Mientras que el chavismo se recrea en las manifestaciones de apoyo a Hugo Chávez, presidente reelecto de Venezuela, el opositor Henrique Capriles presencia una fuerte caída de su popularidad. Este abogado de 40 años, abogado y militante del Partido Primero Justicia, puede presumir de haber sido una de las pocas personas a las que ha llegado a temer Chávez desde que está en la Presidencia de la República.
En las presidenciales de 2012, Capriles logró disputarle los votos al mandatario bolivariano, hasta tal punto que consultoras como Predicmática o Consultores21 llegaron a dar como ganador al líder de la oposición, si bien de forma más o menos ajustada.
En los resultados finales de esas presidenciales, Chávez consiguió la victoria con alrededor de once puntos de ventaja, lo que es un dato ajustado si se tiene en cuenta que hubo una participación del 80,48 por ciento de la población.
A pesar de los resultados, parece que la popularidad de Henrique Capriles está cayendo en beneficio de Chávez en muy poco tiempo. La polémica de la toma de posesión ha sido una de las que más lo han deteriorado.
Se trata de un complejo problema jurídico que se resume en que el Ejecutivo de Chávez perdería su legitimidad si este no juraba su cargo, a pesar de que fuese por enfermedad. La posición de Capriles fue pedir que la Asamblea Nacional tomara el control del Gobierno, frente a la posición oficialista, que minimizaron la importancia del acto.
Finalmente, el Tribunal Supremo usó una laguna jurídica en la Constitución para permitir que el presidente pudiera jurar su cargo ante el alto tribunal sin fecha concreta, dándole mientras el poder al anterior Ejecutivo.
Aunque Capriles se apoyó en la Constitución y la jurisprudencia, el chavismo está usando sus argumentos contrarios al continuismo chavista para desacreditarlo y dar la sensación a la población de que está “atacando a un enfermo”.
El líder opositor siempre fue visto por la propaganda chavista como un representante de la burguesía explotadora y contraria a los derechos de los indígenas contra la que el “Comandante” venezolano tanto ha luchado. Sin embargo, para la oposición a Chávez era la gran esperanza para devolver el orden, la seguridad de la propiedad y el raciocinio al Estado.
A pesar de la derrota electoral, la oposición esperaba que el ejercicio del poder erosionara a Chávez y diera una victoria a su principal candidato, cuya imagen iba mejorando de cara a los indecisos.
Sin embargo, la enfermedad de Chávez ha mejorado su popularidad, mientras que Capriles va perdiendo apoyos entre los indecisos. Según la consultora IVAD, si se repitieran las elecciones venezolanas, Chávez conseguiría un 55,5 por ciento de los votos, mientras que el líder de la oposición conseguiría alrededor de un 31,8 por ciento.
Más allá de los números, lo cierto es que la popularidad de Capriles se está viendo afectada por la enfermedad de Chávez. Será muy complicado que el opositor remonte, y más si Hugo Chávez muere. Es difícil combatir la popularidad de un mito.
En las presidenciales de 2012, Capriles logró disputarle los votos al mandatario bolivariano, hasta tal punto que consultoras como Predicmática o Consultores21 llegaron a dar como ganador al líder de la oposición, si bien de forma más o menos ajustada.
En los resultados finales de esas presidenciales, Chávez consiguió la victoria con alrededor de once puntos de ventaja, lo que es un dato ajustado si se tiene en cuenta que hubo una participación del 80,48 por ciento de la población.
A pesar de los resultados, parece que la popularidad de Henrique Capriles está cayendo en beneficio de Chávez en muy poco tiempo. La polémica de la toma de posesión ha sido una de las que más lo han deteriorado.
Se trata de un complejo problema jurídico que se resume en que el Ejecutivo de Chávez perdería su legitimidad si este no juraba su cargo, a pesar de que fuese por enfermedad. La posición de Capriles fue pedir que la Asamblea Nacional tomara el control del Gobierno, frente a la posición oficialista, que minimizaron la importancia del acto.
Finalmente, el Tribunal Supremo usó una laguna jurídica en la Constitución para permitir que el presidente pudiera jurar su cargo ante el alto tribunal sin fecha concreta, dándole mientras el poder al anterior Ejecutivo.
Aunque Capriles se apoyó en la Constitución y la jurisprudencia, el chavismo está usando sus argumentos contrarios al continuismo chavista para desacreditarlo y dar la sensación a la población de que está “atacando a un enfermo”.
El líder opositor siempre fue visto por la propaganda chavista como un representante de la burguesía explotadora y contraria a los derechos de los indígenas contra la que el “Comandante” venezolano tanto ha luchado. Sin embargo, para la oposición a Chávez era la gran esperanza para devolver el orden, la seguridad de la propiedad y el raciocinio al Estado.
A pesar de la derrota electoral, la oposición esperaba que el ejercicio del poder erosionara a Chávez y diera una victoria a su principal candidato, cuya imagen iba mejorando de cara a los indecisos.
Sin embargo, la enfermedad de Chávez ha mejorado su popularidad, mientras que Capriles va perdiendo apoyos entre los indecisos. Según la consultora IVAD, si se repitieran las elecciones venezolanas, Chávez conseguiría un 55,5 por ciento de los votos, mientras que el líder de la oposición conseguiría alrededor de un 31,8 por ciento.
Más allá de los números, lo cierto es que la popularidad de Capriles se está viendo afectada por la enfermedad de Chávez. Será muy complicado que el opositor remonte, y más si Hugo Chávez muere. Es difícil combatir la popularidad de un mito.
RAFAEL SOTO