Ya ha llegado el mes de junio y con él, el mayor evento del sector que todos los jugadores esperan como agua de mayo –tamaña ironía-. Hablamos, por supuesto, del Electronic Entertainment Expo, más conocido como E3.
En comparación con otros años, en especial con la edición pasada, las filtraciones están siendo menos cuantiosas, pero no por ello carecen de jugo: Beyond Good and Evil 2 ha sido fichado y retirado, lo mismo se puede decir de Final Fantasy Versus XIII, que poco tiempo se recogiera dentro del listado de la feria fue eliminado.
Aunque tiene muchos posibles puntos negros, espinillas e imperfecciones en el rostro, en esta ocasión podría darse una ceremonia por todo lo alto y con novedades impactantes. Nada que ver con el contradictorio y desigual E3 2012. Por citar alguna compañía, Konami ya ha mostrado mediante un extenso tráiler su nueva obra Castlevania: Lords of Shadow 2, el que parece será el encargado de cerrar la trilogía de la ramificación española de los cazavampiros.
El espacio para Pro Evolution Soccer 2014 se confirmó el mismo día que se afirmó estar elaborado con el motor Fox Engine, con un lavado de cara que buena falta le hacía a los estadios de PES. Una delicia en lo que al aspecto gráfico se refiere. Por su parte, Square-Enix mostrará como viene siendo costumbre algo nuevo sobre su saga fetiche: Kingdom Hearts.
Aunque ya está más que confirmada la edición 1.5 HD, en perfecto español para los traumatizados con Dream Drop Distance, muy probablemente traigan algún tipo de material sobre la versión HD 2.5, aquella que recoge Kingdom Hearts 2 y Re:Coded con las escenas remasterizadas de Birth By Sleep. Si acaso les ha dado por hacer algo bien de verdad, optarán por enseñar Kingdom Hearts III y recibirán los vítores plenos del auditorio.
Pasando a la parcela de las marcas con mayúsculas, a las creadoras de hardware, entramos en terreno farragoso y resbaladizo. La causa es bien sencilla: todas muestran el verdadero potencial de la sobremesa de la actual generación. Xbox One expondrá el potencial real de su máquina de videojuegos –por ahora la coletilla “juegos” le queda muy grande-, Playstation 4 el diseño de la consola –ausentismo escolar importante- y Wii U sus juegos –sí, les recuerdo que no es un adorno más del salón-.
De las tres, ¿quién se encuentra en los polos más opuestos de la balanza? La más veterana, Nintendo. Si presentan alguna nueva IP, acompañada de demostraciones palpables de obras como Project X del estudio Monolith Soft, junto a alguna muestra relevante de algún representante de la Gran N (Link, Kirby o la procrastinada Samus Aran), se lleva el lote completo. Si por el contrario, se dedica a dar palos de ciego con Pikmin 3 y algún anuncio brillante esporádico como el próximo Super Smash Bros., la compañía se hunde, pero hasta el fondo.
La tarea de Sony probablemente sea la más sencilla. Actualmente es la poseedora de la sobremesa mejor valorada por los usuarios a falta de buenos juegos de sus dos competidoras directas. Aun con todas, el doble filo de la de Minato es la aburrida demostración que suele hacer de sus productos. Tiene que ofrecer más gancho y títulos exclusivos. Por mucha potencia que tenga PS4, han de enseñarse productos propios de la casa, no al multiplataforma Watch Dogs.
Microsoft es la intermediaria del grupo. Su nicho de mercado no ha variado apenas en los últimos años y su demostración, con concesiones y licencias, agradó en mayor o menor grado a sus compradores. Lo poco que se vio en software convenció, las aplicaciones también, pero no su política de la segunda mano. Dejando al margen este asunto, no tiene mucho que ganar, pero tampoco que perder. A poco que dé un golpe en la mesa, que se esfuercen y deslumbren con algo distinto que los demás, probablemente se alce en una buena posición. Esa demostración de hace un par de semanas supo a poco. Quizá no era más que un globo sonda…
En el campo de lo portátil, no hay novedad alguna. Nintendo 3DS liderará este mercado frente a una Vita escasa de tarjetas que engrosen su catálogo. Probablemente y llevando a cabo una línea que un servidor no aconseja, Nintendo se centre más en 3DS que en Wii U, una atención desmesurada que no necesita una consola ya consolidada. No al nivel de DS o Game Boy, pero si con una base sólida más que demostrada.
Tal y como pueden comprobar, con las tres máquinas de la “futura” generación arrancando motores, juegos casi sin filtrar y un olorcillo a algo nuevo que uno se permite intuir, este E3 promete. De veras, pueden confiar.
No olviden estas dos palabras: SEGA Spectrum.
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En comparación con otros años, en especial con la edición pasada, las filtraciones están siendo menos cuantiosas, pero no por ello carecen de jugo: Beyond Good and Evil 2 ha sido fichado y retirado, lo mismo se puede decir de Final Fantasy Versus XIII, que poco tiempo se recogiera dentro del listado de la feria fue eliminado.
Aunque tiene muchos posibles puntos negros, espinillas e imperfecciones en el rostro, en esta ocasión podría darse una ceremonia por todo lo alto y con novedades impactantes. Nada que ver con el contradictorio y desigual E3 2012. Por citar alguna compañía, Konami ya ha mostrado mediante un extenso tráiler su nueva obra Castlevania: Lords of Shadow 2, el que parece será el encargado de cerrar la trilogía de la ramificación española de los cazavampiros.
El espacio para Pro Evolution Soccer 2014 se confirmó el mismo día que se afirmó estar elaborado con el motor Fox Engine, con un lavado de cara que buena falta le hacía a los estadios de PES. Una delicia en lo que al aspecto gráfico se refiere. Por su parte, Square-Enix mostrará como viene siendo costumbre algo nuevo sobre su saga fetiche: Kingdom Hearts.
Aunque ya está más que confirmada la edición 1.5 HD, en perfecto español para los traumatizados con Dream Drop Distance, muy probablemente traigan algún tipo de material sobre la versión HD 2.5, aquella que recoge Kingdom Hearts 2 y Re:Coded con las escenas remasterizadas de Birth By Sleep. Si acaso les ha dado por hacer algo bien de verdad, optarán por enseñar Kingdom Hearts III y recibirán los vítores plenos del auditorio.
Pasando a la parcela de las marcas con mayúsculas, a las creadoras de hardware, entramos en terreno farragoso y resbaladizo. La causa es bien sencilla: todas muestran el verdadero potencial de la sobremesa de la actual generación. Xbox One expondrá el potencial real de su máquina de videojuegos –por ahora la coletilla “juegos” le queda muy grande-, Playstation 4 el diseño de la consola –ausentismo escolar importante- y Wii U sus juegos –sí, les recuerdo que no es un adorno más del salón-.
De las tres, ¿quién se encuentra en los polos más opuestos de la balanza? La más veterana, Nintendo. Si presentan alguna nueva IP, acompañada de demostraciones palpables de obras como Project X del estudio Monolith Soft, junto a alguna muestra relevante de algún representante de la Gran N (Link, Kirby o la procrastinada Samus Aran), se lleva el lote completo. Si por el contrario, se dedica a dar palos de ciego con Pikmin 3 y algún anuncio brillante esporádico como el próximo Super Smash Bros., la compañía se hunde, pero hasta el fondo.
La tarea de Sony probablemente sea la más sencilla. Actualmente es la poseedora de la sobremesa mejor valorada por los usuarios a falta de buenos juegos de sus dos competidoras directas. Aun con todas, el doble filo de la de Minato es la aburrida demostración que suele hacer de sus productos. Tiene que ofrecer más gancho y títulos exclusivos. Por mucha potencia que tenga PS4, han de enseñarse productos propios de la casa, no al multiplataforma Watch Dogs.
Microsoft es la intermediaria del grupo. Su nicho de mercado no ha variado apenas en los últimos años y su demostración, con concesiones y licencias, agradó en mayor o menor grado a sus compradores. Lo poco que se vio en software convenció, las aplicaciones también, pero no su política de la segunda mano. Dejando al margen este asunto, no tiene mucho que ganar, pero tampoco que perder. A poco que dé un golpe en la mesa, que se esfuercen y deslumbren con algo distinto que los demás, probablemente se alce en una buena posición. Esa demostración de hace un par de semanas supo a poco. Quizá no era más que un globo sonda…
En el campo de lo portátil, no hay novedad alguna. Nintendo 3DS liderará este mercado frente a una Vita escasa de tarjetas que engrosen su catálogo. Probablemente y llevando a cabo una línea que un servidor no aconseja, Nintendo se centre más en 3DS que en Wii U, una atención desmesurada que no necesita una consola ya consolidada. No al nivel de DS o Game Boy, pero si con una base sólida más que demostrada.
Tal y como pueden comprobar, con las tres máquinas de la “futura” generación arrancando motores, juegos casi sin filtrar y un olorcillo a algo nuevo que uno se permite intuir, este E3 promete. De veras, pueden confiar.
No olviden estas dos palabras: SEGA Spectrum.
SALVADOR BELLIZÓN / REDACCIÓN