No piensen que las rebajas son un evento convertido ya en una auténtica marcha procesional anual destinado en exclusiva a los amantes de lo textil y el vestir bien. Esto último bastante cuestionable teniendo en cuenta las últimas tendencias de las cadenas de ropa. Los personajes de los videojuegos también se dejan caer por los locales de Bershka, Pull & Bear y demás tiendas con nombres sacados de un delirio febril de sus propietarios.
En primer lugar, tenemos al terror de los villanos de Metrópolis: Superman. Su superhéroe favorito podrá lucir gracias a uno de los nuevos DLC de Injustice: Gods Among Us, el traje del que hace gala en su película Man of Steel, ahora mismo visionable en cines. Por si fuera poco, al conjunto de este “superhombre” se le suman otros packs como el Blackest Night 2, que le proporcionará un aire más siniestro y gótico al héroe volador y a sus compañeros Wonder Woman, Batman… Les irá que ni pintado un cambio de look.
Pero no sólo lo tétrico es el último grito en tendencias, lo retro también se lleva. Y bastante. De este estilo, la protagonista de Lightning Returns: Final Fantasy XIII sabe un rato. Ha sacado de su armario las prendas de viejas glorias de la talla de Yuna (FF-X) y Cloud Strife (FF VII) y se las ha infundido para darle a su apariencia un toque de glamour de antaño, para estilizar su aire melancólico o nostálgico. Si quieren tenerla con estos pedazos de modelitos, lo único que tienen que hacer es reservar una copia del juego y se la pueden llevar fardando con las vestimentas de los mejores invocadores y soldados.
Dejes e interpretaciones variopintas aparte, relacionadas con el extravagante mundo de la moda en la ropa, los trajes y ropajes en los videojuegos está llegando a lo absurdo hasta límites inimaginables. Lo anodino e inútil lo superó desde el mismo nacimiento de esta tendencia.
El caso de Warner Bros. con los trajes de Injustice no es tan alarmante. Los últimos juegos que han puesto a la venta son auténticas joyas del ocio electrónico de la talla de Batman Arkham Asylum o Scribblenauts Unlimited. No se puede negar que el intercambio de atuendos es un añadido cuya meta no es más que aumentar los ingresos, por ende del todo prescindible, pero juega con la ventaja de haberse ganado a su público en los últimos años. Square-Enix no cuenta con ese comodín.
Final Fantasy y en consecuencia Square-Enix no están pasando por su mejor temporada. Atrás quedan los tiempos de los amados FF VI o VIII, ahora restan únicamente los lanzamientos anuales de Lightning que a duras penas alcanzan el notable alto en su nota media. Los amantes del rol japonés por antonomasia están abandonando a su suerte cada vez más a la saga, a raíz de la errónea línea que están siguiendo los nipones. ¿Y qué hacen estos para contraatacar? Anunciar trapillos para la heroína.
A lo rastrero de confirmar distintos vestidos antes del lanzamiento del juego, en lugar de promocionar las posibilidades que ofrece LR: FF XIII (historia, posibilidades de rejugabilidad…), hay que sumarle el jugar con la nostalgia y las emociones de los fans. De lo contrario, no hay otra explicación para usar como reclamo la espada y uniforme de Cloud.
Apostar por distintos trajes para los personajes de un juego, en lugar de por lo que el mismo ofrece está mal. Que las vestimentas no sean nuevas sino refritos ya existentes, es peor aún. Pero el acabose es cuando esta práctica la ejecuta una compañía que se encuentra en declive desde hace casi un lustro. Para eso, lector, no hay nombre.
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En primer lugar, tenemos al terror de los villanos de Metrópolis: Superman. Su superhéroe favorito podrá lucir gracias a uno de los nuevos DLC de Injustice: Gods Among Us, el traje del que hace gala en su película Man of Steel, ahora mismo visionable en cines. Por si fuera poco, al conjunto de este “superhombre” se le suman otros packs como el Blackest Night 2, que le proporcionará un aire más siniestro y gótico al héroe volador y a sus compañeros Wonder Woman, Batman… Les irá que ni pintado un cambio de look.
Pero no sólo lo tétrico es el último grito en tendencias, lo retro también se lleva. Y bastante. De este estilo, la protagonista de Lightning Returns: Final Fantasy XIII sabe un rato. Ha sacado de su armario las prendas de viejas glorias de la talla de Yuna (FF-X) y Cloud Strife (FF VII) y se las ha infundido para darle a su apariencia un toque de glamour de antaño, para estilizar su aire melancólico o nostálgico. Si quieren tenerla con estos pedazos de modelitos, lo único que tienen que hacer es reservar una copia del juego y se la pueden llevar fardando con las vestimentas de los mejores invocadores y soldados.
Dejes e interpretaciones variopintas aparte, relacionadas con el extravagante mundo de la moda en la ropa, los trajes y ropajes en los videojuegos está llegando a lo absurdo hasta límites inimaginables. Lo anodino e inútil lo superó desde el mismo nacimiento de esta tendencia.
El caso de Warner Bros. con los trajes de Injustice no es tan alarmante. Los últimos juegos que han puesto a la venta son auténticas joyas del ocio electrónico de la talla de Batman Arkham Asylum o Scribblenauts Unlimited. No se puede negar que el intercambio de atuendos es un añadido cuya meta no es más que aumentar los ingresos, por ende del todo prescindible, pero juega con la ventaja de haberse ganado a su público en los últimos años. Square-Enix no cuenta con ese comodín.
Final Fantasy y en consecuencia Square-Enix no están pasando por su mejor temporada. Atrás quedan los tiempos de los amados FF VI o VIII, ahora restan únicamente los lanzamientos anuales de Lightning que a duras penas alcanzan el notable alto en su nota media. Los amantes del rol japonés por antonomasia están abandonando a su suerte cada vez más a la saga, a raíz de la errónea línea que están siguiendo los nipones. ¿Y qué hacen estos para contraatacar? Anunciar trapillos para la heroína.
A lo rastrero de confirmar distintos vestidos antes del lanzamiento del juego, en lugar de promocionar las posibilidades que ofrece LR: FF XIII (historia, posibilidades de rejugabilidad…), hay que sumarle el jugar con la nostalgia y las emociones de los fans. De lo contrario, no hay otra explicación para usar como reclamo la espada y uniforme de Cloud.
Apostar por distintos trajes para los personajes de un juego, en lugar de por lo que el mismo ofrece está mal. Que las vestimentas no sean nuevas sino refritos ya existentes, es peor aún. Pero el acabose es cuando esta práctica la ejecuta una compañía que se encuentra en declive desde hace casi un lustro. Para eso, lector, no hay nombre.
SALVADOR BELIZÓN