentado distintos cargos en las Juntas de Gobierno que se sucedieron desde entonces. Es, además, hermano de Santa Ana y del Rocío de Dos Hermanas.
En estos días, cuando piensa en la responsabilidad que va a asumir una vez que tome oficialmente posesión del cargo, confiesa que seguro que se emocionará en el instante que oiga el Himno de España y el paso de palio de la Virgen de la Soledad se encuentre ya en la calle. Es la consecuencia lógica de media vida entregada a su Hermandad, y de la que llegar a ser hermano mayor le supone "un gran orgullo".
- ¿Cómo comienza su vinculación con la Hermandad?
- Con el Grupo Joven, cuyos integrantes entonces fueron el germen de la Hermandad en la actualidad y muchos de los cuales han dirigido la Hermandad a lo largo de estos años.
- O sea, que fue una generación que despuntó.
- Creo que sí. De aquel Grupo Joven es el actual teniente de hermano mayor, el que será ahora conmigo también teniente de hermano mayor, el anterior hermano mayor, el diputado mayor..., en fin, un grupo bastante numeroso. Yo entré por primera vez a formar parte de una Junta de Gobierno con Fernando Sutil al frente. Desde entonces, y hasta ahora, sólo he faltado durante un mandado de cuatro años, que fue el primero de mi amigo Manuel Campos como hermano mayor.
- ¿Por qué ese parón?
- Manuel Campos me dijo por entonces que quería que yo fuera mayordomo de cuentas en su Junta, pero yo ya había acabado de estudiar y le dije que me encontraba un poco agotado y que quería descansar de la tensión que, aunque no lo parezca, hay dentro de una Hermandad si en ésta te tomas con dedicación tus funciones. Ya posteriormente, cuando Manuel Campos asumió su segundo mandato, me llamó de nuevo, me dijo que necesitaba que me incorporara para llevar las cuentas de la Hermandad, y fue entonces cuando regresé para montar una contabilidad como si fuera la de una empresa. Fui mayordomo con él, en la siguiente Junta volví a ser mayordomo, y en la que ha sido esta última he estado de teniente de hermano mayor.
- ¿Y cómo surgió la posibilidad de que pudiera encabezar una candidatura?
- Cuando Guillermo López Rodríguez decidió en las pasadas elecciones presentarse como hermano mayor, tuvimos los dos una conversación. Ambos llegamos al mismo tiempo y hemos tenido una trayectoria muy paralela en la Hermandad. En aquellos años, cuando barajaba la posibilidad de presentarse, me preguntó si yo lo iba a hacer. Le contesté que no, y entonces me dijo que él se iba a presentar y que cuando él terminara, pues quería contar conmigo. Ha terminado, y como mucha gente de peso de la Hermandad me lo ha pedido, pues así lo asumí. Por supuesto, ser hermano mayor es un orgullo y un honor para mí, pero básicamente me presenté por cuestión de responsabilidad. La Hermandad debe mantener la trayectoria que lleva en los últimos años.
- ¿Cómo valora la participación en la pasada jornada electoral?
- De forma muy positiva. Se vivió un día la verdad muy grato, porque se dio la circunstancia de que ha sido la ocasión en la que más hermanos han venido a votar. No faltó la afluencia de hermanos durante toda la mañana, y después éstos se quedaron además de tertulia durante un rato. Para mí, la gran satisfacción, además de haber sido elegido hermano mayor, es ver que se trata de una Hermandad viva y que cada vez somos más los que participamos de ella.
- ¿Qué espera a partir de ahora de su mandato?
- Yo espero que la etapa que se inicia ahora sea de continuidad, entre otras cosas porque yo me siento partícipe de lo que en esta Hermandad se ha hecho en los últimos años; y no sólo partícipe, sino también orgulloso. Cuando yo hablo de la Hermandad y de nuestra Casa, los que lo hemos vivido desde que estábamos en el Grupo Joven y veo lo que tenemos ahora, la verdad es que me llena de orgullo saber lo que se ha hecho. Aparte de mi familia y mis hijos, todo lo realizado aquí es de lo que más orgulloso me siento en mi vida. En los últimos treinta años se han llevado a cabo muchas cosas, entre ellas la realización de un Cristo nuevo, algo que era un anhelo de la Hermandad de toda la vida. Entonces, lo que me gustaría es continuar con esa línea, mantener el patrimonio material y que el patrimonio humano sea aún mayor y que todos participen de la vida de la Hermandad.
- ¿Qué va a sentir el primer día que la cofradía salga a la calle?
- Es algo que ya he pensado varias veces, y seguro que me emocionaré tremendamente. Sólo de pensarlo ya me emociono. Yo soy una persona que me tomo las cosas muy a pecho, además de excesivamente responsable, y sé que los días previos los voy a pasar muy mal. Pero en el instante en el que yo sienta tocar el Himno de España en señal de que el palio está en la calle, seguro que me emocionaré.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN