En esta sección se han ido tocando toda clase de temáticas en relación con el manga y el anime, pero todavía falta ahondar en uno de los aspectos más importantes: su historia. Para todo aficionado a esta cultura y para el que está empezando, le debe resultar interesante saber de dónde proceden sus mangas favoritos. Es por ello, que intentaremos hacer un breve recorrido por su historia, destacando algún que otro dato interesante.
Los inicios de lo que conocemos como manga quedan un poco difusos en el tiempo, por lo que nos guiaremos por los diferentes autores y estudiosos del tema. Uno de los antecedentes más notables del cómic japonés, según el escritor Frederick Schodt, se encuentra en la tradición de dibujo monocromo que se despliega en torno a temáticas fantásticas, eróticas, humorísticas o que, simplemente, ironizan sobre lo cotidiano.
El más conocido ejemplo son los Chōju Giga, un rollo de ilustraciones satíricas protagonizadas por animales realizado por Sôjô Toba, un monje budista del siglo XII. Debido a él, al manga también se le denominaba Toba-e.
Por otra parte, la autora Jaqueline Berndt inicia la cronología del manga más tarde. En 1814, Hokusai Katsuhika, maestro de las estampas realizadas por xilografía –también llamado Ukiyo-e-, publica el Hokusai Manga, una serie de caricaturas de carácter grotesco y que pasa por ser el precedente principal del manga que conocemos actualmente.
Posteriormente, durante la década de 1860, surgen en Japón diarios extranjeros y revistas, como por ejemplo The Japan Punch, fundado por Charles Wirgman en 1862. La cultura japonesa se ve influenciada por la aparición de estos nuevos diarios extranjeros y sus dibujos satíricos, que comenzaron a denominarse ponchi-e por la revista inglesa. Por esta época, el dibujante Rakuten Kitazawa introduce el término “manga” (“man”, involuntario; y “ga”, dibujo o pintura) para denominar sus caricaturas satíricas.
Pero la verdadera revolución del manga y las características por las que lo conocemos nacen tras las Segunda Guerra Mundial. A partir de 1949, un Japón abatido por las penurias de la guerra necesita evadirse, por lo que los dibujantes usan todo su ingenio para realizar obras atractivas y entretenidas para el público. Se empiezan a dar las nuevas formas del manga que conocemos en la actualidad. Gran importancia tuvo en este periodo el mangaka Osamu Tezuka.
Tezuka, inspirado por la genialidad de Disney, empieza a innovar en el terreno del cómic, dando lugar a los elementos que conocemos en la actualidad: ojos grandes que dan mayor expresividad, nuevos planos y un estilo cinemático que busca nuevas perspectivas.
Una de las primeras obra de Tezuka fue Shin Takarajima, en la que pone en práctica estas novedosas técnicas. Otras de sus obras más conocidas, que llegaron a occidente, fueron Astroboy o Kimba, El León Blanco, que serviría de inspiración a Disney a la hora de realizar El Rey León. A Tezuka también se le conoce por expandir el mercado y tratar nuevas temáticas, creando los primeros cómics para chicas y mangas de contenido erótico.
Pero no fue hasta los años setenta cuando se llegaría a la madurez del manga. En este periodo empiezan aparecer los cómics que han marcado un hito en Japón. Un temprano Doraemon en 1970, dibujado por Motoo Abiko y Hiroshi Fujimoto, reunidos bajo el seudónimo de Fujiko F. Fujio; Mazinger Z, realizado por Go Nagai en 1972; o Akira, de Katsuhiro Otomo (1982), entre otros títulos, que llegan a la gran revolución del manga por antonomasia: Dragon Ball, de Akira Toriyama que se extiende hasta la actualidad.
Se podrían llenar páginas y páginas de autores y obras que aportaron su granito de arena a la creación del manga y el anime actuales, pero en este breve resumen hemos querido destacar algunas de las figuras y aspectos más relevantes. De vez en cuando es interesante echar la vista atrás y tratar de formar a las nuevas generaciones que empiezan a aficionarse a esta cultura.
Si lo desea, puede compartir este contenido: Los inicios de lo que conocemos como manga quedan un poco difusos en el tiempo, por lo que nos guiaremos por los diferentes autores y estudiosos del tema. Uno de los antecedentes más notables del cómic japonés, según el escritor Frederick Schodt, se encuentra en la tradición de dibujo monocromo que se despliega en torno a temáticas fantásticas, eróticas, humorísticas o que, simplemente, ironizan sobre lo cotidiano.
El más conocido ejemplo son los Chōju Giga, un rollo de ilustraciones satíricas protagonizadas por animales realizado por Sôjô Toba, un monje budista del siglo XII. Debido a él, al manga también se le denominaba Toba-e.
Por otra parte, la autora Jaqueline Berndt inicia la cronología del manga más tarde. En 1814, Hokusai Katsuhika, maestro de las estampas realizadas por xilografía –también llamado Ukiyo-e-, publica el Hokusai Manga, una serie de caricaturas de carácter grotesco y que pasa por ser el precedente principal del manga que conocemos actualmente.
Posteriormente, durante la década de 1860, surgen en Japón diarios extranjeros y revistas, como por ejemplo The Japan Punch, fundado por Charles Wirgman en 1862. La cultura japonesa se ve influenciada por la aparición de estos nuevos diarios extranjeros y sus dibujos satíricos, que comenzaron a denominarse ponchi-e por la revista inglesa. Por esta época, el dibujante Rakuten Kitazawa introduce el término “manga” (“man”, involuntario; y “ga”, dibujo o pintura) para denominar sus caricaturas satíricas.
Pero la verdadera revolución del manga y las características por las que lo conocemos nacen tras las Segunda Guerra Mundial. A partir de 1949, un Japón abatido por las penurias de la guerra necesita evadirse, por lo que los dibujantes usan todo su ingenio para realizar obras atractivas y entretenidas para el público. Se empiezan a dar las nuevas formas del manga que conocemos en la actualidad. Gran importancia tuvo en este periodo el mangaka Osamu Tezuka.
Tezuka, inspirado por la genialidad de Disney, empieza a innovar en el terreno del cómic, dando lugar a los elementos que conocemos en la actualidad: ojos grandes que dan mayor expresividad, nuevos planos y un estilo cinemático que busca nuevas perspectivas.
Una de las primeras obra de Tezuka fue Shin Takarajima, en la que pone en práctica estas novedosas técnicas. Otras de sus obras más conocidas, que llegaron a occidente, fueron Astroboy o Kimba, El León Blanco, que serviría de inspiración a Disney a la hora de realizar El Rey León. A Tezuka también se le conoce por expandir el mercado y tratar nuevas temáticas, creando los primeros cómics para chicas y mangas de contenido erótico.
Pero no fue hasta los años setenta cuando se llegaría a la madurez del manga. En este periodo empiezan aparecer los cómics que han marcado un hito en Japón. Un temprano Doraemon en 1970, dibujado por Motoo Abiko y Hiroshi Fujimoto, reunidos bajo el seudónimo de Fujiko F. Fujio; Mazinger Z, realizado por Go Nagai en 1972; o Akira, de Katsuhiro Otomo (1982), entre otros títulos, que llegan a la gran revolución del manga por antonomasia: Dragon Ball, de Akira Toriyama que se extiende hasta la actualidad.
Se podrían llenar páginas y páginas de autores y obras que aportaron su granito de arena a la creación del manga y el anime actuales, pero en este breve resumen hemos querido destacar algunas de las figuras y aspectos más relevantes. De vez en cuando es interesante echar la vista atrás y tratar de formar a las nuevas generaciones que empiezan a aficionarse a esta cultura.
SARA B. PATRÓN / REDACCIÓN