Parecía que no iba a llegar nunca, pero de hecho ya ha pasado una semana y media del Playstation Meeting. Ya han pasado diez días desde que Playstation 4 se hiciera realidad. Algo que por otra parte se podía vaticinar de sobra si partimos del eslogan del evento: “Se hablará del futuro de Playstation”. Aun así, bien es cierto que nos podían haber metido una revisión de PS Vita sin temblarles el pulso.
Mark Cerny fue la figura estrella que nos mostró la nueva consola –a nivel de posibilidades, bien sabéis todos que la demostración pública del diseño de la máquina todavía no se ha producido- en unos quince primeros minutos llenos de alardes vacíos y humo innecesario.
Decir que tiene 8 gigabytes de memoria, una arquitectura x83 CPU y otras cualidades meramente técnicas expuestas por Cerny, resultaría muy bonito y me haría quedar de lujo, pero eso o no es entendible para la mayoría de los lectores, o es entendible para otros pero no mostraría nada nuevo: las noticias que tratan la maquinaria interna del nuevo hardware se han ido sucediendo todos estos días. ¿Qué cabe comentar a estas alturas? Lo que aportó el evento en sí.
No hay duda alguna al respecto: PS4 va a ser una máquina asombrosa, poderosa como ella sola a nivel gráfico y con unas características sociales apetitosas. Poder compartir un vídeo en Facebook o cualquier otro rincón de la red de tu última partida jugada, para que la vean los demás jugadores, así como pedirle ayuda a un amigo y que se una al juego, es magnífico y sublime. Es un paso lógico, quizá necesario, en la evolución de aquello del “compartir en comunidad”, pero resulta fascinante.
Más allá de esto, apagar la consola en cualquier punto de un nivel y que al encenderla se comience el juego donde se dejó es algo que ya ofrecía la Playstation Portable, pero se trata de una habilidad que pasada a una sobremesa ofrece más oportunidades si cabe. De todo esto se puede concluir que el PS Meeting me convenció del potencial de la nueva consola, no obstante no me incitó a comprarla.
Por muy buen aparato que Sony me ofrezca, si no se le acompaña de juegos propios de calidad que supongan en sí un aliciente, hecho que se deduce del propio evento, por mí la consola se queda en la tienda. No me entiendan mal: no dejo de comprármela porque no haya dinero por la crisis y demás parafernalia, no me la compro porque no me place, no me apetece…Porque no me da la gana.
¿Se presentaron buenos juegos? Pues sí. ¿Tenían calidad gráfica? Pues también. ¿Qué demonios le fallaba entonces a lo ofrecido? Su exclusividad. No tolero que una presentación oficial de una consola me venga con Watch Dogs –titulazo donde los haya- que en el pasado E3 nos lo vendían para PS3, lo pasen a su hermana mayor y dos días más tarde se anuncie para Wii U.
Anunciar Diablo III como una revolución cuando ya está en PC u ofrecer como nuevo un tráiler de Agni's Philosophy que se conocía día atrás. Aunque, ¿acaso Square-Enix no se está dedicando a vender refritos de sus sagas clásicas como algo novedoso? Venga, Square, por ser tú quien la fastidias perdonamos un poco a Sony.
Otro juego de conducción más, un spin-off de inFamous, caras parlantes por parte de Quantic Dream y The Witness, la única maravilla de la noche… que también podría llegar a otras consolas. Hay que echarse a reír.
Total, con Sony tenemos de nuevo una de cal y otra de arena. Ya lo sacábamos a relucir, hace un tiempo, con PS Vita: la firma tiene consolas muy potentes, con posibilidades bastante grandilocuentes, que a la hora de trasladarse a los juegos se desinfla y se queda sin relleno. PS4 no iba a ser menos.
Playstation, ¿qué te ha pasado? ¿Dónde se quedaron esos tiempos de la PS2, en los que no importaban tanto las especificaciones del hardware, sino los títulos? Los tiempos donde exclusividades como Final Fantasy X, Jak and Daxter o ICO revolucionaron el panorama “videojueguil”… Ahora a “la Play” sólo le importa ofrecer cacharricos sociales nuevos y gráficas desorbitadas. No tentéis a la suerte o perdéis a un par de cliente. Avisados estáis.
A tiempo está todavía: el E3 no queda muy lejos y probablemente hayan dejado sus mejores ases para entonces. Esperemos que sea cierto, porque de lo contrario vaya telita, Sony, vaya telita...
Si lo desea, puede compartir este contenido:Mark Cerny fue la figura estrella que nos mostró la nueva consola –a nivel de posibilidades, bien sabéis todos que la demostración pública del diseño de la máquina todavía no se ha producido- en unos quince primeros minutos llenos de alardes vacíos y humo innecesario.
Decir que tiene 8 gigabytes de memoria, una arquitectura x83 CPU y otras cualidades meramente técnicas expuestas por Cerny, resultaría muy bonito y me haría quedar de lujo, pero eso o no es entendible para la mayoría de los lectores, o es entendible para otros pero no mostraría nada nuevo: las noticias que tratan la maquinaria interna del nuevo hardware se han ido sucediendo todos estos días. ¿Qué cabe comentar a estas alturas? Lo que aportó el evento en sí.
No hay duda alguna al respecto: PS4 va a ser una máquina asombrosa, poderosa como ella sola a nivel gráfico y con unas características sociales apetitosas. Poder compartir un vídeo en Facebook o cualquier otro rincón de la red de tu última partida jugada, para que la vean los demás jugadores, así como pedirle ayuda a un amigo y que se una al juego, es magnífico y sublime. Es un paso lógico, quizá necesario, en la evolución de aquello del “compartir en comunidad”, pero resulta fascinante.
Más allá de esto, apagar la consola en cualquier punto de un nivel y que al encenderla se comience el juego donde se dejó es algo que ya ofrecía la Playstation Portable, pero se trata de una habilidad que pasada a una sobremesa ofrece más oportunidades si cabe. De todo esto se puede concluir que el PS Meeting me convenció del potencial de la nueva consola, no obstante no me incitó a comprarla.
Por muy buen aparato que Sony me ofrezca, si no se le acompaña de juegos propios de calidad que supongan en sí un aliciente, hecho que se deduce del propio evento, por mí la consola se queda en la tienda. No me entiendan mal: no dejo de comprármela porque no haya dinero por la crisis y demás parafernalia, no me la compro porque no me place, no me apetece…Porque no me da la gana.
¿Se presentaron buenos juegos? Pues sí. ¿Tenían calidad gráfica? Pues también. ¿Qué demonios le fallaba entonces a lo ofrecido? Su exclusividad. No tolero que una presentación oficial de una consola me venga con Watch Dogs –titulazo donde los haya- que en el pasado E3 nos lo vendían para PS3, lo pasen a su hermana mayor y dos días más tarde se anuncie para Wii U.
Anunciar Diablo III como una revolución cuando ya está en PC u ofrecer como nuevo un tráiler de Agni's Philosophy que se conocía día atrás. Aunque, ¿acaso Square-Enix no se está dedicando a vender refritos de sus sagas clásicas como algo novedoso? Venga, Square, por ser tú quien la fastidias perdonamos un poco a Sony.
Otro juego de conducción más, un spin-off de inFamous, caras parlantes por parte de Quantic Dream y The Witness, la única maravilla de la noche… que también podría llegar a otras consolas. Hay que echarse a reír.
Total, con Sony tenemos de nuevo una de cal y otra de arena. Ya lo sacábamos a relucir, hace un tiempo, con PS Vita: la firma tiene consolas muy potentes, con posibilidades bastante grandilocuentes, que a la hora de trasladarse a los juegos se desinfla y se queda sin relleno. PS4 no iba a ser menos.
Playstation, ¿qué te ha pasado? ¿Dónde se quedaron esos tiempos de la PS2, en los que no importaban tanto las especificaciones del hardware, sino los títulos? Los tiempos donde exclusividades como Final Fantasy X, Jak and Daxter o ICO revolucionaron el panorama “videojueguil”… Ahora a “la Play” sólo le importa ofrecer cacharricos sociales nuevos y gráficas desorbitadas. No tentéis a la suerte o perdéis a un par de cliente. Avisados estáis.
A tiempo está todavía: el E3 no queda muy lejos y probablemente hayan dejado sus mejores ases para entonces. Esperemos que sea cierto, porque de lo contrario vaya telita, Sony, vaya telita...
SALVADOR BELIZÓN / REDACCIÓN
