Eduardo Ortega presenta este viernes, día 15, en la Sala B3 su primer disco, titulado 'El último tren', en el que muestra un amplio repertorio de los registros que a él siempre le han marcado, y que van desde la ranchera, al bolero, las baladas o incluso al jazz. La actuación comenzará a las diez de la noche y durante este primer concierto en Dos Hermanas estará acompañado por Carmen Barea, Jaime Stevez y un grupo de mariachis.
Cuando se encuentra en las mismas puertas del debut en su propio pueblo, Eduardo Ortega es consciente de que si ha llegado hasta este momento ha sido gracias a la ayuda de una serie de personas que han confiado en él, pero, especialmente, a su madre, Rosaura, de la que dice que es la persona que mejor lo conoce y la que sabe todo lo que lleva dentro como artista.
A sus 20 años, se confiesa tímido, pero transmite sin embargo una gran seguridad en sí mismo, en el convencimiento de que puede llegar a ser el artista que ha soñado. En estos momentos se acuerda de sus ídolos, de Rocío Jurado, de Carlos Gardel, de Vicente Fernández, de Rocío Dúrcal o de Frank Sinatra, a los que, en cierto modo, rinde un homenaje en este 'Último tren' que seguro que será el primero de un largo trayecto.
- ¿Cómo comienzas a cantar?
- Yo he cantado siempre. La necesidad de cantar la he tenido desde chico, y aprovechaba que en mi casa no había nadie para cantar cualquier cosa, aunque luego me enteré que mi vecina sí que me escuchaba. Pero cuando decidí que debía centrar mi vida en la música, eso fue hace unos cinco años.
- ¿Qué cantabas cuando eras un chaval?
- Lo mismo que ahora. Es decir, antes, con 10, 11 ó 12 años, cantaba las canciones que a mí me gustaban, mientras que ahora canto lo que siento. A mí me gusta cantar boleros, baladas, rancheras, tangos, jazz... Mi abanico, la verdad, es muy extenso.
- ¿Tuviste en aquella época a algún cantante o artista en el que te vieras reflejado?
- Tengo una lista grande de artistas que me dicen mucho, y que son los que escucho habitualmente. De España, por ejemplo, me gustan Rocío Jurado, Raphael, Rocío Dúrcal, e internacionales están Vicente Fernández, Chavela Vargas, Carlos Gardel, Mina, Frank Sinatra...
- ¿Cuándo decides que la canción puede ser tu profesión?
- Hace unos cinco años. Coincidió entonces que al panadero al que mi madre compraba el pan todos los días está en un grupo de heavy metal, que hace poco ha estado actuando en República Dominicana, México, Chile..., vamos que es muy reconocido, y es de Dos Hermanas; el caso es que mi madre le comentó un día que yo cantaba, y le habló de una persona con la que podía hablar, y por ahí empecé.
- ¿Cómo surge la posibilidad de grabar un disco?
- Porque por algún sitio había que empezar. En él se incluyen siete temas inéditos que han compuesto para mí, y tres versiones.
- ¿Estás contento con el resultado?
- Sí. Ha quedado un trabajo muy bonito, con una misma línea pese a que se mezclan varios ritmos, como boleros, rancheras, baladas... En cualquier caso, será distinto al que en breve comenzaré a grabar de nuevo. La verdad es que ya tengo apoyos, especialmente de mi representante, Ro Martín, pero, por encima de todos, la que más importancia tiene es mi madre, Rosarua Castillo, porque es la que desde primera hora me ha apoyado y, no teniendo nada, me lo ha dado todo. Habrá gente que me ha podido escuchar y que pueda decir que canto bien, pero nadie como mi madre sabe lo que yo puedo dar.
- ¿No has tenido el deseo alguna vez de probar a acudir a uno de los conocidos programas de televisión en los que se descubren nuevos artistas?
- Yo no soy partidario de este tipo de programas porque a los artistas no se le da el enfoque de tales. Entonces, si yo veo que a una persona no la tratan como artista, pues no me interesa.
- ¿Qué esperas del día de tu presentación en la B3?
- Pues que todo salga bien, pero, especialmente, que todo el mundo se vaya contento y comentando que ha visto un espectáculo por derecho. Ese día voy a contar con la presencia de dos artistas invitados, Carmen Barea, que canta flamenco como nadie, y Jaime Stevez, además de un grupo de Mariachis.
Si lo desea, puede compartir este contenido:
Cuando se encuentra en las mismas puertas del debut en su propio pueblo, Eduardo Ortega es consciente de que si ha llegado hasta este momento ha sido gracias a la ayuda de una serie de personas que han confiado en él, pero, especialmente, a su madre, Rosaura, de la que dice que es la persona que mejor lo conoce y la que sabe todo lo que lleva dentro como artista.
A sus 20 años, se confiesa tímido, pero transmite sin embargo una gran seguridad en sí mismo, en el convencimiento de que puede llegar a ser el artista que ha soñado. En estos momentos se acuerda de sus ídolos, de Rocío Jurado, de Carlos Gardel, de Vicente Fernández, de Rocío Dúrcal o de Frank Sinatra, a los que, en cierto modo, rinde un homenaje en este 'Último tren' que seguro que será el primero de un largo trayecto.
- ¿Cómo comienzas a cantar?
- Yo he cantado siempre. La necesidad de cantar la he tenido desde chico, y aprovechaba que en mi casa no había nadie para cantar cualquier cosa, aunque luego me enteré que mi vecina sí que me escuchaba. Pero cuando decidí que debía centrar mi vida en la música, eso fue hace unos cinco años.
- ¿Qué cantabas cuando eras un chaval?
- Lo mismo que ahora. Es decir, antes, con 10, 11 ó 12 años, cantaba las canciones que a mí me gustaban, mientras que ahora canto lo que siento. A mí me gusta cantar boleros, baladas, rancheras, tangos, jazz... Mi abanico, la verdad, es muy extenso.
- ¿Tuviste en aquella época a algún cantante o artista en el que te vieras reflejado?
- Tengo una lista grande de artistas que me dicen mucho, y que son los que escucho habitualmente. De España, por ejemplo, me gustan Rocío Jurado, Raphael, Rocío Dúrcal, e internacionales están Vicente Fernández, Chavela Vargas, Carlos Gardel, Mina, Frank Sinatra...
- ¿Cuándo decides que la canción puede ser tu profesión?
- Hace unos cinco años. Coincidió entonces que al panadero al que mi madre compraba el pan todos los días está en un grupo de heavy metal, que hace poco ha estado actuando en República Dominicana, México, Chile..., vamos que es muy reconocido, y es de Dos Hermanas; el caso es que mi madre le comentó un día que yo cantaba, y le habló de una persona con la que podía hablar, y por ahí empecé.
- ¿Cómo surge la posibilidad de grabar un disco?
- Porque por algún sitio había que empezar. En él se incluyen siete temas inéditos que han compuesto para mí, y tres versiones.
- ¿Estás contento con el resultado?
- Sí. Ha quedado un trabajo muy bonito, con una misma línea pese a que se mezclan varios ritmos, como boleros, rancheras, baladas... En cualquier caso, será distinto al que en breve comenzaré a grabar de nuevo. La verdad es que ya tengo apoyos, especialmente de mi representante, Ro Martín, pero, por encima de todos, la que más importancia tiene es mi madre, Rosarua Castillo, porque es la que desde primera hora me ha apoyado y, no teniendo nada, me lo ha dado todo. Habrá gente que me ha podido escuchar y que pueda decir que canto bien, pero nadie como mi madre sabe lo que yo puedo dar.
- ¿No has tenido el deseo alguna vez de probar a acudir a uno de los conocidos programas de televisión en los que se descubren nuevos artistas?
- Yo no soy partidario de este tipo de programas porque a los artistas no se le da el enfoque de tales. Entonces, si yo veo que a una persona no la tratan como artista, pues no me interesa.
- ¿Qué esperas del día de tu presentación en la B3?
- Pues que todo salga bien, pero, especialmente, que todo el mundo se vaya contento y comentando que ha visto un espectáculo por derecho. Ese día voy a contar con la presencia de dos artistas invitados, Carmen Barea, que canta flamenco como nadie, y Jaime Stevez, además de un grupo de Mariachis.
FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN