Me encanta que me recomienden libros. Este llegó a mi cesta de la compra después de hablar con la dependienta de una librería sobre Murakami y Mishima. “Si te gustan los japoneses, lee este libro; si bien, en este caso, la escritora es una mujer”. Y yo, que soy lo que se dice fácil para comprar literatura, me lo llevé con otros cuantos más.
Hay gente que se gasta el dinero en tabaco o en ropa. A mí, en cambio, me entra una especie de efervescencia cuando entro en una librería que me impulsa a comprar libros y más libros. Seguramente hay algo de consumismo, pero sobre todo lo que hay son ganas de sentir y vivir historias que tal vez a mí no me ocurran o que, gracias al universo, no me van a ocurrir.
Os aviso: hasta la página 60, el libro no me decía mucho, de hecho pensé en cerrarlo y donarlo. Pero entonces, como si de un perfume cuyo olor se hace esperar, ya que está escondido tras un exceso de alcohol, todo cambió y empecé a sumergirme en esta historia de amor diferente.
Escrita en primera persona por la protagonista, Tsukiko, y de una manera sutil, nos va contando cómo son su solitaria vida, su rutina diaria, sus vacíos existenciales y, después de un encuentro casual, o quizás causal, con un antiguo profesor, cómo “va cayendo en el amor” –me gusta esta traducción literal del inglés o del francés, para describir el enamoramiento- poco a poco.
Es un encuentro de soledades, de derrotas emocionales, que mantienen una historia de amor, sin saberlo o sin ponerle nombre. A través de los sentimientos y reflexiones de Tsukiko podemos ir conociendo un poco más el alma japonesa y su manera tenue de sentir. Su lectura impregna el aire de un perfume vaporoso que, con el paso del tiempo, no es más que un leve aroma de cerezo en flor.
Una canción, Kikuchiyo to Mohshimasu de Pink Martini, del disco Hang on Little Tomato. Disco ideal como melodía de fondo de una cena veraniega con amigos.
Ficha literaria
Título: El cielo es azul, la tierra blanca.
Autor: Hiromi Kawakami.
Género: Novela.
Título original: Sensei no kaban.
Fecha de publicación: 2009.
Editorial: Acantilado.
ISBN: 978-84-92649143.
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Os aviso: hasta la página 60, el libro no me decía mucho, de hecho pensé en cerrarlo y donarlo. Pero entonces, como si de un perfume cuyo olor se hace esperar, ya que está escondido tras un exceso de alcohol, todo cambió y empecé a sumergirme en esta historia de amor diferente.
Escrita en primera persona por la protagonista, Tsukiko, y de una manera sutil, nos va contando cómo son su solitaria vida, su rutina diaria, sus vacíos existenciales y, después de un encuentro casual, o quizás causal, con un antiguo profesor, cómo “va cayendo en el amor” –me gusta esta traducción literal del inglés o del francés, para describir el enamoramiento- poco a poco.
Es un encuentro de soledades, de derrotas emocionales, que mantienen una historia de amor, sin saberlo o sin ponerle nombre. A través de los sentimientos y reflexiones de Tsukiko podemos ir conociendo un poco más el alma japonesa y su manera tenue de sentir. Su lectura impregna el aire de un perfume vaporoso que, con el paso del tiempo, no es más que un leve aroma de cerezo en flor.
Una canción, Kikuchiyo to Mohshimasu de Pink Martini, del disco Hang on Little Tomato. Disco ideal como melodía de fondo de una cena veraniega con amigos.
Ficha literaria
Título: El cielo es azul, la tierra blanca.
Autor: Hiromi Kawakami.
Género: Novela.
Título original: Sensei no kaban.
Fecha de publicación: 2009.
Editorial: Acantilado.
ISBN: 978-84-92649143.
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ / REDACCIÓN