El año 2012 se presentaba, nada más iniciar, como uno de esos años en los que todo son festividades y celebraciones. Por supuesto en el ámbito de los videojuegos, que en el social damos carpetazo al año peor de como entramos. En estos 365 días, tenía lugar tres grandes onomásticas que no podían ser tomadas a la ligera por la relevancia que éstas suponían para la Historia de las Consolas: el 25º aniversario de Street Fighter, ya citado antaño, pero también el de dos figuras de suma relevancia dentro de las plataformas y los juegos de rol. Hablamos del azulado robot Mega Man, así como de la saga de los Moguris por excelencia, Final Fantasy (FF).
¿Qué tienen en común Zero y Lightning? ¿El profesor Willy y Caballero Cebolla? En frío, nada. Pero como a nadie le gusta el frío en invierno, es mejor indagar para entrar en calor. Igual hasta nos podemos llevar una sorpresa. Así pues, ¿qué comparten?
Sus orígenes. No hace falta decir, pues las matemáticas no engañan, que surgieron en el mismo contexto histórico, lo que viene a significar que son ambos del mismo año. Más bien, a lo que nos venimos a referir, es que ambas nacieron de una misma madre común: la Nintendo Entertainment System.
La grisácea y primeriza de Nintendo fue la encargada de concebir ambas sagas en la época de los 8 bits. Irónicamente, los otrora buques insignia de Capcom y la desaparecida Square Soft se asemejan también en su rebeldía para con su madre: a pesar de haber nacido en NES, ninguna de las dos les ha sido fiel a Nintendo, pasándose a la competencia en no pocas ocasiones. Subrayar más aún la rebeldía de FF frente a la de Mega Man, que pese a haber sido travieso, se ha dejado caer en ciertas ocasiones tanto para Game Boy Advance como para Nintendo DS.
Con todo esto, no hemos llegado al epicentro de la cuestión. ¿Por qué diantres alargar esta agonía? En este punto de la “partida”, hay que comunicar que lo que realmente les pareja es su presente. La situación en la que se encuentran, o mejor dicho, a la que le someten sus desarrolladoras. Tanto a la hora de festejar su cumpleaños, como a la hora de hacer nuevos juegos de la marca. Cada uno cojea de un pie distinto.
Cuantitativamente sin duda alguna, el peor parado es Mega Man. El último juego de la línea principal lo tuvo en 2010, de estética retro, que pasó sin pena ni gloria no por su calidad, sino por el poco bombo que se le dio. El caso del bombardero es muy peculiar para los tiempos que corren: sus juegos no han perdido calidad, no al menos lo suficiente como para que se le critique por ello, pero sí que ha caído en una especie de nebulosa, un oscuro pozo impuesto por Capcom del cual el guerrero del bláster no puede escapar.
Los fans reclaman y aclaman una nueva entrega de cualquiera de sus vertientes, ya sea de la parte principal, la ZX o Zero, pero que se legitime de alguna manera. La compañía responde siempre de igual modo: “Mega Man es muy importante para nosotros, no lo olvidamos, pero cancelar sus juegos es necesario”. Creo que en esas palabras hay una contradicción importante. Llamadme escéptico.
Una amarga realidad palpable la de este personaje –que recibe el nombre de Rockman en Japón- al ver como lo máximo que se ha hecho en su “cumpleaños de bronce”, es un crossover con la joya de la corona de Capcom, surgiendo el título Street Fighter X Mega Man. Ojo al dato: el juego tiene la mecánica del plataformas futurista, el protagonista es el del cañón en el brazo, pero el título que figura primero en el juego, es el de la marca de peleas 2D. ¿Casualidad? Premio aparte para este juego descargable para PC, que lo ha realizado un fan de Singapur y no la desarrolladora madre. Pero Mega Man, os reitero, es muy importante para ellos. Vítores varios para tan gallardas palabras.
Por otro lado, no estaría nada mal que la fantasía llegara a su final, pero el de verdad, no el que lleva anunciando la creación de Sakaguchi desde el 1987. En efecto: a nivel cualitativo, Final Fantasy es de los dos presentes el que falla. En cuanto a suma de juegos no puede quejarse: cada año sacan una nueva entrega, bien sea numérica, juego alternativo a la línea canónica o spin off, un nuevo Dissidia de peleas o musical… Square Enix tiene poca imaginación para hacer juegos de rol donde los escenarios sean algo más que un pasillo. Pero oye, a la hora de hacer chorradicas y juegos varios que no aporten nada más que ingresos económicos, ahí sí que dan siempre en el clavo.
La última de las nuevas buenas es Lightning Returns: Final Fantasy XIII. Posiblemente la decimotercera entrega es la más odiada por todos los jugadores. ¿Y qué? Siempre y cuando las ventas anuales nos den guiles, los Moguris estarán contentos. Da igual que se saquen tráileres tan insustanciales como el del pasado jueves, donde poco o nada se veía del juego, lo importante es vender. Da igual que nadie juegue a sus Massive Multiplayer Online –MMO- y que FF XI fuera un fracaso, sacamos el XIV otra vez online. Lo importante es parecerse a Bethesda, que tienen siempre un juego anual.
Pero para parecérsele, mi querida Square, hay que tener aptitudes. No se puede abarcar tanto sin apretar. Y vosotros más que apretar, últimamente lo que hacéis es dejar correr todo cuanto tenéis en vuestras manos, como os está pasando con Kingdom Hearts y la ausencia de una tercera parte que haga avanzar la historia. Que llevan los jugadores pidiéndoos una entrega nueva de FF como la novena o la décima desde el año 2002, pero vosotros, ni caso.
Al respecto del aniversario, más allá del impronunciable Theatrhythm para Nintendo 3DS y textos en inglés para España e Italia, ¿qué más han ofertado? Pues una caja con todos los juegos de la saga al módico precio de 35.000 yenes, algo así como 350 euros. ¿Va a querer tres o mejor cuatro? ¿Para regalo?
A estas alturas, ¿qué más me queda decir? Dos grandes nombres tachados por la mala gestión de unos cuantos que no han sabido manejar con sutileza e inteligencia la fuente de oro que tenían entre sus manos. Han reventado la mina hasta que se han quedado sin minerales. ¿Habrá que ir a por otra, no? Colorín colorado, Capcom con Street Fighter se ha colado y Square con los estudios occidentales se ha marchado.
Mis más sinceros deseos de estabilidad al pixelado héroe azul, así como al sello de los Cactilios, Bahamut y demás mitología fantástica. ¡Ah! Y a vosotros, nuestros lectores, unas muy felices fiestas. Pero felicitaciones sinceras, no de las del vecino que va con prisas para “llamar a los reyes”. Ya me entienden.
¿Qué tienen en común Zero y Lightning? ¿El profesor Willy y Caballero Cebolla? En frío, nada. Pero como a nadie le gusta el frío en invierno, es mejor indagar para entrar en calor. Igual hasta nos podemos llevar una sorpresa. Así pues, ¿qué comparten?
Sus orígenes. No hace falta decir, pues las matemáticas no engañan, que surgieron en el mismo contexto histórico, lo que viene a significar que son ambos del mismo año. Más bien, a lo que nos venimos a referir, es que ambas nacieron de una misma madre común: la Nintendo Entertainment System.
La grisácea y primeriza de Nintendo fue la encargada de concebir ambas sagas en la época de los 8 bits. Irónicamente, los otrora buques insignia de Capcom y la desaparecida Square Soft se asemejan también en su rebeldía para con su madre: a pesar de haber nacido en NES, ninguna de las dos les ha sido fiel a Nintendo, pasándose a la competencia en no pocas ocasiones. Subrayar más aún la rebeldía de FF frente a la de Mega Man, que pese a haber sido travieso, se ha dejado caer en ciertas ocasiones tanto para Game Boy Advance como para Nintendo DS.
Con todo esto, no hemos llegado al epicentro de la cuestión. ¿Por qué diantres alargar esta agonía? En este punto de la “partida”, hay que comunicar que lo que realmente les pareja es su presente. La situación en la que se encuentran, o mejor dicho, a la que le someten sus desarrolladoras. Tanto a la hora de festejar su cumpleaños, como a la hora de hacer nuevos juegos de la marca. Cada uno cojea de un pie distinto.
Cuantitativamente sin duda alguna, el peor parado es Mega Man. El último juego de la línea principal lo tuvo en 2010, de estética retro, que pasó sin pena ni gloria no por su calidad, sino por el poco bombo que se le dio. El caso del bombardero es muy peculiar para los tiempos que corren: sus juegos no han perdido calidad, no al menos lo suficiente como para que se le critique por ello, pero sí que ha caído en una especie de nebulosa, un oscuro pozo impuesto por Capcom del cual el guerrero del bláster no puede escapar.
Los fans reclaman y aclaman una nueva entrega de cualquiera de sus vertientes, ya sea de la parte principal, la ZX o Zero, pero que se legitime de alguna manera. La compañía responde siempre de igual modo: “Mega Man es muy importante para nosotros, no lo olvidamos, pero cancelar sus juegos es necesario”. Creo que en esas palabras hay una contradicción importante. Llamadme escéptico.
Una amarga realidad palpable la de este personaje –que recibe el nombre de Rockman en Japón- al ver como lo máximo que se ha hecho en su “cumpleaños de bronce”, es un crossover con la joya de la corona de Capcom, surgiendo el título Street Fighter X Mega Man. Ojo al dato: el juego tiene la mecánica del plataformas futurista, el protagonista es el del cañón en el brazo, pero el título que figura primero en el juego, es el de la marca de peleas 2D. ¿Casualidad? Premio aparte para este juego descargable para PC, que lo ha realizado un fan de Singapur y no la desarrolladora madre. Pero Mega Man, os reitero, es muy importante para ellos. Vítores varios para tan gallardas palabras.
Por otro lado, no estaría nada mal que la fantasía llegara a su final, pero el de verdad, no el que lleva anunciando la creación de Sakaguchi desde el 1987. En efecto: a nivel cualitativo, Final Fantasy es de los dos presentes el que falla. En cuanto a suma de juegos no puede quejarse: cada año sacan una nueva entrega, bien sea numérica, juego alternativo a la línea canónica o spin off, un nuevo Dissidia de peleas o musical… Square Enix tiene poca imaginación para hacer juegos de rol donde los escenarios sean algo más que un pasillo. Pero oye, a la hora de hacer chorradicas y juegos varios que no aporten nada más que ingresos económicos, ahí sí que dan siempre en el clavo.
La última de las nuevas buenas es Lightning Returns: Final Fantasy XIII. Posiblemente la decimotercera entrega es la más odiada por todos los jugadores. ¿Y qué? Siempre y cuando las ventas anuales nos den guiles, los Moguris estarán contentos. Da igual que se saquen tráileres tan insustanciales como el del pasado jueves, donde poco o nada se veía del juego, lo importante es vender. Da igual que nadie juegue a sus Massive Multiplayer Online –MMO- y que FF XI fuera un fracaso, sacamos el XIV otra vez online. Lo importante es parecerse a Bethesda, que tienen siempre un juego anual.
Pero para parecérsele, mi querida Square, hay que tener aptitudes. No se puede abarcar tanto sin apretar. Y vosotros más que apretar, últimamente lo que hacéis es dejar correr todo cuanto tenéis en vuestras manos, como os está pasando con Kingdom Hearts y la ausencia de una tercera parte que haga avanzar la historia. Que llevan los jugadores pidiéndoos una entrega nueva de FF como la novena o la décima desde el año 2002, pero vosotros, ni caso.
Al respecto del aniversario, más allá del impronunciable Theatrhythm para Nintendo 3DS y textos en inglés para España e Italia, ¿qué más han ofertado? Pues una caja con todos los juegos de la saga al módico precio de 35.000 yenes, algo así como 350 euros. ¿Va a querer tres o mejor cuatro? ¿Para regalo?
A estas alturas, ¿qué más me queda decir? Dos grandes nombres tachados por la mala gestión de unos cuantos que no han sabido manejar con sutileza e inteligencia la fuente de oro que tenían entre sus manos. Han reventado la mina hasta que se han quedado sin minerales. ¿Habrá que ir a por otra, no? Colorín colorado, Capcom con Street Fighter se ha colado y Square con los estudios occidentales se ha marchado.
Mis más sinceros deseos de estabilidad al pixelado héroe azul, así como al sello de los Cactilios, Bahamut y demás mitología fantástica. ¡Ah! Y a vosotros, nuestros lectores, unas muy felices fiestas. Pero felicitaciones sinceras, no de las del vecino que va con prisas para “llamar a los reyes”. Ya me entienden.
SALVADOR BELIZÓN / REDACCIÓN