Recientemente, Orgullo y prejuicio ha cumplido doscientos años. Si uno quiero seguir la senda de la literatura femenina inglesa, después de las hermanas Brönte, debemos adentrarnos en el universo de Jane Austen. Sus protagonistas, al igual que Jane Eyre, quieren una vida mejor, más libre, en la que la mujer pueda elegir y no se la utilice como moneda de cambio en los matrimonios.
Reconozco que estoy prendada de la película que sobre este libro hizo Joe Wright, si no la han visto corran a comprarla o a alquilarla. ¿Por qué? Por su fotografía de la campiña inglesa con una luz de estío que llega a su fin; por sus primeros planos en los que la buena labor de los actores nos hablan sin palabras; por sus diálogos y, cómo no, por su música. El director podría parecer Ang Lee –director de la versión cinematográfica de otra de las novelas de Austen, Sentido y sensibilidad-, por el “tempo” casi oriental de la misma. Y es que por momentos se ralentiza todo para dejarnos disfrutar del instante.
Toda esta introducción es para presentaros a Ángeles Mastretta. El otro día, desayunando, leí el artículo que escribió en El País sobre el aniversario de Orgullo y prejuicio y pensé: ¿cómo he podido no recomendar aún un libro de ella, siendo como es mi escritora favorita?
Ángeles es mexicana y se nota en su escritura: la pasión y la revolución corren por su tinta. Nació en Puebla, frente a volcanes, y quizás la fuerza de estos es la que te atrapa y te mete en el torbellino de las vidas de los personajes de sus novelas. He de admitir que estuve un día entero viviendo la vida de una de sus protagonistas. Y hasta que no vi escrito "fin", no paré.
Para empezar he escogido Mal de amores por su prosa, por su contexto histórico –la Revolución Mexicana-, por la pasión de sus personajes y porque no te deja respirar: quieres más, no puedes dejar de leer. Y esos son los libros que a mí me gustan.
Ahora bien, si no disponen de mucho tiempo para leer, yo les recomiendo Mujeres de ojos grandes –como los de las cordobesas-. Se trata de un libro de relatos cortos, en el que Mastretta es capaz de contarnos una vida en dos páginas. Disfrútenlos.
Reconozco que estoy prendada de la película que sobre este libro hizo Joe Wright, si no la han visto corran a comprarla o a alquilarla. ¿Por qué? Por su fotografía de la campiña inglesa con una luz de estío que llega a su fin; por sus primeros planos en los que la buena labor de los actores nos hablan sin palabras; por sus diálogos y, cómo no, por su música. El director podría parecer Ang Lee –director de la versión cinematográfica de otra de las novelas de Austen, Sentido y sensibilidad-, por el “tempo” casi oriental de la misma. Y es que por momentos se ralentiza todo para dejarnos disfrutar del instante.
Toda esta introducción es para presentaros a Ángeles Mastretta. El otro día, desayunando, leí el artículo que escribió en El País sobre el aniversario de Orgullo y prejuicio y pensé: ¿cómo he podido no recomendar aún un libro de ella, siendo como es mi escritora favorita?
Ángeles es mexicana y se nota en su escritura: la pasión y la revolución corren por su tinta. Nació en Puebla, frente a volcanes, y quizás la fuerza de estos es la que te atrapa y te mete en el torbellino de las vidas de los personajes de sus novelas. He de admitir que estuve un día entero viviendo la vida de una de sus protagonistas. Y hasta que no vi escrito "fin", no paré.
Para empezar he escogido Mal de amores por su prosa, por su contexto histórico –la Revolución Mexicana-, por la pasión de sus personajes y porque no te deja respirar: quieres más, no puedes dejar de leer. Y esos son los libros que a mí me gustan.
Ahora bien, si no disponen de mucho tiempo para leer, yo les recomiendo Mujeres de ojos grandes –como los de las cordobesas-. Se trata de un libro de relatos cortos, en el que Mastretta es capaz de contarnos una vida en dos páginas. Disfrútenlos.
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ A.