El nuevo presidente de la República Federal de México, Enrique Peña Nieto, anunció en la reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública del pasado 17 de diciembre una nueva política de seguridad para el país. Según el dirigente mexicano, estas nuevas líneas de actuación tienen como fin reducir la violencia y rebajar las tasas de homicidio, secuestro y extorsión.
México es uno de los países más violentos de Latinoamérica. El narcotráfico es la principal causa de la violencia, concentrándose en los estados fronterizos con EEUU, como el septentrional Estado de Chihuahua.
Los datos oficiales ofrecidos por el secretario de Gobernación en la reunión del Consejo de Seguridad, Miguel Ángel Osorio Chong, no sólo fueron ofrecidos para criticar la política de seguridad del anterior Gobierno de Felipe Calderón, sino que también trataron de demostrar la necesidad de una política de seguridad contundente.
De acuerdo con esos datos oficiales, entre 2006 y 2011 se cometieron 10,6 millones de delitos. De ellos, sólo se castigaron uno de cada cien. Los secuestros aumentaron en este período un 83 por ciento, el robo con violencia un 65 por ciento y la extorsión un 40. La mayoría de las víctimas no denuncian.
Ante este panorama, el presidente Peña Nieto propone un plan de seguridad basados en seis ejes fundamentales. En primer lugar, propone la clave de la planificación, que se fundamenta en la necesidad de repartir responsabilidades y establecer fechas precisas para el cumplimiento de las distintas líneas de actuación.
El segundo eje es el de la prevención. Es uno de los puntos más criticados. De acuerdo con Peña Nieto, se basa en la necesidad de combatir el origen de los delitos, y no sólo sus efectos. Para ello, pretende realizar políticas para combatir las adicciones, rescatar espacios públicos, ampliar las escuelas de tiempo completo y promover proyectos productivos. El Gobierno de México destinará a este plan de prevención alrededor de 115.000 millones de pesos en 2013. Sin embargo, ¿cuáles son las causas de la violencia? Más allá de eso, ¿cuál es el origen del narcotráfico? ¿Se puede combatir las causas del narcotráfico con estas medidas?
El tercer eje de actuación sería el respeto a los Derechos Humanos. Se basa en la unificación de los protocolos de actuación para las Fuerzas de Seguridad y el impulso de una legislación en materia de atención a víctimas y reparación de daños.
Se creará un Plan de Derechos Humanos y se retirarán las reservas a los tratados internacionales en este ámbito. También se depurará el Instituto Nacional de Migración, acusado en varias ocasiones de corrupción.
En cuarto lugar, Peña Nieto llama a la coordinación entre las instituciones federales, estatales y municipales. Divide al país en cinco espacios de actuación y afirma que “los Gobiernos deben cumplir, no competir”.
A pesar de las buenas intenciones, existe una tensión entre los tres grados de actuación en México (local, estatal y federal), que es difícil de salvar por los fuertes intereses políticos y económicos de las instituciones (otro problema de México es la corrupción política). Los gobernadores estatales han apoyado en bloque a Peña Nieto, aunque habrá que comprobar en la práctica si esta situación se mantiene.
La transformación institucional también es una de las claves para Peña Nieto. Para ello, el mandatario subrayó que se debe lograr la transformación institucional en dos ámbitos: el policial y el de procuración de justicia.
Puede que una de las medidas más llamativas sea la creación de la Gendarmería Nacional, que contará en una primera fase con diez mil unidades que se concentrarán en los municipios más vulnerables.
Las Fuerzas Armadas seguirán en labores de seguridad. Se reorganizará la Policía Federal asegurando su control interno y se crearán 15 unidades dentro esta institución para combatir el secuestro y la extorsión.
Por otro lado, a nivel jurídico, entre otras reformas se pretende acabar con la figura jurídica del "arraigo", que permite la detención de un sospechoso sin que se le presenten cargos durante 40 días renovables. Finalmente, Peña Nieto habla de la evaluación de las líneas de actuación. Se refiere a la medición de la eficiencia de las medidas para retroalimentar y, en su caso, ajustarlas.
Las medidas han suscitado muchas críticas y cuestionamientos. No queda clara la delimitación de competencias entre instituciones e, incluso, aumenta la descentralización en un ámbito ya de por sí bastante descentralizado. No hay un aumento de la cooperación internacional, especialmente con EEUU. Tampoco se promueven medidas para acabar con la corrupción política y empresarial, que es la auténtica lacra que perpetúa y da poder a estas mafias.
Por otro lado, un sector crítico de la sociedad mexicana no sólo denuncia la violencia proveniente del narcotráfico, sino que también la gubernamental. Han sido varias las ocasiones en las que una protesta contra el Gobierno ha dado lugar a una tragedia traducida en víctimas mortales.
Las medidas de Peña Nieto han logrado dar una imagen de lucha contra la violencia, pero está por ver su eficacia y su eficiencia en el futuro.
México es uno de los países más violentos de Latinoamérica. El narcotráfico es la principal causa de la violencia, concentrándose en los estados fronterizos con EEUU, como el septentrional Estado de Chihuahua.
Los datos oficiales ofrecidos por el secretario de Gobernación en la reunión del Consejo de Seguridad, Miguel Ángel Osorio Chong, no sólo fueron ofrecidos para criticar la política de seguridad del anterior Gobierno de Felipe Calderón, sino que también trataron de demostrar la necesidad de una política de seguridad contundente.
De acuerdo con esos datos oficiales, entre 2006 y 2011 se cometieron 10,6 millones de delitos. De ellos, sólo se castigaron uno de cada cien. Los secuestros aumentaron en este período un 83 por ciento, el robo con violencia un 65 por ciento y la extorsión un 40. La mayoría de las víctimas no denuncian.
Ante este panorama, el presidente Peña Nieto propone un plan de seguridad basados en seis ejes fundamentales. En primer lugar, propone la clave de la planificación, que se fundamenta en la necesidad de repartir responsabilidades y establecer fechas precisas para el cumplimiento de las distintas líneas de actuación.
El segundo eje es el de la prevención. Es uno de los puntos más criticados. De acuerdo con Peña Nieto, se basa en la necesidad de combatir el origen de los delitos, y no sólo sus efectos. Para ello, pretende realizar políticas para combatir las adicciones, rescatar espacios públicos, ampliar las escuelas de tiempo completo y promover proyectos productivos. El Gobierno de México destinará a este plan de prevención alrededor de 115.000 millones de pesos en 2013. Sin embargo, ¿cuáles son las causas de la violencia? Más allá de eso, ¿cuál es el origen del narcotráfico? ¿Se puede combatir las causas del narcotráfico con estas medidas?
El tercer eje de actuación sería el respeto a los Derechos Humanos. Se basa en la unificación de los protocolos de actuación para las Fuerzas de Seguridad y el impulso de una legislación en materia de atención a víctimas y reparación de daños.
Se creará un Plan de Derechos Humanos y se retirarán las reservas a los tratados internacionales en este ámbito. También se depurará el Instituto Nacional de Migración, acusado en varias ocasiones de corrupción.
En cuarto lugar, Peña Nieto llama a la coordinación entre las instituciones federales, estatales y municipales. Divide al país en cinco espacios de actuación y afirma que “los Gobiernos deben cumplir, no competir”.
A pesar de las buenas intenciones, existe una tensión entre los tres grados de actuación en México (local, estatal y federal), que es difícil de salvar por los fuertes intereses políticos y económicos de las instituciones (otro problema de México es la corrupción política). Los gobernadores estatales han apoyado en bloque a Peña Nieto, aunque habrá que comprobar en la práctica si esta situación se mantiene.
La transformación institucional también es una de las claves para Peña Nieto. Para ello, el mandatario subrayó que se debe lograr la transformación institucional en dos ámbitos: el policial y el de procuración de justicia.
Puede que una de las medidas más llamativas sea la creación de la Gendarmería Nacional, que contará en una primera fase con diez mil unidades que se concentrarán en los municipios más vulnerables.
Las Fuerzas Armadas seguirán en labores de seguridad. Se reorganizará la Policía Federal asegurando su control interno y se crearán 15 unidades dentro esta institución para combatir el secuestro y la extorsión.
Por otro lado, a nivel jurídico, entre otras reformas se pretende acabar con la figura jurídica del "arraigo", que permite la detención de un sospechoso sin que se le presenten cargos durante 40 días renovables. Finalmente, Peña Nieto habla de la evaluación de las líneas de actuación. Se refiere a la medición de la eficiencia de las medidas para retroalimentar y, en su caso, ajustarlas.
Las medidas han suscitado muchas críticas y cuestionamientos. No queda clara la delimitación de competencias entre instituciones e, incluso, aumenta la descentralización en un ámbito ya de por sí bastante descentralizado. No hay un aumento de la cooperación internacional, especialmente con EEUU. Tampoco se promueven medidas para acabar con la corrupción política y empresarial, que es la auténtica lacra que perpetúa y da poder a estas mafias.
Por otro lado, un sector crítico de la sociedad mexicana no sólo denuncia la violencia proveniente del narcotráfico, sino que también la gubernamental. Han sido varias las ocasiones en las que una protesta contra el Gobierno ha dado lugar a una tragedia traducida en víctimas mortales.
Las medidas de Peña Nieto han logrado dar una imagen de lucha contra la violencia, pero está por ver su eficacia y su eficiencia en el futuro.
RAFAEL SOTO