En este mes estoy atendiendo diversas peticiones de cara a orientar el final de curso y, sobre todo, Selectividad y ya que tengo los materiales preparados, quiero compartirlos con vosotros por si pueden ser de utilidad a cualquier lector o lectora que, siendo padres o estudiantes, les afecte la situación. Es difícil resumir horas empleadas en su explicación pero lo intentaré y pido disculpas por lo telegráfico de la información.
“Querer es poder”, dice el refrán y, en materia escolar, también vale esta sentencia. El tema es superar la Selectividad o los suspensos de la mejor manera posible, pero para ello hay que quererlo aunque sólo sea por pasar un verano sin presiones, amarrados al duro banco.
Que estudiar es aburrido, que las materias no me gustan, que los profes son unos pelmas, que este y aquel profesor me tiene manía... ¿Te crees tan importante para ello? O te engañas o son excusas de mal trabajador. Hay que pagar un precio para eliminar suspensos, o superar la Selectividad. El que algo quiere, algo le cuesta y eso pasa por incrementar el tiempo dedicado a estudiar en este sprint final. ¡No queda más remedio!
Desde luego, estudiar más no es estar más tiempo sentado –pensando en las musarañas- delante de los libros. Planificación y distribución del tiempo que se debe emplear en la actividad son claves para ayudar a salir del charco. Hay que prescindir de pequeñas –¿o digo grandes?- dependencias como el ordenador, el móvil (¡guasapear es tan divertido!).
En este tema, cada cual se engaña como quiere. Me explico. Es que voy a consultar una cosa. Se sabe cuándo encendemos el ordenador o la televisión, no cuándo se apagará. ¿Música? Si te gusta, será lógico que la imaginación nos transporte a otros mundos; y si no gusta, es de tontos ponerla. La mente necesita silencio para concentrarse en lo que tiene delante y que, además, no suele ser agradable.
¿Estudiar por la noche o al alba? Cada cuerpo tiene un ritmo vital diferente. Se supone que después de dormir estaremos más descansados, pero me da pereza levantarme… Por la noche se considera que llegamos cansados de todo el día, pero sobrepasada determinada hora soy capaz de… ¡Tú mismo…, sabes cuál es el mejor momento!
Ante el inminente final de curso hay que sacar el jugo a las 24 horas del día y se hace necesario exprimir al máximo capacidades y tiempo, organizándose debidamente. Estudiar buscando los mejores resultados implica poner toda la carne en el asador.
Aspectos psicológicos que se deben tener en cuenta
¿Lo que estoy haciendo es importante para mí, me sirve para algo? La respuesta es sólo del estudiante y de los objetivos personales que pretende conseguir. De forma muy sucinta, hago especial hincapié en varios aspectos.
Podar los chupones que nos roban tiempo y energía es básico para aprovechar cada minuto. ¿Cómo reconocerlos? Se esconden en los rincones de lo no importante y nos entretienen o alejan de nuestro objetivo. La clave está en separar lo fundamental de lo secundario y en eliminar dependencias innecesarias (personas, cosas, situaciones). A la hora de estudiar, no vale confundir lo que me gusta con lo que debo hacer.
Sacrificar las horas de sueño influye negativamente en los resultados. La falta de sueño provocará problemas de aprendizaje y repercutirá negativamente en los exámenes por ser perjudicial para el rendimiento y retención de la información.
Está muy de moda pasar la noche estudiando en la biblioteca, porque allí hay condiciones para estudiar. ¡Supuestamente! ¿Excusa o necesidad? Cada cual sabe por dónde se le escapa el tiempo y, por tanto, que se responda sinceramente. ¡Ojo! los fármacos producen embotamiento y confusión. Las mejores pastillas son las sábanas.
Administrar el tiempo supone “no dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy” porque el reloj va en contra nuestra. Un buen horario, que se debe cumplir diariamente, es básico para obtener buenos resultados. ¡Ojo al "ya lo haré"! Estudiar implica motivación, fuerza de voluntad y método de trabajo.
Organizarse y mantener un entorno ordenado ayuda a una mayor eficacia. Antes de empezar a estudiar, hay que planificar hasta dónde se quiere llegar ese día, pero siendo realistas, no marcando objetivos inalcanzables para quedar bien.
Un factor psicológico que se debe tener en cuenta sería el fraccionar materiales. Psicológicamente no es lo mismo enfrentarse a mil páginas que a diez bloques, cada uno de los cuales a su vez contiene tres temas de y tres temas de… Da placer ver cómo crece el montón de lo estudiado y decrece el de lo que falta. En Selectividad este truco funciona, dado el poco tiempo que hay para repasar. Psicología de rebajas…
Quiero y puedo. La confianza en lo que estoy haciendo y en uno mismo da certeza de éxito a pesar de los fracasos. Después de un examen, conviene analizar los puntos negativos y los positivos, tanto en la forma como en el fondo. Esto proporcionará experiencia de cara al próximo examen y dará seguridad.
Estudiar para Selectividad no es hacer un curso intensivo en una semana sino repasar lo visto durante el curso. ¡Ojo a los suspendedores de pasillo! Dicen: ¿te has estudiado esto o aquello? Me han dicho que sale el tema “X”. Si no me lo sé cunde el pánico y ya se lió el “cifostio” padre.
Aspectos funcionales del estudio
Hay que disponer de un espacio adecuado, siempre el mismo y donde sea fácil concentrarse. Sin música, sin ruidos, con iluminación, ventilación y temperatura adecuadas. La mesa de trabajo tiene que servir para estudiar: es su función principal y tiene que estar organizada para ello. Hay que tener a mano todo lo que pueda hacer falta –apuntes, libro de…, diccionario-, ya que es peligroso levantarse cada dos por tres. Es importante alternar breves descansos después de un largo periodo estudiando, acordes con una razonable distribución entre tiempo disponible y materia que hay que estudiar.
La función de memorizar se sustenta en entender lo que se lee, puesto que lo que no se comprende no se aprende. Y aquí entra de lleno el interés que se ponga en ello. A la memoria se le puede ayudar con trucos nemotécnicos –yo les llamo "perchas" para colgar la información-.
Los pasos de la memorización pasan necesariamente por una lectura atenta, subrayar, esquematizar y resumir (LaSER) que permitirán repasar para recordar la materia. El repaso será el recurso para mantener fresco lo ya adquirido. Entender lo que estudias y asimilarlo es la manera para expresarse con más facilidad. Repetir en voz alta (no palabra por palabra) ayuda a memorizar.
Finalmente una pincelada sobre la concentración. La falta de concentración disminuye la calidad del aprendizaje. Es mucho más fácil distraerse si no entendemos lo que hay que estudiar. Es necesario limitar el tiempo que vamos a emplear en cada sesión de trabajo ya que la concentración no se puede mantener infinitamente. Podemos empezar manteniendo un tiempo de estudio, hora y media por ejemplo, seguido de un breve descanso –este aspecto es muy personal en cuanto a su duración-.
Nota: Todo lo dicho es indicativo y se usará si conviene. Es un resumen de un trabajo más amplio, basado en la experiencia profesional y en publicaciones propias. Haré alguna entrega más para completar el ciclo. Soy consciente de que he apuntado muchas cosas que necesitaría una explicación en profundidad. Espacio manda.
Si lo desea, puede compartir este contenido: “Querer es poder”, dice el refrán y, en materia escolar, también vale esta sentencia. El tema es superar la Selectividad o los suspensos de la mejor manera posible, pero para ello hay que quererlo aunque sólo sea por pasar un verano sin presiones, amarrados al duro banco.
Que estudiar es aburrido, que las materias no me gustan, que los profes son unos pelmas, que este y aquel profesor me tiene manía... ¿Te crees tan importante para ello? O te engañas o son excusas de mal trabajador. Hay que pagar un precio para eliminar suspensos, o superar la Selectividad. El que algo quiere, algo le cuesta y eso pasa por incrementar el tiempo dedicado a estudiar en este sprint final. ¡No queda más remedio!
Desde luego, estudiar más no es estar más tiempo sentado –pensando en las musarañas- delante de los libros. Planificación y distribución del tiempo que se debe emplear en la actividad son claves para ayudar a salir del charco. Hay que prescindir de pequeñas –¿o digo grandes?- dependencias como el ordenador, el móvil (¡guasapear es tan divertido!).
En este tema, cada cual se engaña como quiere. Me explico. Es que voy a consultar una cosa. Se sabe cuándo encendemos el ordenador o la televisión, no cuándo se apagará. ¿Música? Si te gusta, será lógico que la imaginación nos transporte a otros mundos; y si no gusta, es de tontos ponerla. La mente necesita silencio para concentrarse en lo que tiene delante y que, además, no suele ser agradable.
¿Estudiar por la noche o al alba? Cada cuerpo tiene un ritmo vital diferente. Se supone que después de dormir estaremos más descansados, pero me da pereza levantarme… Por la noche se considera que llegamos cansados de todo el día, pero sobrepasada determinada hora soy capaz de… ¡Tú mismo…, sabes cuál es el mejor momento!
Ante el inminente final de curso hay que sacar el jugo a las 24 horas del día y se hace necesario exprimir al máximo capacidades y tiempo, organizándose debidamente. Estudiar buscando los mejores resultados implica poner toda la carne en el asador.
Aspectos psicológicos que se deben tener en cuenta
¿Lo que estoy haciendo es importante para mí, me sirve para algo? La respuesta es sólo del estudiante y de los objetivos personales que pretende conseguir. De forma muy sucinta, hago especial hincapié en varios aspectos.
Podar los chupones que nos roban tiempo y energía es básico para aprovechar cada minuto. ¿Cómo reconocerlos? Se esconden en los rincones de lo no importante y nos entretienen o alejan de nuestro objetivo. La clave está en separar lo fundamental de lo secundario y en eliminar dependencias innecesarias (personas, cosas, situaciones). A la hora de estudiar, no vale confundir lo que me gusta con lo que debo hacer.
Sacrificar las horas de sueño influye negativamente en los resultados. La falta de sueño provocará problemas de aprendizaje y repercutirá negativamente en los exámenes por ser perjudicial para el rendimiento y retención de la información.
Está muy de moda pasar la noche estudiando en la biblioteca, porque allí hay condiciones para estudiar. ¡Supuestamente! ¿Excusa o necesidad? Cada cual sabe por dónde se le escapa el tiempo y, por tanto, que se responda sinceramente. ¡Ojo! los fármacos producen embotamiento y confusión. Las mejores pastillas son las sábanas.
Administrar el tiempo supone “no dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy” porque el reloj va en contra nuestra. Un buen horario, que se debe cumplir diariamente, es básico para obtener buenos resultados. ¡Ojo al "ya lo haré"! Estudiar implica motivación, fuerza de voluntad y método de trabajo.
Organizarse y mantener un entorno ordenado ayuda a una mayor eficacia. Antes de empezar a estudiar, hay que planificar hasta dónde se quiere llegar ese día, pero siendo realistas, no marcando objetivos inalcanzables para quedar bien.
Un factor psicológico que se debe tener en cuenta sería el fraccionar materiales. Psicológicamente no es lo mismo enfrentarse a mil páginas que a diez bloques, cada uno de los cuales a su vez contiene tres temas de y tres temas de… Da placer ver cómo crece el montón de lo estudiado y decrece el de lo que falta. En Selectividad este truco funciona, dado el poco tiempo que hay para repasar. Psicología de rebajas…
Quiero y puedo. La confianza en lo que estoy haciendo y en uno mismo da certeza de éxito a pesar de los fracasos. Después de un examen, conviene analizar los puntos negativos y los positivos, tanto en la forma como en el fondo. Esto proporcionará experiencia de cara al próximo examen y dará seguridad.
Estudiar para Selectividad no es hacer un curso intensivo en una semana sino repasar lo visto durante el curso. ¡Ojo a los suspendedores de pasillo! Dicen: ¿te has estudiado esto o aquello? Me han dicho que sale el tema “X”. Si no me lo sé cunde el pánico y ya se lió el “cifostio” padre.
Aspectos funcionales del estudio
Hay que disponer de un espacio adecuado, siempre el mismo y donde sea fácil concentrarse. Sin música, sin ruidos, con iluminación, ventilación y temperatura adecuadas. La mesa de trabajo tiene que servir para estudiar: es su función principal y tiene que estar organizada para ello. Hay que tener a mano todo lo que pueda hacer falta –apuntes, libro de…, diccionario-, ya que es peligroso levantarse cada dos por tres. Es importante alternar breves descansos después de un largo periodo estudiando, acordes con una razonable distribución entre tiempo disponible y materia que hay que estudiar.
La función de memorizar se sustenta en entender lo que se lee, puesto que lo que no se comprende no se aprende. Y aquí entra de lleno el interés que se ponga en ello. A la memoria se le puede ayudar con trucos nemotécnicos –yo les llamo "perchas" para colgar la información-.
Los pasos de la memorización pasan necesariamente por una lectura atenta, subrayar, esquematizar y resumir (LaSER) que permitirán repasar para recordar la materia. El repaso será el recurso para mantener fresco lo ya adquirido. Entender lo que estudias y asimilarlo es la manera para expresarse con más facilidad. Repetir en voz alta (no palabra por palabra) ayuda a memorizar.
Finalmente una pincelada sobre la concentración. La falta de concentración disminuye la calidad del aprendizaje. Es mucho más fácil distraerse si no entendemos lo que hay que estudiar. Es necesario limitar el tiempo que vamos a emplear en cada sesión de trabajo ya que la concentración no se puede mantener infinitamente. Podemos empezar manteniendo un tiempo de estudio, hora y media por ejemplo, seguido de un breve descanso –este aspecto es muy personal en cuanto a su duración-.
Nota: Todo lo dicho es indicativo y se usará si conviene. Es un resumen de un trabajo más amplio, basado en la experiencia profesional y en publicaciones propias. Haré alguna entrega más para completar el ciclo. Soy consciente de que he apuntado muchas cosas que necesitaría una explicación en profundidad. Espacio manda.
PEPE CANTILLO