Seguro que todavía recordáis las primeras películas de animación que os marcaron de pequeños. Probablemente, muchos jóvenes españoles de mi generación dirían que Disney fue el principal creador de sueños de su infancia. Si le preguntaran a un japonés medio, la respuesta sería algo distinta. Casi seguro, aparecerían títulos de películas del Studio Ghibli.
Esta semana nos centraremos en uno de los estudios más entrañables y conocidos de Japón: el Studio Ghibli, dirigido por el incansable Hayao Miyazaki y su compañero Isao Takahata.
Hayao Miyazaki, director de animación, ilustrador y mangaka, nace en Tokio en 1941. Estudia Económicas y acaba trabajando en el prestigioso estudio de anime Toei Animation, del que han salido series tan conocidas como Sailor Moon o One Piece. Allí conoce a su compañero Isao Takahata. En 1985, tras diversos trabajos importantes en el campo de la animación, funda con su compañero el Studio Ghibli.
El nombre de Ghibli procedería de un apodo italiano usado para nombrar a los aviones de exploración del Sáhara en la Segunda Guerra Mundial. Este apodo significaba algo parecido a "viento arenoso y seco del desierto". Una teoría que se baraja sobre el nombre del estudio era que buscaba “soplar” un aire de renovación en la industria de la animación.
Pero, ¿qué hace tan especial a este estudio de animación que, incluso, se llega a comparar con Walt Disney? En primer lugar, conviene aclarar que no son películas sólo para niños. Gustan tanto a mayores como a los más pequeños. Han sido un hito en Japón desde hace casi 30 años.
Muy probablemente, esto se deba a las temáticas tratadas, con cierto toque adulto. De la mano de Hayao Miyazaki vemos temas como la naturaleza o el compromiso con el medio ambiente, siempre dando un aire esperanzador para el futuro. Explora ámbitos totalmente nuevos que nunca se habían tratado en películas de animación.
En todas sus obras, a pesar de su aspecto infantil, podemos encontrar importantes mensajes y valores. No hay que olvidar que Studio Ghibli, aunque tiene su filosofía propia de trabajo, busca en todo momento proyectos rentables, pero no a cualquier precio, por lo que la calidad de las películas casi nunca se ve menguada.
Otro aspecto interesante es su animación. Studio Ghibli, a pesar de los años transcurridos, aún conserva la vieja técnica del dibujo a mano y la animación en papel. Miyazaki procura no abusar de las nuevas tecnologías y las ha ido incorporando muy poco a poco. De ahí que los resultados sean excelentes y únicos. Este método también tiene sus desventajas: es más costoso y toma más tiempo para su realización.
Destacan en las películas su magnífico acabado, los colores vivos, los paisajes naturales y fantasiosos, lo que lo hace una delicia visual para el espectador. Además, conserva un estilo de dibujo clásico. Sus personajes tienen caras redondas, aspecto dulce y aniñado.
Un detalle curioso es que la mayor parte de los protagonistas de las películas de Miyazaki son féminas. En una entrevista comentó que “los chicos le resultaban aburridos” y prefería desarrollar personajes femeninos en sus historias. Por ello, podemos ver una reivindicación del papel de la mujer en sus películas.
En España al Studio Ghibli se lo conoce por obras como La princesa Mononoke (1997) o El viaje de Chihiro (2001) con la que ganó el Oscar a la mejor película de animación y el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. También destacan Mi Vecino Totoro (1988) que se convirtió en la imagen e icono de la compañía o El Castillo Ambulante (2004).
Por desgracia, no todas las obras de este estudio llegan a España. La animación japonesa todavía no está muy bien vista. Debido a los prejuicios, estas películas no tienen tanta promoción como deberían, a pesar de su buena calidad. Desde aquí animo, no sólo a los aficionados al manga/anime, sino a todos los que les guste el buen cine, a descubrir el mundo del Studio Ghibli.
Si lo desea, puede compartir este contenido: Esta semana nos centraremos en uno de los estudios más entrañables y conocidos de Japón: el Studio Ghibli, dirigido por el incansable Hayao Miyazaki y su compañero Isao Takahata.
Hayao Miyazaki, director de animación, ilustrador y mangaka, nace en Tokio en 1941. Estudia Económicas y acaba trabajando en el prestigioso estudio de anime Toei Animation, del que han salido series tan conocidas como Sailor Moon o One Piece. Allí conoce a su compañero Isao Takahata. En 1985, tras diversos trabajos importantes en el campo de la animación, funda con su compañero el Studio Ghibli.
El nombre de Ghibli procedería de un apodo italiano usado para nombrar a los aviones de exploración del Sáhara en la Segunda Guerra Mundial. Este apodo significaba algo parecido a "viento arenoso y seco del desierto". Una teoría que se baraja sobre el nombre del estudio era que buscaba “soplar” un aire de renovación en la industria de la animación.
Pero, ¿qué hace tan especial a este estudio de animación que, incluso, se llega a comparar con Walt Disney? En primer lugar, conviene aclarar que no son películas sólo para niños. Gustan tanto a mayores como a los más pequeños. Han sido un hito en Japón desde hace casi 30 años.
Muy probablemente, esto se deba a las temáticas tratadas, con cierto toque adulto. De la mano de Hayao Miyazaki vemos temas como la naturaleza o el compromiso con el medio ambiente, siempre dando un aire esperanzador para el futuro. Explora ámbitos totalmente nuevos que nunca se habían tratado en películas de animación.
En todas sus obras, a pesar de su aspecto infantil, podemos encontrar importantes mensajes y valores. No hay que olvidar que Studio Ghibli, aunque tiene su filosofía propia de trabajo, busca en todo momento proyectos rentables, pero no a cualquier precio, por lo que la calidad de las películas casi nunca se ve menguada.
Otro aspecto interesante es su animación. Studio Ghibli, a pesar de los años transcurridos, aún conserva la vieja técnica del dibujo a mano y la animación en papel. Miyazaki procura no abusar de las nuevas tecnologías y las ha ido incorporando muy poco a poco. De ahí que los resultados sean excelentes y únicos. Este método también tiene sus desventajas: es más costoso y toma más tiempo para su realización.
Destacan en las películas su magnífico acabado, los colores vivos, los paisajes naturales y fantasiosos, lo que lo hace una delicia visual para el espectador. Además, conserva un estilo de dibujo clásico. Sus personajes tienen caras redondas, aspecto dulce y aniñado.
Un detalle curioso es que la mayor parte de los protagonistas de las películas de Miyazaki son féminas. En una entrevista comentó que “los chicos le resultaban aburridos” y prefería desarrollar personajes femeninos en sus historias. Por ello, podemos ver una reivindicación del papel de la mujer en sus películas.
En España al Studio Ghibli se lo conoce por obras como La princesa Mononoke (1997) o El viaje de Chihiro (2001) con la que ganó el Oscar a la mejor película de animación y el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. También destacan Mi Vecino Totoro (1988) que se convirtió en la imagen e icono de la compañía o El Castillo Ambulante (2004).
Por desgracia, no todas las obras de este estudio llegan a España. La animación japonesa todavía no está muy bien vista. Debido a los prejuicios, estas películas no tienen tanta promoción como deberían, a pesar de su buena calidad. Desde aquí animo, no sólo a los aficionados al manga/anime, sino a todos los que les guste el buen cine, a descubrir el mundo del Studio Ghibli.
SARA B. PATRÓN / REDACCIÓN
