Seguro que todos ustedes conocen a José Luis Sampedro: al pensador, al economista y a la persona de mente brillante que nos ha dicho verdades como catedrales en los últimos tiempos. Como ya sabrán, ha fallecido recientemente y, para mí, aunque no tuve la suerte de ser una de sus alumnas, siempre será mi profesor. Gracias a uno de sus libros no dejé la carrera de Económicas –piensen ustedes que yo estudiaba en una época en la que abundaban dentro de mi Facultad los imitadores de Mario Conde-.
Como a mí me gusta recomendar libros, quiero hablarles del Sampedro escritor de literatura, no sólo de Economía. Recuerdo lo primero que leí de él, La sonrisa etrusca, un libro escrito por un hombre que nos habla de la ternura, de cómo un anciano criado en una cultura repleta de frases como “los hombres no lloran” o “hay que ser muy macho”, va conociendo la ternura y va descubriendo su mundo interior de sentimientos a través de la relación con su nieto.
Me gustó el libro, me conmovió y me recordó a mis dos abuelos, a los que tuve la suerte de conocer, aunque por poco tiempo, desgraciadamente para mí. Mis abuelos habían sido hombres duros, que pasaron una guerra, que les costaba expresar sentimientos pero que, ante sus nietos, sus ojos se dulcificaban, y una sonrisa de amor iluminaba sus caras.
Yo creo que la vejez es un poco como la niñez: uno se vuelve más libre, con más capacidad de emocionarse y de sentir. Este libro creo que es de lectura obligada para aquellos hombres que no encuentran su lugar, entre la educación machista que recibieron y lo que se espera de ellos hoy, en una sociedad en la que ya no tienen que ser el macho dominante.
Además de ese libro, les recomiendo La vieja sirena. ¿Alguna vez se han preguntado cómo sería la inmortalidad? A través de un mundo lejano en el tiempo al nuestro, pero no tan diferente –al fin y al cabo, el ser humano ha mejorado, pero no demasiado- Sampedro nos mete en la piel de un ser inmortal y con él iremos viviendo una vida muy larga. ¿Merecerá la pena ser eterno? Para saber la opinión del escritor, tendrán que esperar al final, pero hasta ese momento, usted viajará por Alejandría, con la mente muy abierta. Disfruten del trayecto.
Aunque no lo he confesado hasta ahora, a mí me encanta escribir, pero como disfruto tanto con la buena lectura y soy muy exigente conmigo misma, me limito mucho. ¿Para qué hago esta introducción? Porque para todas las personas a las que nos gusta imaginar otros mundos –y aunque no sepamos si llegaremos a ser escritores o escritoras-, el libro de José Luis Sampedro titulado Escribir es vivir tiene que ser nuestro manual de cabecera.
Se trata de una conferencia en la que el autor nos cuenta su vida, muy interesante por cierto, y de cómo llega a ser escritor. Me impactó la frase en la que nos dice que “el escritor escribe por necesidad”. Eso es verdad. Esta conferencia es recogida en este libro por su compañera de vida, Olga Lucas. Y para los que no necesiten crear historias, este libro nos acerca a una figura humana admirable, por lo que sólo por conocer mejor su mundo, merece la pena leerlo.
Si lo desea, puede compartir este contenido: Como a mí me gusta recomendar libros, quiero hablarles del Sampedro escritor de literatura, no sólo de Economía. Recuerdo lo primero que leí de él, La sonrisa etrusca, un libro escrito por un hombre que nos habla de la ternura, de cómo un anciano criado en una cultura repleta de frases como “los hombres no lloran” o “hay que ser muy macho”, va conociendo la ternura y va descubriendo su mundo interior de sentimientos a través de la relación con su nieto.
Me gustó el libro, me conmovió y me recordó a mis dos abuelos, a los que tuve la suerte de conocer, aunque por poco tiempo, desgraciadamente para mí. Mis abuelos habían sido hombres duros, que pasaron una guerra, que les costaba expresar sentimientos pero que, ante sus nietos, sus ojos se dulcificaban, y una sonrisa de amor iluminaba sus caras.
Yo creo que la vejez es un poco como la niñez: uno se vuelve más libre, con más capacidad de emocionarse y de sentir. Este libro creo que es de lectura obligada para aquellos hombres que no encuentran su lugar, entre la educación machista que recibieron y lo que se espera de ellos hoy, en una sociedad en la que ya no tienen que ser el macho dominante.
Además de ese libro, les recomiendo La vieja sirena. ¿Alguna vez se han preguntado cómo sería la inmortalidad? A través de un mundo lejano en el tiempo al nuestro, pero no tan diferente –al fin y al cabo, el ser humano ha mejorado, pero no demasiado- Sampedro nos mete en la piel de un ser inmortal y con él iremos viviendo una vida muy larga. ¿Merecerá la pena ser eterno? Para saber la opinión del escritor, tendrán que esperar al final, pero hasta ese momento, usted viajará por Alejandría, con la mente muy abierta. Disfruten del trayecto.
Aunque no lo he confesado hasta ahora, a mí me encanta escribir, pero como disfruto tanto con la buena lectura y soy muy exigente conmigo misma, me limito mucho. ¿Para qué hago esta introducción? Porque para todas las personas a las que nos gusta imaginar otros mundos –y aunque no sepamos si llegaremos a ser escritores o escritoras-, el libro de José Luis Sampedro titulado Escribir es vivir tiene que ser nuestro manual de cabecera.
Se trata de una conferencia en la que el autor nos cuenta su vida, muy interesante por cierto, y de cómo llega a ser escritor. Me impactó la frase en la que nos dice que “el escritor escribe por necesidad”. Eso es verdad. Esta conferencia es recogida en este libro por su compañera de vida, Olga Lucas. Y para los que no necesiten crear historias, este libro nos acerca a una figura humana admirable, por lo que sólo por conocer mejor su mundo, merece la pena leerlo.
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ A. / REDACCIÓN